El 26 de enero, un ejemplar del pez diablo negro adulto, conocido también como pez rape abismal, fue avistado en la isla de Tenerife, un hecho que sorprendió a la comunidad científica.
Esta especie marina habita a más de 2000 metros de profundidad en aguas tropicales y subtropicales del océano, por lo que su repentina aparición en la superficie generó múltiples interrogantes.
Este pez es reconocido por su aspecto aterrador: su piel oscura, dientes puntiagudos, ojos saltones y la presencia de bacterias bioluminiscentes en su aleta dorsal, que utiliza para atraer presas en la oscuridad absoluta.
Nunca antes había sido observado en estas condiciones. Si bien en 2024 se encontró un ejemplar en la costa de California, en aquel caso el pez ya estaba sin vida y se cree que la marea lo llevó hasta la arena.
Su corta vida en la superficie
El impacto de su aparición no duró mucho. Un grupo de investigadores marinos que se encontraba en la zona captó el momento en video y compartió las imágenes en redes sociales que rápidamente se viralizaron. Sin embargo, poco después de ser avistado, el animal murió, dejando aún más dudas sobre las causas de su ascenso.
Para determinar más detalles sobre su biología, los especialistas realizaron estudios que permitieron confirmar su tamaño. Según datos del Museo de Naturaleza y Arqueología de Tenerife, el pez medía seis centímetros, una cifra dentro del rango habitual de la especie, que puede alcanzar entre 15 y 18 centímetros en algunos casos. Con esta información, se desmintió la creencia de que se trataba de una criatura de gran tamaño.
La investigadora encargada del análisis del pez compartió un video en TikTok en el que mostró al ejemplar en el laboratorio, permitiendo hacer una comparación visual con el tamaño de una mano.
Un valioso aporte al archivo científico
El pez diablo negro también fue fotografiado por David Jara Bogunyà, miembro de la ONG Condrik Tenerife, quien logró captar imágenes desde el buque Glaucus mientras el animal aún nadaba. Este registro se suma al reducido archivo de avistamientos de la especie en su hábitat natural.
Hasta ahora, el único video conocido de un pez rape abismal con vida había sido grabado en 2014 por Bruce Robison, científico del Instituto de Investigación del Acuario de la Bahía de Monterrey, en California. Por esta razón, la reciente documentación realizada en Tenerife representa un avance en el estudio de la biodiversidad marina.
Hipótesis sobre su misteriosa aparición
El motivo por el cual este ejemplar emergió a la superficie sigue siendo un enigma. Kory Evans, biólogo de peces en la Universidad Rice de Estados Unidos, planteó varias hipótesis para explicar el fenómeno.
Destacó que esta especie no nada activamente, sino que se mantiene flotando en espera de sus presas, lo que hace aún más extraño su avistamiento. “Ellos no se mueven. Se quedan quietos, flotando, así que ver a uno activo es algo impactante”, explicó Evans a 'National Geographic'. Además, aclaró que, pese a su apariencia feroz, estos peces “son blandos y escurridizos”.
Una de las teorías sugiere que el pez pudo haber ingerido otro más pequeño con una vejiga natatoria o glándula de gas, lo que habría causado una expansión interna que lo empujó hacia arriba. “Es el tipo de situación que, una vez que comienza, es difícil de controlar”, afirmó Robison.
Otra posibilidad está relacionada con la actividad volcánica en las Islas Canarias. Se especula que la apertura de una fisura en el fondo marino pudo generar una corriente de agua caliente que habría arrastrado al pez hacia la superficie.
La última hipótesis indica que el pez diablo negro pudo haber sido ingerido por un depredador de mayor tamaño y luego escupido, lo que explicaría su ascenso. Ninguna de estas teorías ha sido confirmada.
La Nación (Argentina) / GDA.
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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de La Nación (GDA), y contó con la revisión de un periodista y un editor.