El estado de Florida, ubicado en el extremo sureste de Estados Unidos, posee deslumbrantes playas y una profusa vida natural que sorprende a los turistas y a los propios ciudadanos. Una de las regiones más cautivantes corresponde al Big Bend, la zona en donde el Panhandle hace la transición hacia la península estatal.
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Las maravillas naturales de la región de Florida atraen cada año a turistas de todas partes, incluidos aquellos que llegan desde otras regiones del país norteamericano para disfrutar las temporadas de calor en playas que quedan grabadas en la retina de los viajeros. La zona de Big Bend, la cual contiene algunos de los lugares más asombrosos del estado, se extiende a través de la curva de la península de Florida que rodea el Golfo de México, Jefferson y los condados de Taylor, Dixie y Levy.
Además de las deslumbrantes reservas naturales que posee, el territorio es ampliamente conocido por poseer más de 150 kilómetros de orillas que no fueron modificadas por la mano del hombre, lo que corresponde a la mayor extensión continua de costa no desarrollada en la parte continental de Estados Unidos.
¿Qué significa Big Bend en español?
Traducido al español, el nombre de "Big Bend" que se le da a la región que se extiende a lo largo de la costa de Florida significa "Gran Curva", y su origen se basa en la región que abarca en la península del estado del sol.
¿Por qué no hay playas en el Big Bend de Florida?
A diferencia de otras zonas del estado, el Big Bend posee reservas naturales maravillosas, como el Big Bend Wildlife Management Area o la Reserva Nacional de St. Marks, pero su costa se erige entre zonas pantanosas y rocosas que no otorgan el mismo ambiente que Miami o West Palm Beach.
Asimismo, la alta frecuencia con la que los huracanes impactan hace que las playas vírgenes de la zona de Big Bend sean muy difíciles de disfrutar, perturbando la calma de los esporádicos y curiosos visitantes que llegan a la región.
¿Por qué hay tantos huracanes en Big Bend?
La región de Big Bend fue objeto de impacto de diferentes huracanes de gran tamaño, como Idalia en 2022 o, más recientemente, Helene a fines de septiembre. La razón principal por la que la zona es propensa a recibir huracanes se debe a su proximidad al Golfo de México, en donde las tormentas tropicales tienen una frecuencia inusitada.
Asimismo, la geología submarina del Golfo de México deja a gran parte de la costa baja desprotegida ante la crecida del nivel del agua, por lo que las marejadas ciclónicas son especialmente peligrosas.