Las películas del cineasta chileno Pablo Larraín tienen una particularidad: de temas o personajes muy conocidos logra tramas o ángulos distintos y en los que pone mucho de su interés personal. No, Jackie, El conde, Spencer, Neruda, Tony Manero, El club y, recientemente, María son parte de su filmografía y revelan su talento para contar lo mismo de otra manera.
Y es que la película biográfica de Larraín sobre la mítica cantante de ópera María Callas es una obra de reconocimiento más a la vida que a la obra de la artista, aunque extremadamente comprensiva con la controvertida diva que arrasó con su voz en una carrera breve, pero incendiaria.
María, protagonizada por Angelina Jolie, se centra en la última semana de la vida de Callas, en septiembre de 1977, a sus 53 años de edad, recluida en su apartamento de París donde aún albergaba esperanzas de volver a los escenarios mientras recordaba glorias pasadas.
María, protagonizada por Angelina Jolie, se centra en la última semana de la vida de Callas. Foto:Diamond Films
Ninguna cantante de ópera ha inspirado tanta literatura y cobertura por parte de medios audiovisuales como Callas, entre biografías, discos y documentales. Sus grabaciones, tanto de estudio como en directo, se reeditan a pesar del paso del tiempo, lo cual se convirtió en una auténtica mina de oro para los sellos disqueros como EMI en su momento.
Larraín estará en Colombia como uno de los invitados de la edición 64 del Festival de cine de Cartagena, que también contará con la presencia del cineasta canadiense Xavier Dolan, el documentalista haitaiano Raoul Peck y la actriz española Ángela Molina. Mientras, el chileno, que fue nominado al Óscar en 2013, nos contó detalles de María que se puede ver en los cines del país.
¿Por qué una película sobre María Callas?
Desde que era joven, siempre fui fanático de la ópera. Y, por supuesto, María Callas es una de las grandes del género. Lo que me intriga es que casi no existen películas sobre el mundo de la ópera y los cantantes de ópera. Es un arte tan fascinante, tan completo, que ha sido bastante ignorado por el cine. Hay algunas excepciones, claro, pero son pocas.
Entonces, me vino la idea de hacer una película sobre probablemente la voz más grande de la historia, alguien que vivió una vida difícil y hermosa al mismo tiempo. Fue una suerte encontrar a Steven Knight, quien escribió un guion hermoso. Y, por supuesto, esta película no existiría sin Angelina Jolie. No puedes hacer, ni siquiera intentar hacer, una película como esta sin alguien que pueda interpretar adecuadamente el papel. Sentimos que esta es una celebración de su vida, su obra y su música.
Para alguien que ha estado muerta casi tanto tiempo como lo que vivió, ¿qué es lo que hace de Callas una figura tan convincente y duradera en la imaginación del público?
Yo diría que hay dos elementos en juego. En primer lugar, ella se estaba muriendo, se consumía cada vez que estaba en el escenario. Piense en la diferencia entre sus grabaciones en el escenario y las grabaciones en estudio: es otro mundo. De hecho, en la película Callas se enoja con el mesero de un café que pone uno de sus discos. Ella decía: “Nunca escucho mis propios discos”. ¿Por qué no? “Porque son perfectos. Una canción nunca debería ser perfecta”. Esta idea de perfección es exactamente lo que ella no hizo. Hay algo que es irrepetible en lo que hizo. En esa gran caja que tienes ahí. Cada actuación es muy diferente. Hay algo muy humano en la idea de algo que no se puede repetir y que siempre es impredecible.
¿Cuál era su objetivo al imaginar este ángulo de la vida de Callas?
Estaba tratando de expresar mi fascinación por la vida y la obra de María Callas, tratando de ser lo más justo posible, asumiendo que estamos haciendo una película que es una versión ficticia y asumiendo que nunca sabremos realmente quién era ella. Leí ocho o nueve biografías, y vi prácticamente todos los documentales y todas las entrevistas que se pueden encontrar... y, sin embargo, no siento que podamos conocerla. Es indescriptible.
Angelina Jolie es María Callas. Foto:Diamond Films
¿Cuál fue su lógica para elegir las canciones usadas en la película?
No quería hacer una película sobre María Callas y no utilizar ciertas piezas musicales que eran tan emblemáticas para ella; si quieres abrir su legado a más gente, necesitas incluir ciertas piezas que son importantes. María Callas de alguna manera se convirtió en la suma de las tragedias que interpretó en el escenario. Interpretó a tantos personajes trágicos que murieron al final de la ópera, y creo que se convirtieron en una especie de fantasmas en su vida. Y queríamos jugar con eso, mostrarlo.
¿Cómo se preparó Jolie para el aspecto del canto en su papel?
En la ópera, no se puede hacer trampa frente a la cámara. La única forma de hacerlo era que Angelina cantara. ¡En voz alta! Sí, tenía un auricular, pero cantaba frente a nosotros y grabábamos no solo su voz, sino todos los demás sonidos que salían de ella: su respiración, el susurro de su ropa, todo. Y una vez que teníamos eso, lo mezclábamos a la antigua usanza. Aquí no hay una inteligencia artificial loca ni un software costoso. Esto es real y tuvo que entrenarse por un tiempo con el entrenador vocal Eric Vetro. Entrenó durante dos meses la postura y la respiración, luego otros cuatro o cinco meses practicando las seis veces que tuvo que cantar en la película. Durante la producción, entrenó otras dos horas al día hasta llegar a cantar la escena de Anna Bolena en La Scala.
¿Sintió que era importante hacer la película como una ópera misma en sí?
Correcto. Tenía un sentido trágico de la vida. La mayoría de las historias que cantaba, ya fueran más propias de la tradición del Bel Canto o de la tradición germánica, eran tragedias. María Callas solía –en el 90 por ciento de las óperas que cantaba– terminar con muerte en el escenario. Hay algo ahí que Steve y yo discutimos extensamente sobre cómo podemos hacer una película donde el personaje principal se convierte lentamente en la suma de las tragedias que cantó –pero el ángulo era una celebración. No queríamos hacer una película oscura sobre una situación trágica. Creo que es más como una película sobre una mujer que ha pasado su vida cantando para otros y cuidando a otros; preocupándose por sus relaciones, pero ahora está lista para cuidar de sí misma y encontrar su propio destino.
¿Fue su intención mostrar el contraste entre el mundo material que lo tenía todo, con su vida totalmente vacía?
Por supuesto, aunque la oportunidad que brinda la ficción es crear una ilusión; una visión arbitraria de lo que podría haber sucedido dentro de esas puertas. Nadie sabría realmente qué sucedió, así que esta es una visión de lo que podría haber sucedido, pero sí sabemos que ciertas vidas como la de María la obligan a estar muy aislada. De alguna manera, Ferruccio y Bruna, sus asistentes, eran su protección frente al mundo. Se sentían protegidos el uno por el otro. Pero creo que la cultura crea la ilusión de que estas personas tienen vidas extraordinarias llenas de lo que sea, pero en realidad, una vez que estás dentro de una casa cerrada, todo el mundo tiene los mismos problemas existenciales. O eso creo, no lo sé.
¿Cuál es su ópera favorita de la película y por qué?
Fue muy interesante porque como comenté, ella comenzó el proceso de cantar y fue un proceso de seis o siete meses. Primero fue la respiración, la postura y poner bien la laringe, y luego empezamos con Ave María. Y luego fue O Mio Babbino Caro. Fue más o menos en el orden en que está en la película. Y luego, bastante tarde en el proceso, le di la pieza que iba a cantar de Anna Bolena y me llamó para decirme: “Esta es la que más me gusta”. Y es interesante porque es la más difícil. Es menos amigable, como sonido. Es la escena de locura de Anna Bolena. Me resulta muy difícil decir solo una. Es cruel. Pero solo por cómo se usa en la película, diría Tosca de Giocomo Puccini.
¿Qué espera que el público deduzca de su visión en esta película?
Espero que la película logre el objetivo de celebrar la vida y el arte de Maria Callas, pero también deseo que nos haga reflexionar sobre nuestra relación con el arte, la soledad y la búsqueda de un propósito en nuestras vidas. Es una película para todos aquellos que alguna vez han sentido esa conexión visceral con la música y el arte.
Mario Amaya
Para EL TIEMPO
Los Ángeles, California