Con las buenas cifras que se reportaron en agosto, parecía que el sector vivienda comenzaba a recuperarse, pues la inflación ha venido disminuyendo (5,81 por ciento en septiembre) al igual que las tasas de interés.
Conforme a los criterios de
Sin embargo, septiembre volvió a sorprender con una fuerte caída tanto en ventas, iniciaciones y lanzamientos de nuevas unidades, según reveló la Cámara Colombiana de Construcción (Camacol).
Durante este mes las ventas de vivienda fueron las más bajas desde mayo de 2020 (9.693 unidades), cuando Colombia atravesaba la etapa más fuerte de la pandemia del covid-19.
En total, se vendieron 9.889 viviendas, una caída del 15,6 por ciento si la comparación se hace con el mismo mes del año pasado. De estas unidades, 7.094 fueron viviendas de interés social (VIS) y 2.795 fueron No VIS.
En cuanto a los lanzamientos de nuevas unidades, registraron una reducción anual del 49 por ciento al ser tan solo 7.414, mientras que las iniciaciones de nuevos proyectos cayeron 34,5 por ciento al contabilizarse 8.467.
El panorama del sector se podría complicar por dos recientes decisiones del Ministerio de Comercio, Industria y Comercio de imponer aranceles a las importaciones de materiales esenciales para la construcción de nuevas viviendas.
La primera es el arancel ad valorem del 30 por ciento a las importaciones de alambrón de hierro o acero sin alear o demás aceros aleados, provenientes de países con los cuales Colombia no tiene ningún acuerdo comercial vigente.
Esta decisión estará vigente por dos años y se tomó luego de evidenciar que las importaciones de alambrón desde estos destinos aumentaron su participación en cerca de 9 puntos porcentuales.
Además, el precio de estas importaciones se redujo en 16,7 por ciento y el precio de venta fue inferior al valor del producto nacional en un rango entre 1,91 y 13,35 por ciento.
Sumado a esto, el ministerio también anunció una salvaguardia a las importaciones de barras de hierro o acero corrugadas para refuerzo de concreto que se hagan desde los países de la Comunidad Andina (CAN): Bolivia, Ecuador y Perú.
Para ello, se estableció un cupo anual de importación de 29.529,03 toneladas que podrán ingresar libremente al país, pero las compras que superen ese contingente deberán pagar un arancel del 14,5 por ciento durante un periodo de dos años.
De acuerdo con el presidente de Camacol, Guillermo Herrera, esta salvaguardia llega en un momento muy difícil para el sector constructor y, particularmente, para el segmento residencial.
Las iniciaciones cayeron el
14 por ciento entre enero y septiembre del 2024
"En lo corrido del 2024 los ritmos de comercialización son 37 por ciento inferiores a los del 2022, mientras que las iniciaciones cayeron el 14 por ciento entre enero y septiembre del 2024 y están un 20 por ciento por debajo del registro de hace dos años”, destacó.
Además, esta salvaguardia es apenas una de las tantas medidas que están afectando los precios de las importaciones de diferentes partidas asociadas al hierro y al acero.
De hecho, desde octubre del 2023 el gremio ha identificado al menos seis intervenciones que han impactado materiales como el aluminio, la barras, el alambrón y otros aceros aleados y sin alear.
La preocupación de estas medidas radica en que el hierro y el acero tienen un peso cercano al 15 por ciento de los costos directos de la construcción, y si bien la afectación se da sobre un subconjunto correspondiente a importaciones de ciertos orígenes, el impacto sería significativo.
No se ha implementado una estrategia de reactivación por parte del Gobierno Nacional
También hay que tener en cuenta que el precio de estos dos materiales producidos en Colombia ha crecido cerca del 50 por ciento frente al 2020, cuando se generó un incremento durante la pandemia, y según datos del Dane, la producción nacional tendría un precio 29 por ciento superior a la media de las importaciones.
Y si bien los costos de la construcción venían registrando una moderación, el acero sigue siendo uno de los materiales que jalonan al alza esta categoría.
“De ahí el llamado desde el sector por las salvaguardias, que se suman a otras intervenciones que han afectado de manera negativa el mercado de vivienda en un escenario en el cual no se ha implementado una estrategia de reactivación por parte del Gobierno Nacional, aseguró Guillermo Herrera.
Otra preocupación que está rondando en el sector es la pérdida de empleos, pues en agosto se perdieron 79.000 puestos de trabajo en la construcción de vivienda, de los cuales, 47.000 eran trabajadores de la base, la mayoría maestros de obra y ayudantes.