M. caminaba rápido, ansiosa por llegar a casa para ver a su hijo de cinco meses. Al acercarse al edificio, buscaba en su cartera las llaves sin darse cuenta de que un hombre que había pasado a su lado había vuelto sobre sus pasos. Intentó cerrar la puerta, pero el desconocido, armado, ingresó con ella al edificio y la obligó a subir hasta su departamento, dando inicio a una pesadilla, en Argentina.
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Una vez en el departamento, el delincuente exigió dólares y amenazó con secuestrar al bebé. Maniató a la mujer, su pareja y su suegra con precintos. Sin embargo, en un descuido, lograron golpear y reducir al agresor hasta que llegó la policía.
A pesar de haber sobrevivido al incidente, ahora temen que el hombre, una vez liberado, vuelva en busca de venganza.
El suceso tuvo lugar en Blanco Encalada al 3300, en el barrio de Belgrano, a las 21:26 del viernes pasado. La secuencia inicial del ataque quedó registrada por una cámara de seguridad cercana al edificio, capturando el momento en que M. intentaba cerrar la puerta, mientras el delincuente la intimidaba exigiendo el dinero.
M. recordó que le pareció que el ladrón no conocía el edificio. Como el inmueble no tenía ascensor, subieron los tres pisos por escalera, mientras el delincuente la amenazaba constantemente con un arma.
Al llegar al departamento, lo primero que M. dijo al abrir la puerta fue "perdón", ya que en el interior se encontraban su pareja, de 42 años, su suegra, de 67, y el bebé.
"Nos obligó a tirarnos al piso. En un momento llegó a apuntarle al bebé", relató M. El ladrón repetía insistentemente "quiero la plata, quiero los dólares", mientras las víctimas trataban de explicarle que no tenían dinero. Le ofrecieron computadoras, teléfonos y otros objetos de valor, pero el delincuente solo quería dólares.
M. y su familia temieron lo peor, ya que al no tener dólares, creyeron que el ladrón los mataría. El delincuente los amenazó diciendo: "Me llevo al bebé y lo secuestro". Tras maniatar a todos con precintos, el ladrón llevó a la suegra y al novio de M. al baño, mientras el bebé permanecía en la cuna.
A M. la llevó a la habitación y le dijo: "Dame los dólares o te violo", antes de regresar al baño.
En ese momento, el novio de M., al darse cuenta de que los precintos estaban mal puestos, decidió actuar. Aprovechando que el ladrón le dio la espalda, le pegó un golpe que lo tomó por sorpresa.
"Mi pareja, cuando vio la oportunidad, pensó ‘es ahora o nunca’ y le pegó. Después le empezamos a pegar todos", relató M. Mientras intentaban reducir al ladrón, ella le dio patadas en la mano donde tenía el arma, utilizando la fuerza que ambos, como practicantes de Crossfit, lograron sacar en el momento.
El arma se disparó en un punto del forcejeo, pero M. logró agarrarla y tirarla lejos. Corrió con su bebé mientras gritaba: "¡Ayuda, ayuda. Hay un ladrón!". Poco después, unos vecinos acudieron y ayudaron a reducir al delincuente hasta que llegó la policía de la Comisaría Vecinal 13C.
Cuando los uniformados llegaron al lugar, encontraron al delincuente ya reducido, según confirmaron fuentes policiales. El ladrón fue detenido y quedó a disposición del juez en lo criminal y correccional porteño Osvaldo Rappa.
"Yo pensé que nos iba a matar. Pero en ese momento uno saca fuerzas de donde puede. El ladrón en un momento gritaba 'no me peguen más, no me peguen más'", recordó M. La víctima también mencionó que el personal policial le informó que el arma utilizada por el delincuente era una pistola de aire comprimido.
M., cuya identidad se mantiene en reserva por pedido de la víctima, comentó que tras el aterrador suceso se enteró de otros robos en el barrio.
"Nos gustaría tener custodia policial porque no sabemos si, una vez que recupere la libertad, el ladrón quiera volver para vengarse", expresó la vecina de Belgrano. M. espera que en las próximas horas el juzgado la llame para tomarle declaración testimonial.
Gabriel Di Nicola
LA NACION ARGENTINA / GDA.
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*Este contenido fue escrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basada en información de La Nación Argentina (GDA). Contó con la revisión de una periodista y un editor.