Si bien su objetivo es de carácter "defensivo", el envío de personal militar y una poderosa batería antiaérea para ayudar a Israel en su conflicto con Hamás, Hezbolá e Irán es visto con cierta reserva en Washington, donde preocupa un escalamiento de la guerra que arrastre al conflicto a Estados Unidos a escasas semanas de las elecciones presidenciales entre Donald Trump y Kamala Harris.
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Este fin de semana, la administración de Joe Biden anunció el despliegue a Israel de un Sistema de Defensa para Gran Altitud (o THAAD por su sigla en inglés) y de por lo menos cien militares que serán los encargados de operar la batería.
Aunque Estados Unidos ya cuenta con algo de personal en el terreno -y envió personal previamente para la construcción de un puerto temporal en Gaza- es la primera vez desde que se desató el conflicto con Hamás en Gaza el 7 de octubre de 2023 que Washington pone "botas en el terreno" para la defensa de Israel.
¿Por qué el envío del THAAD sugiere la inminencia de una peligrosa guerra frontal entre Israel e Irán?
El THAAD, por otra parte, es la "joya de la corona" de los sistema antiaéreos con los que cuenta Estados Unidos para contrarrestar ataques con misiles balísticos, lo cual indicaría que hay temor de que el conflicto con Irán este a punto de convertirse en una peligrosa guerra abierta.
"Esta acción subraya el compromiso férreo de Estados Unidos con la defensa de Israel y con la defensa de los estadounidenses en Israel de cualquier nuevo ataque con misiles balísticos por parte de Irán. Es parte de los ajustes más amplios que el ejército estadounidense ha realizado en los últimos meses para apoyar la defensa de Israel y proteger a los estadounidenses de los ataques de Irán y las milicias alineadas con Irán", dijo el mayor general de EE. UU. Patrick Ryder, al anunciar la noticia.
El despliegue coincide con dos nuevos desarrollos que también estarían relacionados.
Hace dos semanas, Teherán lanzó casi 200 misiles contra Israel como represalia por la ofensiva de Tel Aviv contra el Hezbolá en Líbano.
Aunque no hubo muchos daños de consideración -la mayoría de misiles fueron interceptados o cayeron en zonas baldías- sí se detectaron ciertas fisura en el sistema de defensa israelí que podría resquebrajarse en caso de una ataque a gran escala y-o con misiles balísticos aún más poderosos.
Desde entonces, además, el mundo contiene el aliento ante la esperada respuesta del gobierno de Benjamin Netanyahu, que ha prometido una contra ofensiva devastadora y directa contra Irán.
La promesa de Netanyahu a Biden
Tras varios días de intensa especulación, este lunes trascendió que Netanyahu se habría comprometido con Biden a no atacar centrales nucleares ni reservas petroleras -como se estaba considerando- sino solo objetivos militares.
Para la administración Biden-Harris, un ataque de esa magnitud podría desatar una guerra abierta entre estos dos grandes poderes y con un alto potencial de traducirse en un conflicto regional.
Algo que intentan evitar a todo costa, no solo por su efecto desestabilizador sino por su impacto en la actual campaña presidencial estadounidense, que sigue muy apretada y podría inclinarse si estalla una guerra con Irán que sin lugar a dudas terminaría involucrando a Washington.
El envió del THAAD en simultanea con la promesa de una respuesta más mesurada de Israel parecen tener cierta relación.
Pero dado que la represalia de Tel Aviv promete ser mayúscula, también anticipa otra lluvia de misiles iraníes, para lo cual quieren estar preparados.
Militares advierten sobre los riesgos de la decisión
La decisión, por supuesto, está plagada de riesgos y genera muchas disputas no solo al interior de la administración sino entre un sector del partido demócrata.
Varios medios de comunicación en Estados Unidos, entre ellos el Washington Post y el New York Times reportaron sobre discusiones internas entre altos funcionarios del Pentágono sobre si la mayor presencia militar de Estados Unidos en la región está conteniendo la guerra, como esperaban, o inflamándola.
Según los reportes, el jefe del Estado Mayor Conjunto, general Charles Brown, ha expresado en varias reuniones con la Casa Blanca su preocupación por una estrategia israelí al parecer diseñada a expandir su guerra contra Hezbolá -milicia que respalda Teherán- a sabiendas de que Estados Unidos no tendrá más remedio que defenderlos si Irán entra de lleno en el conflicto.
En la Casa Blanca hay coincidencia en que Benjamin Netanyahu está aprovechando el contexto electoral en Estados Unidos para incrementar su ofensiva, pues calcula que Joe Biden -y Harris como candidata- no tienen opción distinta así eso le genere disputas con un sector más de izquierda al interior del partido.
Los militares, además, temen que una presencia ampliada de EE. UU. en Oriente Próximo debilitaría la disponibilidad de recursos para responder a otras amenazas igualmente serias y que podrían llegar de Rusia o China.
Donald Trump versus Harris: la encrucijada que puede inclinar la balanza en la carrera por la Casa Blanca
Biden y Harris, de dientes para afuera, siguen insistiendo en que el apoyo frente a Israel es irrestricto. Y el presidente lo reiteró este fin de semana al comentar sobre el envió de la batería antiárea.
Sin embargo, es evidente que la situación plantea toda una encrucijada y en el peor de los momentos posibles.
Este fin de semana, de hecho, la representante demócrata a la Cámara de Representantes, Alexandria Ocasio-Cortez, se fue lanza en ristre contra la administración Biden por "envalentonar” con sus decisiones a un gobierno de Netanyahu que a su juicio está fuera de control.
Esto es un genocidio de palestinos y Estados Unidos debe dejar de permitirlo. Embargo de armas ya
“Los horrores que se están desarrollando en el norte de Gaza son el resultado de un gobierno de Netanyahu completamente desenfrenado, armado totalmente por la administración Biden, mientras la ayuda alimentaria está bloqueada y los pacientes son bombardeados en los hospitales”, dijo Ocasio-Cortez a través de la plataforma social X.
"Esto es un genocidio de palestinos y Estados Unidos debe dejar de permitirlo. Embargo de armas ya”, añadió la representante.
Aunque su posición solo refleja la de un sector minoritario del partido, no deja de ser un problema debido a que es uno que tiene mucho eco entre los jóvenes del país y otras minorías, como los árabes, que necesitan Harris y los demócratas si quieren ganar las elecciones del próximo 5 de noviembre.
SERGIO GÓMEZ MASERI
Corresponsal de EL TIEMPO
Washington