Al momento de establecer una conversación con otras personas resulta muy fácil notar cuáles son los movimientos constantes que realiza alguien de manera inconsciente, como gesticular cada palabra con las manos, rozar los dedos de manera ansiosa o tal vez tocarse la nariz.
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Cada uno de estos gestos pueden identificar con facilidad a un individuo y esto a la vez permite que darle un significado a cada uno de ellos, sea una tarea mucho más sencilla. La psicología trabaja constantemente en esto, lograr descubrir el por qué alguien realiza cualquier tipo de movimiento de manera repetitiva puede revelar diferentes aspectos del individuo.
Es por esto que este campo de estudio del ser humano analizó el por qué las personas suelen tocarse la nariz mientras hablan, si bien no se encontró una explicación universal o definitiva para este comportamiento, existen algunas teorías que lo intentan explicar.
Una de ellas es que el individuo podría llegar a sentirse inseguro o algo de duda acerca de lo que está diciendo y con el gesto refleja que se encuentra en un estado de incertidumbre. Otro significado que explica la psicología es que esta acción se hace porque se están diciendo mentiras, lo que ocasiona un aumento en la presión arterial y esto irrita la nariz.
También puede tratarse simplemente de un hábito o costumbre personal que en realidad no tiene ningún significado profundo, sino que es algo que se hace todos los días. Esto supone que no para todo el mundo podría imponer algún sentimiento de origen al tocarse esta parte del cuerpo específicamente.
La psicología también explicó que este comportamiento puede llegar a tener algún significado más profundo y podría estar asociado a la concentración, pues cuando se piensa en algo de manera intensa es muy probable que de manera involuntaria se realicen ciertos movimientos, como tocarse la nariz.
Es importante que antes de sacar cualquier tipo de conclusión de este gesto, analice otros aspectos como la postura, los ademanes, la gesticulación e incluso lo que está comunicando la persona verbalmente. De esta manera podrá realizar un estudio completo del lenguaje corporal y le será más sencillo sacar sus propias conclusiones al respecto.
Por ejemplo, si algo no le ha gustado al individuo con el que se encuentra charlando, puede que llegue a levantar una ceja mientras se toca la nariz y además le brinde una respuesta algo irónica o con algún tono malintencionado, esto suma todo un conjunto de comportamientos que señalan algún tipo de molestia.
De la misma forma, puede que en medio de una conversación el otro sujeto se toque esta parte del cuerpo de manera involuntaria, pero el resto de su lenguaje corporal demuestra tranquilidad y calma en sus palabras, por lo que usted podría deducir que todo se encuentra bien.
ERIKA LUCIA IBAÑEZ GARCIA
REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL
EL TIEMPO