Una de las cantantes que más ha impactado con su voz en los últimos tiempos ha sido Norma Monserrat Bustamante Laferte, más conocida como Mon Laferte.
A pesar de que ha estado un poco alejada de los escenarios porque recientemente dio a luz a su bebé, hace algunos días hizo pública una carta autobiográfica en la que narra capítulos tristes y antes desconocidos de su vida.
"¿Cómo se gana una el derecho de llamarse artista? ¿Naces, te haces, lo compras? Yo no fui a la universidad y no tengo título de artista ni de catedrática ni de ná, pero la necesidad te enseña a ser mas creativa, arreglártelas y a no pedir permiso. ¿se imaginan hubiera pedido permiso? Yo estaría muerta”, inicia la carta de la cantante.
La misiva hace parte de la respuesta a una denuncia de 500 artistas chilenos, entre los que se encuentran artistas visuales, quienes afirman que se han sentido desplazados por 'figuras del espectáculo' como Mon Laferte, quien el 14 de enero, inauguró su muestra Te amo, Mon Laferte Visual, dedicado a la obra pictórica que la cantante realiza desde hace muchos años.
La carta continúa con otras vivencias de la cantante chilena en donde asegura: “Fui violada a los 7 años, a los 11 empecé a tomar, fumar cigarro y consumir marihuana, probé la pasta base a los 13, estudié en la D.320, almorzaba en la escuela y solo llegué a octavo básico. Empecé a trabajar a los 13 años y desde esa edad hasta los 18 fui abusada por un tipo 20 años mayor que yo, quien me vendía como mi manager; él se quedaba con la mitad de la plata. Durante ese tiempo canté en la calle, en bares, en las micros, en circos”.
Así mismo continúa que tuvo que cuidar a su abuela, después de que sufriera un derrame cerebral, cantaba en las noches para conseguir dinero y así solventar la enfermedad de su abuela, compraba vestidos para sus presentaciones y encontró la habilidad de coser, lo que le permitió defenderse y seguir con lo que más le gustaba, el canto.
No obstante, fue victima de abusos por parte de un productor musical y siempre la trataron como una mujer sin talento, hasta que finalmente tomó valor y pudo huir de esta situación.
“Con 23 años y 4 palos que había juntado me fui a México, sin pitutos, sola con ganas de salir adelante. Cuando llegué a México me tocaron los años más difíciles del crimen organizado, salí escapando un par de veces de algún antro en Veracruz, canté covers en bares durante 8 años. Ganaba 300 lukas al mes. Con eso a veces le podía mandar plata a mi familia en Chile”, continua la carta.
A pesar de ello, como respuesta a la demanda de los artistas visuales, manifiesta que ella se ha ganado su lugar, pero que de igual forma aún se siente como una 'intrusa': "yo jamás podría haberme formado en ese cola imaginaria porque antes de mí estaban los académicos, los que sí saben pintar ¿y saben? yo les encuentro razón de todo lo que dicen de mí, yo a veces dudo y dudo de todo lo que hago, aveces pienso que todo mi arte es una mierda, y no solo dudo como artista, dudo de mí también como mamá, dudo de todo".
La carta finaliza con "Yo no ando queriendo ocupar el espacio de nadie, pero tampoco voy a andar disculpándome por ocupar el mio. Aquí tienen mi historia y ¿saben qué? si esto se trata de meritocracia, entonces yo me lo merezco todo”.
la muestra de Mon Laferte estará abierta en Chile hasta el 16 de marzo y ella, la cantante y también artista plástica, narra apartes de su vida, su trayectoria como compositora y cantante que le ha permitido ser una de las cantantes más reconocidas con temas en géneros como el pop. rock, bolero, cumbia y salsa.
LUZ ANGELA DOMÍNGUEZ CORAL
Redacción Digital