De fondo, un telón azul ultramar y una luna roja gigante, en los que se leía, en letra cursiva amarilla, Lunalé. Al frente, con una guitarra, gafas negras rectangulares –que ya son su firma– y un atuendo blanco que contrastó perfectamente, la bumanguesa María Alejandra Plata cumplió, hace un mes, su sueño de cantar como solista en un gran festival como lo es el Estéreo Picnic.
Los colores de esa puesta en escena son potentes y no fueron casualidad. El proyecto de Lunalé no solo abarca el sonido, también integra el proceso de una artista audiovisual que no deja detalles conceptuales o de su imagen a la suerte. Así tal cual cuida la composición y la creación de las canciones.
En 2023 se viralizó un video en el que mostró que nadie llegó a un concierto suyo. Foto:Andrea Moreno. EL Tiempo
En junio regresará a México, país donde reafirmó su amor por la música durante un concierto al que ningún asistente llegó. En cuestión de dos años, Lunalé, de 30 años, pasó de un escenario vacío a uno lleno, en el principal festival de música de Colombia.
¿En qué momento su carrera vira de la creación audiovisual hacia la música?
Desde los 15 años he escrito canciones, pero el camino comenzó en el 2014, cuando fundé una productora que se llama Viajero Producciones con la que hacía videoclips. En el 2017 decidí dedicarme a la música y al año siguiente saqué mi primer sencillo, ¿Por qué insistes?, y en 2019 lancé el disco La pena de estar sin ti.
Ese disco y ‘Algo hermoso termina’ (2023) tienen una conexión con los finales. ¿En qué más coinciden y en qué se diferencian?
Mi sueño siempre ha sido trabajar partiendo de álbumes, porque es la manera más chévere de que la gente pueda conocer a un artista escuchándolo de principio a fin. Mi primer disco fue un acercamiento formal a la música, para explorar la sonoridad y entender quién era yo como artista. El tema fue el dolor y la transformación de ese sentimiento en arte. El segundo álbum tiene temas que fueron de los primeros que compuse, que hablan del desamor.
¿Entonces los dos tratan del desamor?
De los 20 a los 30 es la edad del desamor, pura tusa. El segundo álbum lo llamé 'Algo hermoso termina', inspirada en un poema de Piedad Bonnett. Todo el disco tiene una narrativa que cuenta una historia de amor, que no necesariamente es amor pasional, también puede ser una amistad. Es un álbum de cerrar ciclos, de entender que las cosas se acaban. Parece algo lógico, pero a veces cuesta entender. La música me ha ayudado a entender esas cosas de la vida.
Yo publiqué un reel contando lo que sucedió y muchos artistas me dijeron: ‘A mí también me pasó’. Foto:Andrea Moreno. EL Tiempo
¿Por qué seguir cantándole al romanticismo y abordar géneros musicales como el bolero, que no son propios de su generación?
Soy una persona muy romántica. Mi nombre artístico incluye la luna, que me parece lo más espectacular. El sol también es increíble, pero no lo puedes mirar fijamente como a una luna llena. Para mí, lo que más importa en la vida es el amor, conectarse con otras personas y la búsqueda interna. No le veo mucho sentido a enfocarse en cosas que no cultivan el alma y la conexión con uno mismo, con los demás y con el entorno. Por otro lado, creo la idea es no encerrarse en un género que sea el que está sonando. ¡Hay tanta música para conectarnos con el alma! La música y el arte tiene un papel muy sanador e importante en la sociedad, pero ahora se ve muy desde el entretenimiento. Yo soy partidaria de ver la música como un canal de conexión, que cuando escuchamos una canción nos mueve el alma.
En esa línea, ¿qué la mueve a hacer música? ¿Quién la inspira?
Obviamente María Cristina Plata, mi hermana, mi primera maestra y quien me enseñó los primeros acordes en la guitarra. Sigo con Jorge Drexler. Amo cómo escribe, cómo canta y la manera tan sutil y elegante en que dice las cosas. También me gusta Billie Holiday y sus tonalidades más nostálgicas y depresivas. Esa música que pones y te hace sentir como en una película.
En junio de 2023 se viralizó en redes un video en el que mostró que nadie llegó a un concierto suyo en Puebla. Dos años después regresa de gira a México. Háblenos de la relación con ese país.
Lo que pasó en ese concierto, que no hubiera ido nadie, nunca lo había vivido, pero fue muy lindo porque tuve una gran enseñanza: tuve la convicción de que no pasa nada si no viene nadie porque yo no hago esto para llenar lugares, sino porque es lo que me nace hacer.
¿Cuáles son las reflexiones?
Yo publiqué un reel contando lo que sucedió y muchos artistas me dijeron: ‘A mí también me pasó’. Muchos hemos vivido eso, pero casi nadie lo había comentado. No es obligación hacerlo, pero tuve unas enseñanzas muy importantes y por eso las compartí. Ese día me di cuenta que yo quería hacer música. Dije: ‘esto no me va a quitar las ganas’. Este camino a veces no es tan amigable. Llevo 10 años haciendo música que, considero, es buena, he escuchado muchos artistas, me he nutrido de buena música. Lo que yo quiero ofrecerle al mundo es algo especial y, a pesar de eso, todavía no están los oyentes que uno siente que merece.
¿Ese día no se le ocurrió renunciar?
Tengo varios momentos en los que he pensado no seguir más. Pero ese día dije: ‘no pasa nada, igual me voy a subir y voy a cantar y así lo haré las veces que me vuelva a pasar’. Que me haya hecho viral o que la gente en México ya me conozca no significa que no me pueda volver a pasar.
¿Qué tan viral fue?
Muy viral. En México salió en las noticias. Fue una sorpresa, incluso la gente pensó que lo planeé. Yo me quiero dar a conocer, pero no con una noticia así. Conté lo que pasó porque creo que la honestidad es el camino. Quería que la gente supiera por lo que uno vive como artista. Muchos hablan y comparten cosas como el Estéreo Picnic, pero nadie habla, por ejemplo, del show al que no fue nadie. Lo que me pasó también tuvo su lado bueno, y es que gracias a eso mucha gente de México conectó con mi música y llegó a mí.
Y ahora inicia una gira por México en junio...
Claro, se creó un público. Allá hay un nicho, un público que espera que yo vuelva, gente que no me pudo ver y que me conoció por ese video viral. Es la oportunidad para que quien se enteró de la noticia vaya, me vea de frente y cante conmigo las canciones.
¿Qué significó estar por primera vez en el Estéreo Picnic abriendo tarima?
Es muy chévere porque para alguien como yo, que vengo de una ciudad pequeña como Bucaramanga, esas cosas le parecen lo mejor del planeta. Cuando empecé me imaginaba en ese festival, es algo que estaba en la conversación con mi equipo. Cuando me llegó la invitación, sentí que, a pesar de que llevo 10 años en esto, llegó en el momento que tenía que llegar. Antes no hubiera estado tan lista. Se desbloqueó un nuevo nivel.
ANDREA MORENO
Fotografía EL TIEMPO
IG @andreamorenoph