Este año, el Nobel de Economía fue entregado al turco-estadounidense Daron Acemoglu y a los británico-estadounidenses Simon Johnson y James Robinson, por sus estudios sobre cómo se forman las instituciones y cómo afectan a la prosperidad de un país.
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"Reducir las enormes diferencias de ingresos entre los países es uno de los mayores desafíos de nuestro tiempo. Los galardonados han demostrado la importancia de las instituciones sociales para lograrlo", aseguró Jakob Svensson, presidente del Comité del Premio de Ciencias Económicas.
Daron Acemoglu es doctor en economía y Ciencias Políticas por la London School of Economics and Political Science (Reino Unido), mientras que Simon Johnson tiene un doctorado en economía del Instituto Tecnológico de Massachusetts, Cambridge, Estados Unidos. Ambos son profesores en última institución.
Por su parte, James Robinson es economista y actualmente trabaja como profesor en la Universidad de Chicago, Illinois (Estados Unidos). Además, ha sido profesor en la Escuela Internacional de Verano en Economía de la Universidad de Los Andes por más de 20 años y en 2017 recibió el doctorado Honoris Causa.
Daron Acemoglu también ha estado de visita en la Escuela Internacional de Verano en Economía y en 2022 estuvo en Colombia donde participó en el Congreso de Economía Colombiana en Los Andes, donde impartió la Annual Development Lecture.
Reducir las enormes diferencias de ingresos
entre los países es uno de
los mayores desafíos de nuestro tiempo
"Los aportes de los tres (galardonados) han sido no solamente interesantes o útiles para el ámbito académico, sino que con sus discusiones sobre las causas que explican por qué algunos países tienen menor bienestar material que otros, han tenido una influencia importante en otros públicos como líderes y opinadores, en la forma en que la gente discute los temas", afirmó Leopoldo Ferguson, profesor de Economía de Los Andes.
Entre tanto, la rectora de Los Andes, Raquel Bernal, agradeció a James Robinson "su interés y aporte a la comprensión de los problemas apremiantes en los países en desarrollo con particular interés en Colombia y nuestra historia".
El Comité del Premio de Ciencias Económicas también destacó que la investigación empírica de Daron Acemoglu, Simon Johnson y James Robinson demuestra la importancia fundamental del tipo de instituciones políticas y económicas que se introdujeron durante la colonización.
Mientras que su investigación teórica ha contribuido a la comprensión de por qué es tan difícil reformar las instituciones extractivas, al tiempo que señala algunas de las circunstancias en las que esto puede suceder.
"Sus ideas sobre cómo las instituciones influyen en la prosperidad muestran que el trabajo para apoyar la democracia y las instituciones inclusivas es una forma importante de avanzar en la promoción del desarrollo económico", manifestó el Comité.
¿Por qué algunos países son ricos y otros pobres?
El 20 por ciento más rico de los países del mundo es hoy unas 30 veces más rico que el 20 por ciento más pobre. Además, la brecha de ingresos entre los países más ricos y los más pobres es persistente; aunque los países más pobres se han vuelto más ricos, no están alcanzando a los más prósperos.
La brecha de ingresos entre los países más ricos y los más pobres es persistente
Los ganadores del Nobel de Economía 2024 han encontrado pruebas "nuevas y convincentes" de una explicación de esta brecha persistente: las diferencias en las instituciones de una sociedad.
La correlación entre las instituciones de una sociedad y su prosperidad no significa necesariamente que una sea la causa de la otra. Los países ricos difieren de los pobres en muchos aspectos –no sólo en sus instituciones–, de modo que podría haber otras razones para su prosperidad y sus tipos de instituciones.
Tal vez la prosperidad afecte a las instituciones de una sociedad, y no al revés. Para llegar a la respuesta, los galardonados utilizaron un enfoque empírico que ha sido catalogado como "innovador".
Acemoglu, Johnson y Robinson examinaron la colonización de grandes partes del mundo por parte de los europeos. Una explicación importante de las diferencias actuales en la prosperidad son los sistemas políticos y económicos que los colonizadores introdujeron, o decidieron mantener, a partir del siglo XVI.
Los laureados demostraron que esto condujo a un cambio de suerte. Los lugares que eran, relativamente hablando, los más ricos en su momento de colonización se encuentran ahora entre los más pobres.
En uno de sus trabajos, utilizan como ejemplo la ciudad de Nogales, ubicada en la frontera entre Estados Unidos y México, y dividida en dos por una valla. En el lado estadounidense, sus habitantes son relativamente adinerados, tienen una esperanza de vida media elevada, los derechos de propiedad están asegurados y la gente sabe que podrá disfrutar de la mayoría de los beneficios de sus inversiones.
Pero en el lado mexicano, aunque se trata de una zona relativamente rica de México, los residentes son, en general, considerablemente más pobres que en el lado norte. Además, el crimen organizado hace que crear y gestionar empresas sea arriesgado.
Los galardonados demostraron que la diferencia entre las condiciones de vida entre Nogales (Estados Unidos) y Nogales (México) no es la geografía o la cultura, sino las instituciones sociales que se introdujeron en la colonia española. Este patrón es similar en todo el mundo colonizado y no depende de si los colonizadores fueron británicos, franceses, portugueses o españoles.
Cuando los europeos colonizaron grandes partes del mundo, las instituciones de esas sociedades cambiaron. Esto fue a veces radical, pero no ocurrió de la misma manera en todas partes.
En algunos lugares, el objetivo era explotar a la población indígena y extraer recursos para beneficio de los colonizadores. En otros, los colonizadores formaron sistemas políticos y económicos inclusivos para el beneficio a largo plazo de los inmigrantes europeos.
A raíz de esto, explican que algunos países se ven atrapados en una situación de instituciones extractivas y bajo crecimiento económico. La introducción de instituciones inclusivas generaría beneficios a largo plazo para todos, pero las instituciones extractivas proporcionan ganancias a corto plazo para quienes están en el poder.
Los lugares donde las enfermedades eran más peligrosas para los europeos son donde ahora se encuentran sistemas económicos disfuncionales
Mientras el sistema político garantice que seguirán en el poder, nadie confiará en sus promesas de futuras reformas económicas. Según los galardonados, esta es la razón por la que no se produce ninguna mejora.
Otro factor que contribuía a las diferencias institucionales, según los ganadores del Nobel de Economía 2024 era la gravedad de las enfermedades que se propagaban en las comunidades de colonos.
La prevalencia de enfermedades mortales variaba enormemente entre las zonas norte y sur de América, al igual que en las regiones africanas más cercanas al ecuador que las regiones más meridionales.
De manera similar, las enfermedades que se encontraron en la India eran considerablemente más numerosas y peligrosas para los colonizadores británicos que las de Nueva Zelanda o Australia.
La incidencia de enfermedades, que se puede ver en las estadísticas históricas de mortalidad durante la época colonial, está fuertemente asociada con la prosperidad económica actual.
Los lugares donde las enfermedades eran más peligrosas para los europeos son donde ahora se encuentran sistemas económicos disfuncionales y la mayor pobreza, así como la mayor corrupción y el Estado de derecho más débil.
Aseguran que una razón importante para esto son las instituciones extractivas que los colonizadores europeos establecieron o decidieron mantener, si eso los beneficiaba.
Los galardonados también agregaron una nueva dimensión a las explicaciones sobre las diferencias actuales en la riqueza de los países de todo el mundo. Una de ellas se relaciona con la geografía y el clima.
Desde que Montesquieu publicó su libro El espíritu de las leyes (1748), existe la idea de que las sociedades en zonas climáticas más templadas son económicamente más productivas que las de los trópicos. Y existe una correlación: los países más cercanos al ecuador son más pobres.
Sin embargo, según los galardonados, esto no se debe solo al clima. Si eso fuera cierto, entonces el enorme cambio de fortuna no podría haber ocurrido. Una explicación de por qué los países más cálidos son también países más pobres, son sus instituciones sociales.
De acuerdo con Acemoglu, Johnson y Robinson, las instituciones creadas para explotar a las masas son malas para el crecimiento a largo plazo, mientras que las que establecen libertades económicas fundamentales y el imperio de la ley son buenas para él.
Las instituciones políticas y económicas también tienden a ser muy duraderas. Incluso si los sistemas económicos extractivos proporcionan ganancias a corto plazo para una élite gobernante, la introducción de instituciones más inclusivas, menos extracción y el imperio de la ley crearían beneficios a largo plazo para todos.
Los galardonados explican que el sistema económico existente no se puede simplemente cambiar debido a los conflictos por el poder político y a los problemas de credibilidad entre la élite gobernante y la población.
Además, señalan que, mientras el sistema político beneficie a las élites, la población no puede confiar en que se cumplan las promesas de un sistema económico reformado.
Un nuevo sistema político, que permita a la población sustituir a los líderes que no cumplan sus promesas en elecciones libres, permitiría reformar el sistema económico. Sin embargo, las élites gobernantes no creen que la población les compense por la pérdida de beneficios económicos una vez que se establezca el nuevo sistema.
Los galardonados también han demostrado que la incapacidad de hacer promesas creíbles de cambios positivos puede explicar por qué a veces se producen transiciones a la democracia.
Cuando existe una amenaza de revolución, los que están en el poder se enfrentan a un dilema. Preferirían permanecer en el poder e intentar apaciguar a las masas prometiéndoles reformas económicas, pero es poco probable que la población crea que no volverá al viejo sistema tan pronto como la situación se calme. Al final, la única opción puede ser transferir el poder e instaurar la democracia.