El sudor es un tema que incomoda a muchas personas, por las manchas que deja en las prendas o por el olor que muchas veces suele tener. Sin embargo, este es un proceso fisiológico que no se puede evitar y que sucede de manera natural en el cuerpo.
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La dermatóloga Belén Fabre, explica que esta secreción líquida está compuesta principalmente por agua y también “contiene electrolitos y otras sustancias”. Es producida por las glándulas sudoríparas y su función es la de regular la temperatura corporal. De esta manera, el sudor “se libera cuando la temperatura interna aumenta y al evaporarse sobre la piel, produce un enfriamiento corporal”, afirma la experta.
Existen dos tipos de glándulas sudoríparas: las ecrinas y las apocrinas. Las primeras se encuentran distribuidas en la mayor parte del cuerpo, y las segundas están presentes sobre todo en las áreas en las que hay vello, como el ano, las axilas y alrededor de las zonas genitales.
Las apocrinas son aquellas que producen la secreción compuesta por algunos ácidos grasos, proteínas, azúcares y amoniaco. Sus nutrientes se degradan por las bacterias que se encuentran presentes en la piel y generan compuestos que luego presentan el mal olor corporal.
Esto representa otra de las funciones que tiene el sudor en el cuerpo humano, eliminar ciertas cantidades mínimas de sustancias tóxicas y de desecho que son necesarias expulsar para evitar generar algunos malestares o incomodidades en el organismo.
¿Por qué el sudor huele más fuerte en algunas personas?
Es muy posible que el aroma que se presenta de esta secreción líquida no sea el mismo para todas las personas y en algunos sea mucho mayor. “Depende de distintos factores como la composición del sudor, factores genéticos, la composición de la flora bacteriana de cada persona, factores climáticos como la temperatura o la humedad o la higiene”, explica Fabre.
Además, resulta importante aclarar que la concentración de los distintos elementos que componen el sudor en cada persona es diferente y esto también afecta de gran manera el olor que adquiere la sustancia. Porque algunos suelen tener un aroma acre intenso y en cambio otros tienden a tener fragancias más ácidas.
Otro de los factores que más puede llegar a influir en el olor que presenta la secreción es la alimentación. Según los expertos de Driosec, laboratorio experto en la sudoración, “la cafeína, los alimentos ultraprocesados y el azúcar contribuyen a alterar el olor corporal”.
De la misma manera, “El ajo, la cebolla y el curry y otras especias, al ser digeridos, expulsan gases con sulfuro, generando que el olor del sudor sea desagradable e intenso. Asimismo sucede con dietas ricas en proteínas”, explican en el sitio ya mencionado.
ERIKA LUCIA IBAÑEZ GARCIA
REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL
EL TIEMPO