El domingo 13 de abril de 2025, los hijos de Mario Vargas Llosa anunciaron públicamente que el escritor falleció en su vivienda de Lima, Perú, a los 89 años. La familia compartió la noticia a través de un comunicado publicado en la red social X, donde informaron que los restos del autor serían incinerados y despedidos en un entorno privado para cumplir con su voluntad.
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Con su fallecimiento, dejó no solo un legado literario amplio, con más de 40 títulos, sino también un patrimonio económico considerable. Según estimaciones de Forbes, la fortuna de Vargas Llosa asciende a unos US$11,3 millones.
Esa cifra incluye ingresos obtenidos por sus libros, colaboraciones periodísticas, conferencias y derechos de autor. El medio calcula que por cada novela percibía aproximadamente US$1,7 millones, mientras que por sus columnas en medios internacionales unos US$226.906 al mes. A eso se suman sus participaciones como conferencista, por las que cobraba hasta US$73.729 por evento.
Honras fúnebres de Mario Vargas Llosa. Foto:EFE
El nobel de literatura, otorgado en 2010, también trajo consigo un premio económico de US$1 millón, financiado por la Academia Sueca.
Durante su vida, el escritor peruano adquirió propiedades en distintos países. Además del departamento en Nueva York, tenía viviendas en Lima, Madrid, París, Punta Cana y Londres. Tras su divorcio de Patricia Llosa, la exesposa se quedó con algunas de estas residencias.
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Mario Vargas Llosa Foto:AFP
Herencia y derechos de autor de Mario Vargas Llosa
Los herederos principales del autor serán sus tres hijos, quienes recibirán tanto el patrimonio inmobiliario como los derechos sobre su obra. También recaerán sobre ellos la gestión de reediciones, adaptaciones cinematográficas o teatrales, y otros usos comerciales de sus textos.
El escritor peruano Mario Vargas Llosa. Foto:Anne-Christine Poujoulat / AFP
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La residencia de Vargas Llosa en Nueva York, que hoy le pertenece a su exesposa, no era solo un espacio físico, sino parte del entorno que acompañó una etapa importante de su carrera. Mientras impartía clases, recibía reconocimientos y escribía, el departamento en Manhattan fue uno de sus refugios.
La Nación (Argentina) - GDA