La adolescencia, comprendida entre los 12 y 19 años, representa un período de transición marcado por cambios significativos. Estos jóvenes, en su constante búsqueda de independencia, enfrentan las expectativas y normas sociales, lo que puede crear incertidumbre y ansiedad no solo en ellos sino también en sus padres.
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Desde una perspectiva adulta, esta etapa puede parecer un campo minado emocional, donde aquellos niños cercanos se tornan distantes y desafiantes. La comunicación fluida de antaño puede debilitarse, pero esto no siempre implica un rechazo parental, sino una parte del proceso de independencia necesario en el desarrollo adolescente.
Los especialistas consultados por Hogar y Familia de 'El Comercio' enfatizan que este período, aunque desconcertante para muchos padres, ofrece una oportunidad única para reconectar con los hijos de una manera más madura y respetuosa.
¿Cuáles son los desafíos que enfrentan los padres al intentar mantener una conexión con sus hijos adolescentes?
Johanna Herrera, psicóloga del Centro de Desarrollo Humano Zueh, señala que la adolescencia implica un desarrollo significativo del cerebro que puede influir en la conducta. "En la adolescencia la corteza prefrontal aún no está del todo desarrollada, ya que es una de las últimas áreas en madurar", explica.
Los desafíos no son menores: desde cambios hormonales hasta un diálogo más cerrado, los adolescentes a menudo luchan por definir su identidad y aceptar su apariencia, lo que puede dificultar la comunicación con los padres.
El doctor Alberto Alegre Bravo, de Continental University of Florida, añade que la independencia de los jóvenes puede generar conflictos sobre límites y expectativas, afectando la conexión con los progenitores.
“A nivel emocional, los jóvenes son más sensibles a las críticas, por lo que pueden reaccionar de manera exagerada a las opiniones de sus progenitores, al igual que se enfocan más en sus relaciones amicales, ya que buscan la aprobación de sus pares", señala la psicóloga clínica Ana Ramírez.
"Mientras que, a nivel psicológico, comienzan a pensar de manera abstracta y a cuestionar las creencias y valores de sus padres, por lo que desarrollan su propio sistema de valores, desafiando así las normas morales de los adultos. Además, se vuelven más conscientes de los problemas sociales, razón por la cual, pueden expresar sus diferentes opiniones y puntos de vista, cuestión que también puede generar fricción con sus padres”, añade.
Señales de desconexión emocional en los adolescentes incluyen:
- Comunicación reducida y respuestas evasivas.
- Aislamiento social y preferencia por pasar tiempo solo o con amigos.
- Cambios en el comportamiento, como irritabilidad o desinterés por actividades familiares.
- Menos muestras de afecto y un descenso en el rendimiento escolar.
Para mejorar la relación, es clave adaptar el estilo de comunicación. Los padres deben practicar la escucha activa, mostrando interés y comprensión, y evitar juicios. “Los padres deben ser pacientes y crear un ambiente donde los adolescentes se sientan seguros para compartir sus pensamientos y emociones sin temor a ser criticados o juzgados", sugiere el doctor Alegre.
Estrategias para fortalecer la conexión
- Comunicación abierta: adaptar el estilo de comunicación y practicar la escucha activa.
- Fomentar la confianza: respetar la privacidad y mostrar empatía hacia las emociones adolescentes.
- Apoyar la independencia: definir expectativas claras y permitir que los jóvenes tomen sus propias decisiones.
- Gestión de redes sociales y tecnología: establecer límites y fomentar actividades fuera de línea.
- Buscar intereses comunes: organizar actividades que ambos disfruten para fortalecer la relación.
- Buscar apoyo profesional si es necesario: asistir a terapia familiar o participar en grupos de apoyo.
Ana Ramírez, psicóloga clínica, enfatiza la importancia de aceptar la vulnerabilidad y compartir emociones para humanizar la relación: "Mostrar interés genuino en la vida de los adolescentes y compartir experiencias propias puede ser clave para reconectar".
En definitiva, aunque la adolescencia puede presentar desafíos, con paciencia, empatía y respeto mutuo, es posible fortalecer los lazos familiares y superar juntos esta compleja etapa.
MILENKA DUARTE
El Comercio (Perú) / GDA
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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basada en información de El Comercio (GDA), y contó con la revisión de una periodista y un editor.