El pasado fin de semana Santa Marta vivió un episodio que no pasó desapercibido. Un turista, con el objetivo de conseguir visualizaciones para sus redes sociales, decidió ingresar una camioneta de alta gama a una playa y conducirla a exceso de velocidad.
Las maniobras imprudentes y peligrosas pusieron en riesgo tanto a los bañistas como al ecosistema marino, lo que generó indignación tanto en la comunidad local como en los visitantes de la ciudad.
En Santa Marta se respeta la autoridad. Todos los visitantes son bien recibidos, pero no vamos a permitir actos de intransigencia contrarios al buen comportamiento ciudadano. El vehículo quedó inmovilizado, y el responsable recibirá los comparendos correspondientes. https://t.co/OLBMf3j1I3 pic.twitter.com/8BiJRWs5DH
— Carlos Pinedo Cuello (@CarlosPinedoC) January 6, 2025El protagonista de este hecho, Cristian Alfonso Infante Pérez, oriundo de Cúcuta, fue identificado como el conductor de la camioneta con placas LLK 044 de Cali.
En Santa Marta se respeta a la autoridad. Todos los visitantes son bien recibidos, pero no vamos a permitir actos de intransigencia contrarios al buen comportamiento ciudadano. El vehículo quedó inmovilizado, y el responsable recibirá los comparendos correspondientes
Mientras él realizaba las maniobras arriesgadas, un acompañante lo grababa, aparentemente con la intención de compartir el video en sus redes sociales. Lo que en un principio parecía una acción insensata para obtener atención en internet, terminó convirtiéndose en un problema mayor.
Las consecuencias del reto viral
El hecho ocurrió en la playa cercana al edificio de apartamentos Reserva del Mar, donde Infante Pérez se hospedaba como turista.
Durante su acción, la camioneta se varó en la arena, lo que obligó a los presentes a presenciar no solo una escena absurda, sino también la posterior inmovilización del vehículo y la imposición de una multa por más de un millón de pesos por las maniobras peligrosas.
En lugar de arrepentirse por su comportamiento, Infante Pérez, lejos de reflexionar, compartió el momento incómodo con una actitud de burla, lo cual generó más rechazo entre los ciudadanos.
"Fue un comportamiento irresponsable, no solo por la seguridad de las personas, sino también por el daño que causó al ecosistema marino. Este tipo de acciones no deben quedar impunes", afirmó Omar García, representante de los hoteleros de la ciudad.
El gremio hotelero, que había tenido un reporte positivo por el alto número de visitantes durante las fiestas de fin de año, lamentó profundamente el incidente y aprovechó para hacer un llamado a la conciencia ambiental y al respeto por las normas locales.
"Santa Marta ha tenido un balance turístico histórico durante esta temporada, pero comportamientos como este afectan nuestra ciudad. Esperamos que el rechazo generalizado sirva de lección", añadió García.
Autoridades rechazaron este acto
El alcalde Carlos Pinedo Cuello también se pronunció sobre lo sucedido, calificando el comportamiento del infractor como inaceptable. "En Santa Marta se respeta a la autoridad. Todos los visitantes son bien recibidos, pero no vamos a permitir actos de intransigencia contrarios al buen comportamiento ciudadano. El vehículo quedó inmovilizado, y el responsable recibirá los comparendos correspondientes", afirmó el mandatario, dejando claro que la ciudad no tolerará estos actos de indisciplina.
La indignación no solo se limitó a los hoteleros, sino también a los residentes del sector. Un vecino, visiblemente molesto, expresó: "Es una falta de respeto con la comunidad y con las normas de nuestra ciudad. Estos actos no pueden quedar impunes". El impacto de la situación se sintió no solo por la acción misma, sino también por el daño que dejó en la percepción que los turistas puedan tener de la ciudad.
Santa Marta, que se prepara para seguir recibiendo turistas durante el resto de la temporada, ahora enfrenta el reto de equilibrar su atractivo como destino turístico con la necesidad de que sus visitantes respeten las normas y cuiden su entorno.
El incidente, aunque lamentable, ha servido para abrir un espacio de reflexión sobre la importancia de la responsabilidad y el respeto hacia el medio ambiente y las personas que disfrutan de los hermosos paisajes que ofrece esta ciudad costera.
Por Roger Urieles
Especial para EL TIEMPO
Santa Marta