Håkan Jevrell, viceministro de Comercio Exterior de Suecia, no tiene dudas de que el modelo democrático y la cooperación son la mejor vía para garantizarles bienestar y prosperidad a las personas. Es por eso que, si bien reconoce que “probablemente estamos en uno de los momentos más desafiantes a nivel mundial”, consolidar y fortalecer las relaciones con países que comparten los mismos valores son la clave del éxito. Una perspectiva que Suecia busca cimentar con Colombia al conmemorarse 150 años de relaciones diplomáticas, una historia guiada por una visión compartida alrededor de la paz, la igualdad, la innovación, la democracia y el desarrollo sostenible.
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EL TIEMPO hizo parte de una conversación exclusiva en Suecia con Jevrell, donde habló sobre los desafíos de un mundo polarizado y con múltiples conflictos abiertos, el futuro de la Unión Europea y las lecciones que Suecia puede poner al servicio del mundo.
Este año, Suecia formalizó su membresía en la Otán en medio de la invasión rusa a Ucrania, ¿por qué optaron por integrar la Alianza?
De lograr Rusia su intención al invadir Ucrania, cambiaría drásticamente el panorama geopolítico en Europa y sus alrededores. Para nosotros, que no hemos estado alineados durante más de 200 años, por supuesto, sumarse a la Otán es un gran paso. Al mismo tiempo, obedece a la realidad en nuestro entorno, por lo que unirse a la Alianza se convirtió en un paso muy obvio de tomar.
¿Por qué es fundamental apoyar a Ucrania?
Está extraordinariamente claro que no fue Ucrania la que inició una guerra con Rusia, Ucrania fue atacada y la voluntad del pueblo ha sido muy clara durante muchos años: no solo quieren unirse a la Unión Europea sino ser parte de la Otán. Ahora, Ucrania desempeña un papel vital, por eso estamos totalmente comprometidos en apoyar a Kiev todo el tiempo que sea necesario. Ellos tienen que ganar la guerra, han sido invadidos y es importante recordar que, a menos que logremos este objetivo, enviaremos la señal al resto del mundo de que nos rendimos y eso no está bien. Es extremadamente importante que se mantenga el orden mundial basado en reglas.
¿Cree que en estos momentos el bloque de la Unión Europea está unido?
Si bien es muy difícil saber cuánto durará este terrible conflicto, personalmente creo que esta invasión ha conseguido unir a los países europeos, particularmente a la Unión Europea. No es de desconocer que, por mucho que se establecieran los paquetes de sanciones y las presiones sobre Rusia, realmente se han mantenido aunque no sin dificultades. Ahora, si analizamos cómo la dependencia energética de Rusia cambió realmente el panorama, creo que lo que se ha demostrado es que, en tiempos de crisis, Europa realmente supo dar un paso adelante. Y este es un mensaje fuerte si lo miramos desde una perspectiva a largo plazo.
Justamente, sobre esa dependencia energética de la que habla, ¿cuál es la perspectiva de Suecia, un país cuya visión de avance es a través de la cooperación?
Es fácil decir: “Bueno, ahora tenemos que arreglárnoslas solos y deberíamos cerrar las fronteras y protegernos entre nosotros”, pero la verdad es que el mundo actual no funciona así. Somos muy interdependientes. Así que creo que esto también envía un mensaje muy claro: los socios del mundo que compartimos los mismos valores debemos mantenernos unidos y trabajar juntos para encontrar soluciones de manera conjunta. Creo que, tal y como está en estos momentos, el mundo no funcionará a menos que trabajemos juntos.
Al final del día, crisis no dejará de haber…
No se trata solamente de Rusia y Ucrania, ahora vemos crecer las tensiones geopolíticas con el ascenso de China y cómo eso afecta las perspectivas globales a partir de las respuestas de EE. UU., principalmente. Sin duda, es un panorama mucho más difícil que el de hace apenas diez años, cuando todos pensábamos que estábamos avanzando en conjunto hacia un orden mundial más próspero y pacífico. Así las cosas, nosotros sabemos que tenemos que cumplir algunos deberes propios en pro de que Europa pueda ponerse en una situación más resiliente para saber manejar las crisis, pero, al mismo tiempo, está muy claro que permaneceremos abiertos y en estrecha colaboración con nuestros amigos de todo el mundo.
¿Considera, entonces, que la UE es ejemplo para un mundo donde el modelo democrático está en crisis?
Estoy plenamente seguro de que la Unión Europea ha demostrado que es una democracia verdaderamente estable. Sabemos que la integran muchos extremistas de izquierda y de derecha, pero las pasadas elecciones europeas nos demostraron que podemos llegar a puntos medios conviviendo con nuestras distintas ideas, eso es, al fin y al cabo, una democracia. En su interior, los europeos quieren vivir sus vidas en un clima de prosperidad, así que, independientemente de que se sea de derecha o de izquierda, existe un entendimiento mutuo de que la solución está dentro.
Al conflicto en suelo ucraniano se suma la guerra que se libra en Oriente Medio, ¿puede perder América Latina la atención de países como Suecia?
Es indudable que cuando Europa se ve tan afectada por un conflicto en la región, es natural que haya un fuerte interés en abordar ese conflicto de manera primordial. Y esto se suma al efecto del que hablé antes: las tensiones ahora son globales y realmente necesitamos enfocarnos en eso. Desde esa perspectiva, creo que es muy importante para Suecia, en conjunto con la Unión Europea, que sigamos consolidando y evolucionando nuestra interacción con América Latina y las otras regiones del globo. Y creo que haremos todo lo posible para involucrarnos más con América Latina.
Suecia no solo exporta empresas y servicios, sino ideas y conceptos apalancados en sus valores. Ante los efectos del cambio climático, ¿qué cree usted que Colombia puede aprender del modelo sueco?
Bueno, creo que todos tenemos un desafío común: salvaguardar nuestro planeta para que sea habitable. Tenemos el problema del cambio climático y el de proteger la biodiversidad y sabemos que la forma en que venimos haciendo las cosas no es sostenible. Pienso entonces que la manera de asegurarnos de que exista un futuro próspero para las generaciones venideras es trabajar en estrecha colaboración compartiendo ideas y soluciones. Me siento muy orgulloso de decir que creo que Suecia, este pequeño país en el mundo con 10 millones de habitantes, ha sido cuna de la innovación y de empresas que, realmente, están produciendo soluciones sólidas en pro del planeta. Pero, volviendo a la pregunta, creo que no se puede lograr algo diciéndole a alguien lo que tiene que hacer. Esa nunca es una solución. Por eso, lo que debemos hacer es abordar los problemas mundiales juntos. Desde esa perspectiva, sé que las empresas suecas a todo nivel están abiertas a tener una mayor interacción.
Trabajar de la mano…
Absolutamente. Por supuesto, me gustaría que fueran soluciones rápidas, pero nunca lo son, realmente se necesitan muchos esfuerzos para lograr que suceda. Pero, no debemos empezar de cero. En estos 150 años de relaciones entre Suecia y Colombia hemos consolidado un portafolio de empresas suecas en Colombia y creo que eso es una fortaleza.
¿Y la tarea pendiente?
Necesitamos más colaboración que estreche nuestros vínculos. Más estudiantes, investigadores y colombianos empleados en empresas suecas por poner algunos ejemplos. Estrechar los vínculos nos permitirá tener una comprensión adecuada no solo de los problemas sino de cómo debemos implementar las soluciones con base en la realidad.
¿Por qué el desarrollo sostenible es un eje en las políticas suecas?
Ha sido un viaje, por supuesto. Pero creo que, al mirar atrás, recuerdo que cuando era niño había una gran campaña publicitaria de una organización civil que decía: “Mantengamos limpia a Suecia”. Antes de eso, se podía ver mucha basura tirada en los parques y en las calles. Tomó tiempo, fue un camino largo, pero la gente captó el mensaje y lo interiorizó reconociendo que es lo mejor para nuestra propia sociedad y para nuestra especie. Ahora en las universidades suecas, por ejemplo, cada vez que un estudiante piensa en una solución se pregunta: ¿Es sostenible o contribuye a la sostenibilidad? Desde esa perspectiva, los problemas se han convertido en un fuerte impulso para ofrecer soluciones que no solo se concentren en el producto sino que sean eficientes energéticamente.
¿Le preocupa lo que está pasando en Colombia con el recrudecimiento de la violencia?
Es una pregunta un poco difícil de responder para mí, pues no tengo todos los detalles de lo que está ocurriendo. Por supuesto, es frustrante no saber dónde se producen los conflictos: ¿por qué se producen? ¿Qué es esto? ¿Qué hay detrás? Y, por supuesto, estamos muy interesados en la seguridad, puesto que sabemos que todas las personas quieren vivir sus vidas en un mundo próspero. Además, creo que probablemente estamos en uno de los momentos más desafiantes a nivel mundial.
¿Por qué?
Entre otras cosas, por la desinformación y las noticias falsas. Cada vez somos más vulnerables a las campañas en redes sociales que impulsan narrativas falsas o tendenciosas. Esto empuja a la gente a tomar una postura sin saber realmente lo que está sucediendo. Lamentablemente, a esto se suma que hay algunos actores globales que introducen dicha narrativa y tratan de dividirnos.
¿Ve alguna solución?
Es importante mantenernos unidos a través de esos valores fundamentales. Por supuesto, tenemos derecho a defender nuestra opinión, pero eso no nos da derecho a pasar por encima de nadie.
¿Cuál cree, entonces, que es el principal riesgo de que el modelo democrático vaya en declive?
Creo que, al final, la democracia prevalecerá. Creo que se ha demostrado muy claramente que es el modelo donde puedes generar prosperidad, ser innovador y garantizarle a la gente el derecho a pensar y elegir. Si bien estamos en una época en la que las democracias se ven desafiadas, también hemos demostrado que las más sólidas somos capaces de producir las soluciones más innovadoras a lo largo de los años y creo que ese es el camino hacia el éxito.
STEPHANY ECHAVARRÍA - EDITORA INTERNACIONAL - EL TIEMPO