Al alcalde de la Heroica, Dumek Turbay, se le nota el dinamismo y su empeño por recuperar el tiempo perdido. Habla de los importantes proyectos que arrancan este año y uno de los que más lo enorgullece, ya en marcha, es el del malecón del mar.
Alcalde, ¿cuántas veces lo ha recibido el presidente Petro o cuántas lo ha visitado formalmente en las múltiples visitas que ha hecho a Cartagena?
En estos 15 meses y 26 días de gobierno no he tenido una conversación formal con él.
Es que el Presidente resolvió partir a los alcaldes del país entre adversarios y amigos. Pero los que no son de su bolsillo, coincidencialmente, son los más populares: usted, Álex Char en Barranquilla, Fico en Medellín, Beltrán en Bucaramanga. Por desgracia, Galán en Bogotá no pasa por su mejor momento en las encuestas por otro tipo de problemas, pero ha sido un magnífico alcalde.
Esa distancia de Petro me tiene triste. Porque hay esfuerzos que estamos haciendo que creo que el Gobierno Nacional debería conocer, y además, sumársenos. Amigos del Presidente en la ciudad me dicen: Petro no te va a atender porque tú no lo quieres. Pero esto no es cuestión de cariño, sino de responsabilidad de gobierno. Si hay esperanza y confianza, como yo siento que hay en Cartagena, es porque las autoridades locales hemos hecho un esfuerzo por estar en sintonía con el ciudadano y poderle dar lo que el ciudadano quiere de un gobierno: que resuelva problemas.
Sí le confieso que muchas cosas no las hemos podido consolidar porque no hay un diálogo con el Gobierno. Algunos ministros, no todos, sí han sido especiales, como el doctor Umaña cuando estuvo como ministro de Comercio, con el ministro Correa en Cultura, con el exministro Cristo en Interior, con el exministro Lizcano en las TIC.
A propósito, ¿es cierto que usted se lanzó por el partido del ministro Cristo?
Tengo el honor de ser el único alcalde elegido por el partido En Marcha.
¿Y si ya no existe, qué va a hacer usted para seguir en su vida política?
Yo aspiro, primero, a que mi gobierno pueda terminar bien para la ciudad. Después, no sé. Si hay algo que añoro, es que yo pudiera ser el alcalde de los 500 años de la ciudad, que son en el año 2033.
La semana pasada tuvimos la buena noticia de que usted asumió el caso de la emergencia de los niños de Uganda, los Masaka Kids, traídos con artimañas, porque luego los dejaron tirados, sin pasajes de regreso…
Viajaron vía Ámsterdam hasta Uganda, y antes de irse al aeropuerto almorzaron con todo el equipo de gobierno. Los trajo un empresario, una empresa de la ciudad, hicieron varias presentaciones. Ahora nos vamos a encargar de poner las denuncias respectivas.
¿Logró que la canciller Sarabia solucionara el caos de Migración Colombia en el muelle internacional del aeropuerto? Porque entre la 1 y las 4 de la tarde se arman unas colas…
Es cierto. Con la doctora Laura tuve la intención de conversar sobre esto; y bueno, lamentablemente, el día en que me citaron en Bogotá, en la Cancillería no me pudieron atender.
¿Pero tenía cita?
Claro, fui citado, pero no me pudo atender, a pesar de que el Gobierno saca pecho por los números que Cartagena aporta a la apuesta de ellos en el Plan de Desarrollo.
El control migratorio de Cartagena es una vergüenza, y ni siquiera es problema de los muchachos de Migración, que hacen un gran trabajo, sino de disponibilidad de personal humano. Quería proponerle a la Canciller que nosotros ponemos los recursos, contratamos a la gente si lo autorizan, o contratamos o compramos tecnología de punta que le permita a un viajero, a un turista, hacer el control migratorio rápidamente.
Panorámica de la plaza de la paz en el centro histórico de Cartagena. Foto:Yomaira Grandett / CEET
Me llena de ilusión que un alcalde de Cartagena funcione, al ver por ejemplo la cantidad de huecos que usted ha tapado…
A ese reto lo llamamos guerra frontal contra los huecos. En la campaña hicimos un inventario y detectamos 2.462; hoy están todos tapados.
¿Qué pasó con la nueva avenida Chile en Bocagrande y con los drenajes para que no se inunden las calles?
Hay dos temas que seguramente me dieron la victoria. Uno, la guerra frontal contra los huecos. Dos, construir el malecón del mar, que ya tenemos adjudicado y empezamos el 1.º de junio. Sale desde Playa Sur, en La Boquilla, hasta la puerta del hotel Estelar, en Bocagrande. Ya lo verá: será el malecón más bello del mundo. Y esto lo digo para joderles la vida a los barranquilleros… (risas).
¿Y para evitar que la marea de la bahía inunde las calles?
En dos semanas voy a anunciar cómo vamos a intervenir el sector de Castillo y Bocagrande; hay una solución de ingeniería absolutamente viable. Y no solamente eso: ampliaremos el paseo peatonal, y la avenida irá desde la puerta de la Base Naval hasta la puerta del Club Naval. Es una obra de 100.000 millones de pesos. Lo más importante es que tenemos los recursos.
¿Pero para desembotellar esto?
Lo que queremos es cambiarle el sentido a la vía. Estamos pensando en que sea un solo sentido. Con la doble vía, sobre todo en temporada, se forman unos tacos horribles. Pero ya están los recursos, ya está el proyecto y en el mes de mayo queda contratado.
La entrada a Cartagena desde Barranquilla, por La Boquilla, es, además de muy fea, muy peligrosa. Entiendo que en el último año hubo más de 30 muertos ahí…
Es cierto. Cuando construyeron el viaducto había una vía solo para el uso de los habitantes de La Boquilla. En ese momento, gobierno Santos, vicepresidente Vargas Lleras, no hubo forma, no entiendo, de ponerse de acuerdo con la comunidad. Lo que estoy proponiendo es definirlo con ella y con la ANI para que hagamos el proyecto original que resolvería el problema de la accidentalidad, porque habría una vía de ingreso a la ciudad como doble calzada y habría una vía para el barrio. Es que La Boquilla quedó excluido de la vía, allí usted ve las motos en contravía, es decir, no hubo lógica de movilidad. Hemos tomado medidas que son paliativos, pero nos han ayudado: reductores de velocidad, cámaras de control de velocidad, presencia permanente de la oficina de tránsito, y eso le ha gustado a la comunidad.
Cartagena, al igual que todas las poblaciones de Colombia, necesita sentirse respaldada, más allá de las distancias ideológicas”.
Dumek Turbay
Alcalde de Cartagena.
¿Qué ha pensado sobre la famosa Quinta Avenida de Manga y el túnel o puente a Bocagrande?
Todo es viable. Pero si lo podemos hacer como obra pública, no con un concesionario apoyado por peajes. Yo creo que el éxito es poder saber qué le gusta a la gente. Acá en Cartagena no quieren ver un peaje urbano más. Hemos dicho que la Quinta Avenida es necesaria, el puente en cualquier momento se tiene que convertir en una obra prioritaria, para abrir una nueva vía; son dos obras necesarias.
¿Entonces, vendría hasta dónde?
Tendría que entrar necesariamente a la base, porque es el punto más cercano a Manga, que es la idea del puente.
¿Y el túnel?
Hablé en mi programa de gobierno del túnel, pero son obras de infraestructura que necesariamente necesita a un Gobierno Nacional de aliado y en este momento no lo tenemos.
Dicen que usted es muy ejecutivo, como se nota, pero también dicen sus detractores que lo único que hace es seguir la cartilla del clan Char…
No es cierto. No tengo, más allá de la amistad, la admiración y el cariño por Álex, a quien yo denomino el ‘gran jefe del Caribe’, porque es un hombre que tiene mucho para ayudarnos como gobernante.
Gran alcalde…
Barranquilla es un espejo para Cartagena. Los cartageneros siempre añoraron que nos llegara un poco del aroma del desarrollo y progreso de Barranquilla. Entonces, no es que yo esté copiando modelos. Es tan fuerte el proceso de desarrollo de Barranquilla, pero su vínculo con Cartagena es indisoluble.
¿Me puede explicar el alcance del contrato de actualización catastral que usted traspasó a Barranquilla?
El manejo del catastro de la ciudad, en algún momento, el gobierno pasado se lo entregó al catastro de Bogotá. Hizo un gran trabajo, pero manifestó su interés de no seguir. Y, bueno, Barranquilla es gestor catastral, y nosotros no teníamos la capacidad. El acuerdo consiste en que ellos nos ayudan en los próximos tres años, y en el último año de mi gobierno nos permiten tener la posibilidad de que la ciudad pueda generar su propia organización catastral.
¿Qué hacer con el desastre de la vía a Barú? Ahí también atracan…
Usted tiene la chiva: acabamos de presentar al Concejo una reorientación de recursos y le vamos a entregar 40.000 millones de pesos al concesionario para que recupere la vía completamente. Eso no tiene nada que ver con el cobro de valorización a los poseedores, dueños, propietarios de predios en la vía Barú. Se lo digo: en tres meses, en agosto, estará totalmente recuperada.
Atardecer en Cartagena. Foto:Istock
¿Sigue aplicando usted la mano dura que arrancó contra la prostitución en el Centro Histórico y en las playas?
Le hemos declarado la guerra al fenómeno de la trata de personas, que no solo involucra a niños, niñas y adolescentes de la ciudad y del país, sino la guerra frontal con el apoyo de la Policía Nacional a todos los fenómenos que, en el concierto criminal, hoy generan unas importantes rentas: proxenetismo, microtráfico, trata de personas, contrabando.
La lucha no es fácil, son fenómenos complejos, están en manos de organizaciones criminales, pero hoy tenemos un Centro Histórico distinto al que encontrábamos antes. Puedo decirle que hemos clausurado el funcionamiento de más de 17 establecimientos comerciales que eran fachada para fomentar la prostitución y la trata personas. Hoy, los que están en ese negocio del inframundo ya saben que la autoridad actúa con severidad.
Tierra Bomba tiene 2.000 hectáreas, es decir, casi 20 veces Bocagrande. ¿Cuánto aporta en predial a Cartagena?
Cero. Hoy no aporta nada.
¿De quién es Tierra Bomba?
Por una parte, de los nativos del pueblo de Tierra Bomba, de Punta Arena, de Caño del Oro y de Bocachica, las cuatro comunidades que habitan la isla, quienes están recibiendo su título de propiedad de parte del Estado. Y gran parte de las tierras son del Gobierno Nacional, a través de la Armada, del Fondo Rotatorio del Ministerio de Defensa...
Tengo entendido que el sector público tiene hoy un pedacito nada más…
No, mucha tierra.
La lucha no es fácil, son fenómenos complejos, están en manos de organizaciones criminales, pero hoy tenemos un Centro Histórico distinto al que encontrábamos antes".
Dumek TurbayAlcalde de Cartagena.
¿De quién es Tierra Bomba?
Por una parte, de los nativos del pueblo de Tierra Bomba, de Punta Arena, de Caño del Oro y de Bocachica, las cuatro comunidades que habitan la isla, quienes están recibiendo su título de propiedad de parte del Estado. Y gran parte de las tierras son del Gobierno Nacional, a través de la Armada, del Fondo Rotatorio del Ministerio de Defensa...
Tengo entendido que el sector público tiene hoy un pedacito nada más…
No, mucha tierra.
¿Cuántos recursos tendría la ciudad con Tierra Bomba regularizada? Es una mina de oro para la ciudad…
Cierto. Hoy estamos en el propósito de que haya agua potable, porque hoy el agua va en bongos. Pero allá hay desarrollo turístico, propiedades, hoteles… Aquí en Punta Arena, el punto más cercano a Castillo Grande, hay un desarrollo turístico diario.
Son playas tranquilas, hermosas, y están manejadas por los nativos. Estamos tratando de hacer una actualización del Plan de Ordenamiento Territorial al mes de diciembre, porque nuestra responsabilidad es planear la ciudad de los próximos 30, 40 años.
¿Por qué en Cartagena hay gente muy rica y gente muy pobre, y no hay clase media?
Porque la bisagra no ha existido nunca y ese es el papel que queremos nosotros jugar. La última medición del Dane frente al tema de desempleo ya pone a Cartagena en un dígito. Llegué y estaba en 13 puntos, bajamos a 9. Somos la ciudad que más ha bajado el desempleo femenino. Tenemos que invitar al sector productivo a que saque la inversión a la calle.
La ciudad de Cartagena pasó de un gobierno absolutamente congelado, inactivo, sin acción, a un gobierno que tiene en la calle 2,5 billones de inversión pública. Eso frente a Bogotá o a Medellín puede ser muy poco, pero en la ciudad, en las calles, en los andenes, en los hospitales, en los colegios y parques es absolutamente una bendición. Toda esa plata está en el empleo, en los servicios, en los círculos productivos.
Es la única manera de que se pueda recuperar el tiempo perdido. En 15 meses y 26 días me siento, primero, agradecido con Dios porque gobernar esta ciudad es un privilegio y, segundo, porque los resultados se comienzan a ver.
¿Si el presidente Petro lee esta entrevista, usted qué le manda a decir?
Que Cartagena, al igual que todas las poblaciones de Colombia, necesita sentirse respaldada, más allá de las distancias ideológicas.
¿Cuál es la Cartagena que va a entregar una vez cumpla su mandato?
Una Cartagena con orden, que recupere el brillo y el esplendor, es decir, nuestra ciudad histórica, nuestros parques en la zona histórica, los barrios más trascendentales, no solamente hablo del barrio de Manga, sino de los barrios populares cercanos al Centro Histórico, que se han convertido en un escenario de visitantes del mundo.
Mira Getsemaní, ya eso es caso aparte. Vengo a esta entrevista del hotel Four Seasons: es una bendición para Cartagena lo que está haciendo la familia Santo Domingo. Hay 300 personas trabajando y una inversión impresionante, un billón doscientos mil millones de pesos vale el hotel y lo están haciendo por una pasión, un sueño de la familia Santo Domingo con la ciudad.
Al final lo que queremos es que Cartagena sea una superciudad. Que, en últimas, en la enorme desigualdad en la que vivimos, le dé todas las condiciones al sector productivo, portuario, industrial, petroquímico, petrolero, logístico y turístico.
Para eso hay que actuar con transparencia, con precisión, con pragmatismo frente a los que no tienen nada, que son 700.000 en la ciudad y para que estos sectores tengan todas las condiciones.
MARÍA ISABEL RUEDA
Especial para EL TIEMPO