Durante el mandato de Rodrigo Duterte (2016-2022), la guerra contra las drogas en Filipinas dejó miles de muertos que, según estimaciones de oenegés, llegan a 30.000 personas.
En palabras de estos organismos, durante la campaña antidrogas, los entes policiales actuaban bajo aparente impunidad por autorización de Duterte. Y, justo eso, fue lo que le valió la detención de este martes ordenada por la Corte Penal Internacional (CPI), con sede en La Haya, derivada de una investigación por presuntos crímenes de lesa humanidad.
Policías esperan al expresidente filipino, Rodrigo Duterte, en el aeropuerto de Manila. Foto:AFP
Duterte fue detenido en el aeropuerto de Manila por orden de la CPI al considerar que hay "motivos razonables" para creer que lideró un escuadrón de la muerte y utilizó su poder presidencial para llevar asesinatos extrajudiciales en nombre de su guerra contra las drogas, indica la orden de arresto "secreta" de la CPI del pasado 7 de marzo a la que tuvo acceso la agencia Efe.
Aunque, Duterte, sin embargo, asegura que no conoce el fundamento de su arresto.
El expresidente de Filipinas, Rodrigo Duterte. Foto:AFP
"¿Cuál es la ley y cuál el crimen que cometí? Muéstrenme el fundamento legal por el cual estoy aquí", declaró en un video publicado en la cuenta de Instagram de su hija menor, Verónica Duterte.
"Me trajeron aquí no por mi voluntad, sino por la de otro (...) Tienen que responder por la privación de libertad", agregó.
Pero este mismo martes, el expresidente de Filipinas partió hacia La Haya en un vuelo privado.
La vicepresidenta filipina e hija del expresidente, Sara Duterte, confirmó la noticia y dijo en un comunicado: "Mientras escribo esto, está siendo llevado a la fuerza a La Haya esta noche. Esto no es justicia, esto es opresión y persecución".
¿De qué se le acusa a Rodrigo Duterte?
La captura tiene su origen en su llegada al poder, el 30 de junio de 2016 y por un mandato único de seis años, cuando Duterte puso en marcha su promesa electoral de erradicar las drogas en el país.
Una vez en el poder, el exmandatario autorizó las redadas y ordenó a los policías disparar a matar a sospechosos, presuntos adictos y traficantes, si oponían resistencia.
Solo en los primeros 100 días de su mandato se contabilizaron unos 3.700 muertos, según datos oficiales, entre ellos pequeños vendedores de droga, líderes de organizaciones criminales y adictos.
La policía de Filipinas en una redada en el municipio Bambán. Foto:Getty Images
Pero a finales de 2017, cuando el número de muertes oficial ascendía a unas 4.000 personas, comenzaron a producirse en el país asiático protestas con millares de personas que rechazaban la continuidad de las operaciones y denunciaban la actuación de grupos parapoliciales, mientras el presidente reiteraba su apoyo a los uniformados.
Varias organizaciones no gubernamentales pedían investigaciones internacionales al respecto, en vista del aumento de las denuncias sobre ejecuciones extrajudiciales, un relato que lidera el Proyecto Dahas, de la Universidad de Filipinas (UP), que denuncia que hay más muertos que los reportados por las autoridades.
Las cifras oficiales citan en 6.000 los muertos en operativos antidroga y ejecuciones extrajudiciales durante el mandato de Duterte, mientras que algunas oenegés elevan los muertos de entre 27.000 a 30.000 personas.
Además, la CPI lo acusa de otros caso de asesinatos en la ciudad de Davao cuando Duterte era el alcalde, tres años antes de ser presidente.
Miembros de la Unidad de Respuesta Antiterrorista de Filipinas. Foto:EFE
La investigación de la Corte Penal Internacional sobre Rodrigo Duterte
Tras una investigación que comenzó en 2021, la sala citó una lista "no exhaustiva" de asesinatos de supuestos delincuentes: 19 a manos de un escuadrón de la muerte en la ciudad de Davao, de la que Duterte fue alcalde durante 22 años, y otros 24 "por o bajo supervisión de miembros de las fuerzas de seguridad" durante su mandato como presidente (2016-2022).
Así, la sala de la CPI consideró contar con elementos suficientes para concluir que Duterte dirigió un escuadrón de la muerte formado por policías y criminales conocido como Davao Death Squad o simplemente DDS, según sus siglas en inglés.
El propio expresidente admitió haber dirigido escuadrones de la muerte ante un comité del Senado filipino el pasado noviembre, en unas confusas declaraciones en las que aseguró que estaba formado por "gánsteres" que mataban a criminales.
Pero desde 2019, Duterte retiró a Filipinas del Estatuto de Roma, el tratado fundacional de la CPI, en un intento de eludir la jurisdicción internacional.
Fuerzas de seguridad filipinas montan guardia ante la base aérea militar. Foto:EFE
Además, el exmandatario impidió la entrada al país de los investigadores de esta corte, en medio del rechazo que crecía en el extranjero y por parte de algunos sectores del país contra sus políticas, que él mismo arengaba en tono agresivo.
Durante la segunda mitad de su mandato, buena parte de la oposición y numerosas oenegés comenzaron a calificar al controvertido líder de "dictador" debido a los asesinatos de activistas y militares de izquierda que figuraban en una polémica "lista roja" elaborada por el Gobierno. Unos sucesos que se produjeron en paralelo a la guerra contra las drogas.
¿Qué se sabe de la vida de Duterte?
Miembro de uno de los clanes políticos del archipiélago y nacido en la provincia central de Leyte en 1945, Duterte es licenciado en Derecho y Ciencias Políticas a pesar de que fue expulsado de dos colegios por mala conducta.
Sus familiares lo recuerdan como un adolescente irresponsable, mujeriego y bravucón, que llegó a volar una avioneta sobre el instituto donde estudiaba para impresionar a una de sus compañeras, por lo que fue reprendido.
Tras sus estudios universitarios ocupó durante una década distintos puestos en el consistorio de la ciudad de Davao, hasta que en 1988 accedió a la alcaldía.
El expresidente de Filipinas, Rodrigo Duterte. Foto:AFP
En esta ciudad, donde sirvió como regidor durante 22 años, Duterte puso en práctica su guerra contra las drogas a una menor escala, pero con unas consecuencias similares.
Las crónicas periodísticas de la época reflejan un político que con pistola en ristre patrullaba las calles con los agentes del orden en busca de criminales, actitud que le valió el sobrenombre de "Harry el sucio".
*Con información de Efe y AFP.