"La nueva política exterior progresista es una política independiente, autónoma y soberana. Que mira al norte, pero también mira al sur; que mira al occidente, pero también mira al oriente. Esa es la esencia de nuestra política". Con estas palabras decidió cerrar el canciller Luis Gilberto Murillo las conclusiones de su más reciente visita a Pekín, China, donde dio un paso significativo para fortalecer las relaciones con ese país a partir de la negociación para adherirse a la Franja y la Ruta (BRI, por su sigla en inglés).
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El canciller arribó a territorio chino el pasado 9 de octubre y tuvo todo tipo de reuniones bilaterales: con el ministro de Relaciones Exteriores de la República Popular China, Wang Yi; con el ministro del Departamento Internacional del Comité Central del Partido Comunista-PCCH de China, Liu Jianchao; y con el ministro de Ambiente y Ecología, Huang Runqiu, por nombrar algunos ejemplos. Se exploraron oportunidades de cooperación en comercio y aéreas estratégicas.
Cuatro días después, el 13 de octubre, el ministro colombiano tomó avión hacia Catar. Allá, en Doha, se abordaron las posibilidades de inyectar mayor inversión catarí en el país, sobretodo en el sector inmobiliario. "Vamos a proponer a Procolombia que se pueda tener aquí un representante porque hay muchas oportunidades de atracción e inversión para el país", informó el canciller.
Mientras Murillo terminaba su agenda en Asia y tomaba vuelo hacia Nueva York, el pasado 14 de octubre, para la presentación del informe trimestral de la Misión de Verificación de la ONU sobre Colombia, su segundo, el vicecanciller Jorge Rojas, llegaba a Nueva Delhi, capital de la India.
"El objetivo es diversificar el intercambio entre Colombia y la República de la India para ir más allá de la exportación de bienes minero-energéticos", fue una de las declaraciones de Rojas, quien hasta la última edición de este diario sigue en el país de Asia del Sur.
En paralelo, la Cancillería confirmó el nombramiento de Gustavo Makanaky como nuevo embajador de Colombia en Japón.
El mensaje y las alertas
Desde hace varios años, Colombia ha buscado diversificar sus relaciones internacionales y económicas. Una de las regiones en las que se ha querido dar ese paso adelante ha sido Asia. "Aunque hay un impulso particular con el gobierno Petro, no es exclusivo del mismo el ejercicio de ampliar el abanico de las relaciones diplomáticas colombianas. Ya presidentes anteriores habían hecho esfuerzos importantes por desarrollar una política exterior menos centrada en el respice polum (que nos ata casi que a una exclusividad con EE.UU.) y más abierta a otros continentes (por ejemplo Asia, aunque no solamente), con miras a hacer alianzas diversificadas que nos permitan avanzar en intereses distintos", señala Angélica Rodríguez Rodríguez, profesora e investigadora del Departamento de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad del Norte.
"Acordamos ampliar el comercio de Colombia con la quinta economía más grande del mundo" anunció Rojas desde Nueva Delhi, donde además avanzó en una alianza estratégica en transición energética y la producción de energías renovables, biocombustibles e hidrógeno verde.
Según datos del Banco de la República, China se ha consolidado como uno de los principales socios comerciales de Colombia en la última década. Pasó de una participación concentrada en el sector minero-energético a estar presente en las telecomunicaciones, vehículos, textiles, infraestructura y turismo. El salto se dio tras la pandemia: la inversión de ese país pasó de 83,5 millones de dólares en 2021 a 265,5 millones de dólares en 2022.
Eso genera de alguna manera una tensión, o al menos una mirada con cierta preocupación desde EE.UU. porque bajo este gobierno Colombia ha diversificado su política exterior: Angélica Rodríguez, analista
"Es indiscutible que la influencia China ha crecido en América Latina, principalmente mediante el desarrollo de proyectos de infraestructura. Colombia tiene una relación diplomática con China de más de 40 años", agrega la analista Rodríguez.
Ahora bien, reconoce que es un poco sorpresivo la manifestación de la participación colombiana en la iniciativa BRI porque este Gobierno había dicho inicialmente que no era de su interés y ahora hay un cambio de postura. "No obstante, no puede perderse de vista que en los últimos años Colombia le ha otorgado a China proyectos de mucha importancia como el metro en Bogotá y cuestiones minero-energéticas".
Sobre el cambio de postura en este asunto en específico, Colombia Risk Analysis aseveró que Colombia no está listo para una profundización de su relación con los chinos desde el punto de vista económico, geopolítico, estratégico y de supervisión.
Así lo explicó a este diario su director, Sergio Guzmán: "Si bien China tiene muchas cosas que ofrecer en inversión, apoyo y asistencia tecnológica, hay unos altos riesgos de dependencia tecnológica y financiera. También de que no tengamos unos valores y misiones compartidas como países que buscan apoyar y defender la democracia", explicó. Y agregó que varios países que hacen parte del BRI han tenido problemas de sobreendeudamiento con los chinos.
Para Manuel Camilo González, experto en relaciones internacionales, estos acercamientos con el Asia pueden ser "una señal negativa de alejamiento de Colombia frente a Estados Unidos, disminuiría la intensidad del comercio con nuestros vecinos regionales".
"Eso genera de alguna manera una tensión, o al menos una mirada con cierta preocupación desde EE.UU. porque bajo este gobierno Colombia ha diversificado su política exterior, se ha desalineado de posturas norteamericanas como la postura en el conflicto palestino-israelí y está desarrollando alianzas geopolíticas que superan los lazos tradicionales con occidente", complementa Rodríguez.
A pesar de que Estados Unidos sigue siendo el primer socio comercial de Colombia, el consultor político Álvaro Benedetti subraya que para los norteamericanos "Colombia está lejos de ser un país de primer orden en las prioridades de su política exterior. Ni en lo comercial ni en seguridad. No les preocupa que Colombia tenga relaciones comerciales con otros países, les preocuparía que rompiéramos relaciones con ellos. Pero eso no va a pasar", sostiene.
Por lo anterior, el consultor asegura que "Colombia debe necesariamente que abrirse al mundo ya no tanto para ver cómo vende, sino también cómo puede atraer inversión para proyectos estratégicos".
JUAN PABLO PENAGOS RAMÍREZ
Periodista de Política