Neuropsicóloga revela los seis tipos de conversaciones internas que las personas tienen en la mente y sus beneficios

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En medio de la rutina diaria, existe un espacio privado al que cada individuo acude constantemente: la mente. En ese lugar se desarrollan diálogos personales que pueden influir de manera decisiva en los pensamientos y emociones. Estas conversaciones internas, muchas veces automáticas, pueden alentar, advertir o incluso dificultar nuestras acciones. 

¿Es posible modificar la manera en la que nos hablamos a nosotros mismos? Durante una charla organizada por BBVA en el marco del programa Aprendemos Juntos, la neuropsicóloga Alba Cardalda, autora de 'Cómo dejar de ser tu peor enemigo', abordó esta dinámica y sus implicaciones.

“Gracias a la neurociencia hoy sabemos que existen diferentes tipos de diálogo interno y que cada uno tiene una función distinta”, explicó Cardalda al introducir los seis tipos de conversaciones internas más comunes: el diálogo de identidad propia, el motivacional, el instruccional, el disociativo, el social y el compulsivo.

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Identificar y gestionar los diálogos internos mejora la regulación emocional y reduce el estrés.
Foto:iStock

La función de los seis tipos de diálogos internos

La especialista en terapia cognitivo-conductual destacó que estas conversaciones influyen no solo en la percepción personal, sino también en la gestión del estrés y las emociones. Cuando se practican conscientemente, pueden convertirse en una herramienta valiosa para mantener el equilibrio emocional.

1. Diálogo de identidad propia

Este tipo de conversación interna reflexiona sobre temas existenciales profundos, como “quiénes somos” y “cuál es el propósito”. Cardalda indicó que este tipo de introspección, fomentado por muchos psicólogos, resulta esencial para la salud mental, ya que permite responder interrogantes fundamentales sobre la vida.

2. Diálogo motivacional

Descrito como “el mejor de los diálogos” por la experta, tiene la función de brindar apoyo emocional en situaciones de tensión, ansiedad o tristeza. “Es el que usaríamos en una situación tensionante, repitiéndonos que estamos capacitados para hacer lo que estamos haciendo”, comentó. 

Entre las frases más comunes de este diálogo se encuentran: “tranquila, puedes hacerlo”, “paso a paso, con calma se puede” y “te preparaste para esto, relájate”.

3. Diálogo instruccional

Este diálogo es de carácter metódico y directivo. Se utiliza para ordenar los pasos necesarios en la ejecución de tareas complejas.

“Cuando aprendemos algo nuevo, como ecuaciones matemáticas, por ejemplo, este tipo de diálogo nos ayuda a recordar pasos específicos y a organizarnos para alcanzar la meta”, explicó Cardalda.

4. Diálogo disociativo

Esta conversación interna simula un debate entre diferentes “voces” que expresan puntos de vista opuestos, especialmente al tomar decisiones importantes. “Es muy divertido”, mencionó la experta. “Porque es una conversación que tenemos con nosotros mismos, pero pareciera que la tenemos con muchas personas al mismo tiempo”. 

Para ilustrarlo, Cardalda expuso el ejemplo de un cambio de trabajo: “Por un lado tenemos a la voz de la seguridad, que reconoce la comodidad del salario, de saber lo que se está haciendo y con quienes se comparte el espacio laboral. Por otro, aparece una voz más intrépida y rebelde”. Esta última invita a asumir riesgos y advierte sobre la posibilidad de una vida monótona si no se busca un cambio.

“Estas dos vocecitas que se debaten son facetas diferentes de nuestra propia personalidad y escucharlas nos permite conocernos en profundidad: saber cuáles son nuestros miedos, deseos, sueños y anhelos. Nos disociamos dentro de nosotros mismos”, añadió Cardalda.

5. Diálogo social

Este tipo de conversación ocurre al imaginar o recrear interacciones con otras personas. Puede presentarse antes de una entrevista de trabajo o al reflexionar sobre cómo se podría haber actuado en una situación pasada. 

“Todos lo tuvimos en algún momento, al recrear conversaciones en nuestro cerebro; conversaciones que podríamos haber tenido, que podrían haber salido mejor”, comentó la especialista.

6. Diálogo compulsivo

Considerado “el más problemático”, este diálogo se caracteriza por la rumiación excesiva y los pensamientos repetitivos relacionados con los “¿y si…?”

Cardalda advirtió sobre el impacto de esta dinámica en el bienestar emocional y la necesidad de aprender a redirigir estos pensamientos. “Esta es la voz de nuestro peor enemigo. Cuanto antes aprendamos a controlarlo o callarlo, mejor”, concluyó.

Cada tipo de diálogo interno cumple un propósito específico. Identificar y manejar estas conversaciones puede marcar la diferencia en la forma en la que se enfrentan los retos cotidianos y se construye la propia percepción del mundo y de uno mismo.

SOL VALLS

La Nación (Argentina) / GDA

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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de La Nación, y contó con la revisión de un periodista y un editor.

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