En 2015, Marisa Peters, quien entonces tenía 33 años, notó sangre en el papel higiénico después de evacuar. Preocupada, decidió consultar a su médico.
Sin embargo, el profesional atribuyó los cambios a efectos normales del parto y desestimó cualquier problema grave.
Peters, quien hoy tiene 43 años y reside en Los Ángeles, Estados Unidos, recuerda que en aquel momento se percibía como una madre joven llena de energía. Los médicos con los que consultó también asociaron sus síntomas a las secuelas posteriores al parto, lo que retrasó la identificación de su enfermedad.
Durante los siguientes cinco años, la situación persistió. A pesar de sus inquietudes, recibió repetidas garantías de que todo estaba en orden. Durante ese periodo, Marisa tuvo dos hijos más. A medida que pasaba el tiempo, sus síntomas empeoraron hasta que finalmente optó por realizarse una colonoscopia. Fue entonces cuando le comunicaron el diagnóstico: cáncer de recto en estadio 3.
“La vida dio un vuelco de la noche a la mañana, como le ocurre a cualquiera que recibe una noticia así que le cambia la vida”, expresó la mujer en diálogo con TODAY. “El cáncer había sido lo más lejano de mi mente”, añadió.
El diagnóstico fue cáncer de recto en estadio 3, con un tumor de cinco centímetros en el recto.
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Otros síntomas que desarrolló
Inicialmente, el sangrado leve era el único signo evidente. Sin embargo, con el paso del tiempo, el sangrado aumentó de forma significativa. “La sangre pasó de cintas delgadas a llenar el tazón del inodoro. Al final parecía que tenía la regla por la cantidad de sangre que salía”, relató Peters. Además, notó cambios en la textura y tamaño de sus heces, lo que le generaba dolor e incomodidad.
A medida que perdía más sangre, desarrolló anemia. También comenzó a sentir una necesidad constante de masticar hielo. Mientras lidiaba con estos síntomas, nacieron sus otros dos hijos. Después de enfrentar complicaciones en uno de los partos, decidió acudir a un gastroenterólogo para buscar alivio a los problemas gastrointestinales que se habían vuelto imposibles de ignorar.
El especialista que la atendió, tras escuchar su relato, le recomendó realizarse una colonoscopia. Peters, que no tenía conocimiento sobre el incremento de casos de cáncer colorrectal en personas jóvenes, dudó inicialmente. No obstante, luego de someterse a varias pruebas médicas, aceptó la sugerencia.
Durante la colonoscopia, los médicos encontraron un tumor de 5 centímetros en el recto.
Posteriormente, confirmaron que se trataba de un cáncer de recto en estadio 3. El tamaño del tumor indicaba que la enfermedad estaba avanzada, aunque aún no se sabía si había alcanzado otras zonas del cuerpo.
El tratamiento y la concientización: 'Nunca voy a dejar de hablar de esto'
El tratamiento de Peters consistió en seis rondas de quimioterapia, 28 sesiones de radioterapia y quimioterapia oral diaria durante cinco semanas y media. Más tarde, se sometió a una cirugía de siete horas para extraer el tumor y reconstruir su recto.
Durante el proceso de recuperación, necesitó una ileostomía durante cuatro meses. Al concluir esa etapa, recibió seis ciclos adicionales de quimioterapia antes de someterse a otra cirugía para revertir la ileostomía.
Después de completar el tratamiento, Peters sintió que enfrentaba una nueva etapa de desafíos. Su respuesta al tratamiento fue completa, lo que permitió que su vida retomara un rumbo distinto.
“Nunca voy a dejar de hablar de esto”, afirma Peters, quien actualmente trabaja para crear conciencia sobre el cáncer colorrectal.
Con ese propósito, fundó la organización Be Seen y lanzó un pódcast llamado From Carpools to Chemo. Su objetivo es eliminar las muertes por cáncer colorrectal de aparición temprana mediante la educación, la promoción de pruebas de detección y la movilización de la sociedad.
Peters sostiene que, de haber tenido más información sobre el cáncer colorrectal en su juventud, su diagnóstico habría llegado mucho antes.
“Si puedo ayudar a humanizarlo y hacerlo más realista compartiendo mi propia historia, por muy impropia o poco glamurosa... que así sea, nunca voy a dejar de compartirla”, concluyó.
El tratamiento incluyó quimioterapia, radioterapia, cirugía y uso temporal de una ileostomía. Foto:iStock imagen de referencia
Aspectos fundamentales sobre el cáncer de colon
La Mayo Clinic señala que el cáncer de colon comienza en el intestino grueso, usualmente a partir de pólipos que, con el tiempo, pueden transformarse en malignos. Dado que estos pólipos a menudo no generan síntomas, la institución resalta la importancia de las pruebas de detección como la colonoscopia para su identificación y remoción temprana, lo cual previene el avance del cáncer. Cuando involucra el recto, también se le denomina cáncer colorrectal.
Entre los síntomas más comunes se encuentran cambios persistentes en los hábitos intestinales, sangrado rectal, dolor abdominal, sensación de evacuación incompleta, fatiga y pérdida de peso, los cuales frecuentemente aparecen en fases avanzadas.
El principal tratamiento para esta enfermedad es la cirugía, que puede combinarse con quimioterapia y radioterapia en algunos casos. La detección a tiempo mejora de manera significativa las probabilidades de éxito en el tratamiento.
Además, la institución médica menciona factores de riesgo como la edad, antecedentes familiares, la dieta y ciertas condiciones de salud específicas.
Cáncer de colon: los 5 síntomas de alerta que no se deben ignorar | El Tiempo
JORGE VILLANES
El Comercio (Perú) / GDA
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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de El Comercio, y contó con la revisión de un periodista y un editor.