¿Presidente Petro intensifica su discurso confrontacional ante el lento avance de sus reformas?

En un movimiento que refuerza la estrategia de confrontación, el presidente Gustavo Petro volvió a recurrir a dos viejas herramientas de su discurso: la movilización popular -frase a la que ahora le agrega el “permanente”- y los señalamientos en contra del Congreso. Ambas tácticas, que si bien no son nuevas, adquieren una relevancia especial a 19 meses del final de su gobierno y cuando las reformas sociales que ha impulsado enfrentan duros escollos tanto en el Legislativo como en la Corte Constitucional.

El primer mandatario anunció en menos de 48 horas dos acciones que prometen tensionar aún más la compleja relación con el Ejecutivo y con las altas cortes. La primera es una nueva estrategia de relacionamiento con los legisladores que incluye la difusión de sus votaciones para evidenciar quiénes apoyan o bloquean sus iniciativas. Si bien esos resultados son públicos, no son de fácil acceso y los registros del Congreso no están al día. 

La segunda es el llamado a la “movilización permanente” -que en la mayoría de casos se ha traducido en marchas- como forma de presión ante la revisión que hace la Corte Constitucional de la reforma pensional, aprobada en junio del año pasado, pero cuestionada y demandada por posibles vicios de trámite. 

Cabe mencionar que desde sanción de la pensional, a la Corte han llegado 57 demandas, de las cuales 37 han sido rechazadas, 15 están admitidas y otras cinco que llegaron recientemente siguen en trámite sin reparto o pendientes de admisión.

“Solo una reforma ha pasado en Congreso y ya piensan tumbarla en la Corte. Y las otras están perversamente estancadas en el Congreso. El cambio no se produce simplemente porque el pueblo votó, sino que el voto se tiene que pasar a la movilización permanente porque, si no, las fuerzas contrarias al cambio lo detienen”, señaló este martes durante el acto de posesión de Antonio Sanguino y María Fernanda Rojas, nuevos ministros de Trabajo y de Transporte, respectivamente. 

Las palabras del presidente Petro coinciden con la revelación de la revista Cambio sobre la radicación de una ponencia que, de ser acogida por la sala plena de la Corte, declararía inexequible la Ley 2381 de 2024, la cual debe entrar en vigor el próximo 1. ° de julio de 2025. “La resistencia contra el cambio no se logra, sino movilizando al pueblo”, añadió el mandatario cuando hablaba de las tareas de Sanguino al frente de la cartera de Trabajo. 

Analistas sostienen que, como ya lo ha intentado en diferentes momentos de su mandato, en los que ha buscado trasladar la presión de las calles a las otras ramas del poder, el mandatario podría jugarse la carta del supuesto “bloqueo institucional” e incluso recurrir nuevamente a la tesis del “golpe blando” 

Carlos Andrés Arias, gerente de la consultora Estrategia y Poder, considera que las movidas del presidente Petro durante esta semana tienen más de una interpretación. En primer lugar, opinar que el mandatario indirectamente reconoce que hoy no cuenta con el capital político para sacar adelante sus proyectos. “Vuelve a una retórica que ya usó al inicio de su gobierno”, señaló. 

El analista también plantea que esto se suma al intento por imponer una narrativa que lo victimiza y que podría desviar la mirada de escándalos como el de la presunta infiltración de dineros de ‘Papa Pitufo’ a su campaña. “Este discurso está acompañado de un intento de asesinato, que ha denunciado sin ninguna prueba. Es decir, existe un claro propósito de llegar a esa audiencia fiel, a esos activistas en redes sociales y las personas que aún lo respaldan en las calles para interponerse al estado social de derecho”, señaló. 

Incluso, analistas ven en esta estrategia un claro propósito electoral. No hay que perder de vista que en pocos meses el país entrará en la vorágine preelectoral de 2026, por lo que el petrismo entra en una fase determinante para intentar salvar el proyecto político.  

“El Gobierno, y en especial el Presidente necesitan de un enemigo visible que les permita, como sucedió en la Alcaldía, apelar a la indignación popular y movilizar, para así, empedrar sus listas al Congreso y darle impulso a quien vaya a suceder a Petro”, opinó, por su parte, el analista político Gonzalo Araújo. 

El Congreso en la mira

El otro frente de su estrategia es el Congreso, lugar en el que sus reformas han encontrado resistencia incluso dentro de sectores que otrora lo respaldaron. En un aparente intento por contrarrestar esto -habrá que ver qué tanto éxito tiene-, el presidente anunció que hará públicas las asistencias y las votaciones de los parlamentarios.

“Las sesiones extraordinarias, fueron citadas para ello, no avanzaron mucho en las reformas demostrando que el Congreso no quiere aprobarlas. Publicaré la ausencia y el voto negativo de congresistas, partido por partido, para demostrarlo (sic)”, dijo el mandatario en X.

Si bien la estrategia de visibilizar las decisiones del Legislativo no es nueva -de hecho, algunos congresistas la utilizan para señalar a quienes apoyan medidas polémicas-, nunca antes un presidente había asumido directamente esa tarea, lo que para algunos ha sido interpretado como un nuevo intento por ejercer presión sobre el Congreso.

“El Congreso es autónomo en sus decisiones y no un apéndice de su gobierno. La Constitución es absolutamente clara frente a la separación de poderes. A todos los gobiernos se les han aprobado o negado iniciativas y todos aceptaban con espíritu democrático las decisiones, menos usted que pretende que seamos notarios de su voluntad omnímoda”, dijo Efraín Cepeda, presidente del Senado, quien calificó la advertencia presidencial como una amenaza de linchamiento político.

Lo cierto es que más allá de lo polémica que pueda ser al anuncio, para Arias esto no debería verse como una amenaza o un intento por coartar su libertad de votar las iniciativas como mejor les parezca.

“A mí me parece bien. Se ha hecho antes y yo no le veo ningún tipo de matoneo, sí me parece que esas declaraciones de algunos partidos políticos diciendo que les parece el colmo que se evidencie cómo se están votando, no son acertadas. Por eso esto se llama una democracia representativa y participativa”, agregó el analista.

Esta estrategia se suma a otras declaraciones que también han sido cuestionadas desde el Legislativo y e interpretadas como intentos de presión. Por ejemplo, hace tres semanas advirtió que de no ser aprobada la reforma tributaria que llevará al Congreso este semestre, seguirán recortando los recursos, lo que podría dejar sin financiación varias obras estratégicas en pausa.

“Claro que hay un problema general en todas las partidas aplazadas, que no cortadas: si el Congreso no aprueba la reforma tributaria que se les presentará, no podrán ser financiadas esas partidas y pasarán del aplazamiento al recorte. La prioridad que me impuse fue no aplazar los recursos que generan la justicia social en Colombia y los derechos universales”, aseguró el jefe de Gobierno a través de su cuenta de X el pasado 29 de enero.

Y es que los desafíos que enfrentará el Ejecutivo en lo que queda de su gobierno quedaron en evidencia durante las accidentadas sesiones extraordinarias de la semana pasada, que arrojaron un balance bastante discreto. La idea de la Casa de Nariño era avanzar en la mayor cantidad de artículos de la reforma de la salud, pero en dos días de sesiones solo se aprobaron siete.

Si llegase a ser aprobada, pasaría a Comisión VII del Senado, en donde no tendría los votos suficientes para ir a plenaria. A esa misma célula legislativa llegará la reforma laboral, iniciativa que tiene un panorama igual de complejo de cara al inicio de su tercer debate.

Queda por saber si el intento por acercar a la apertura del gabinete a partidos como la Alianza Verde o el Liberal, otra de las cartas que se juega el Ejecutivo, tendrán éxito o si, por el contrario, insistirá en su estrategia de confrontación.

CAMILO A. CASTILLO
Redacción Política
X: (@camiloandres894)