Las fotografías digitales que buscan captar mejor la aurora boreal: los viajeros están notando una diferencia

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En agosto pasado, sobre un tranquilo lago en Michigan, Karl Duesterhaus, de 34 años, de Chicago, disfrutó de la aurora boreal, que apareció como colores brumosos en un cielo nocturno más brillante de lo normal.

Fue genial, pero se sorprendió cuando miró las fotos tomadas con el celular la noche anterior. “Los colores estaban mucho más definidos”, dijo.

Duesterhaus no es el único sorprendido por la diferencia entre los colores sutiles que registra el ojo humano y los tonos vívidos que aparecen en las fotografías digitales. Muchos viajeros también están notando la diferencia.

Al anticipar que la actividad solar que causa la aurora boreal alcance el pico de su ciclo de 11 años el próximo año, las oportunidades de verla están en auge. La empresa de investigación de mercado Grand View Research dice que el turismo de la aurora boreal generó 843 millones de dólares en el 2023 y se prevé que crezca casi 10 por ciento al año hasta el 2030.

Los viajes centrados en la naturaleza, un creciente interés en el astroturismo y una mayor comprensión de cómo y cuándo ocurren las auroras han ayudado a impulsar la popularidad. Pero también lo han hecho las cámaras de los teléfonos móviles crean muchas de las coloridas imágenes que aparecen en las redes sociales, dicen algunos expertos en auroras. Para comprender qué crea la aurora boreal y cómo nosotros y las cámaras las vemos de manera diferente, recurrimos a los expertos.

Scott Engle, profesor asistente de astrofísica en la Universidad de Villanova, en Pensilvania, describió el fenómeno de la aurora boreal como el resultado visual del encuentro de partículas emitidas por el Sol con la atmósfera de la Tierra.

“El Sol siempre está perdiendo diminutas cantidades de su propia masa, que es lo que llamamos viento solar”, dijo. “Chocan con cualquier gas que haya en la atmósfera de la Tierra, le imparten su energía y lo hacen brillar”.

En el año pasado, la actividad del Sol ha sido alta. “Cuando la actividad del Sol está en su máximo o cerca de él, aumenta el nivel de densidad de estas partículas en el viento solar”, dijo Engle.

Las luces aparecen dentro de un cinturón que rodea aproximadamente los polos geomagnéticos de la Tierra, dijo Shannon Schmoll, directora del Planetario Abrams de la Universidad Estatal de Michigan. En el norte, yace sobre destinos populares para divisar auroras boreales, como Canadá, Alaska e Islandia. “Con una tormenta más fuerte, ese óvalo donde vemos la aurora se empuja más hacia el sur”, dijo.

Obtener fotografías vívidas de la aurora boreal solía requerir un conocimiento profundo de las exposiciones de la cámara y la velocidad de la película y algo de suerte. Eso cambió alrededor del 2008 con la introducción de cámaras digitales que eran más sensibles a la poca luz, dijo Lance Keimig, fotógrafo de Vermont y socio de National Parks at Night, que enseña fotografía nocturna en todo el mundo.

La llegada de cámaras sensibles a la luz de teléfonos celulares antes del pico del ciclo solar actual, cuando se produjeron avistamientos en lugares tan al sur como Florida, llevó una tecnología similar a más personas. En el 2018, la cámara Pixel de Google lanzó la “visión nocturna”, que permitía imágenes más nítidas en condiciones de poca luz. El “modo nocturno” del iPhone llegó al año siguiente. La evolución de las apps de edición de fotos ha contribuido al éxito de las fotografías nocturnas.

La lente de la tecnología es mejor que la humana cuando se trata de visión nocturna. Básicamente, los fotorreceptores del ojo adoptan dos formas principales, bastones y conos. Los bastones son más sensibles a la luz, pero no pueden detectar colores. Con suficiente luz, los conos actúan para determinar los colores. De acuerdo con Engle, las cámaras son más efectivas para detectar el color porque pueden soportar una exposición más prolongada que el ojo.

Nori Jemil, fotógrafa radicada en Londres y autora de “The Travel Photographer’s Way”, ha impartido clases de fotografía en Islandia y la Patagonia. Las cámaras de los celulares, dijo, hacen automáticamente el trabajo normal de postproducción “como retocar, mejorar el color y seleccionar cosas que el ojo no puede ver. No es falso, pero utiliza algoritmos computacionales para unirlo todo y lograr un efecto increíble”.

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