Las cachetadas como deporte extremo: así es la nueva disciplina llamada 'Power Slap', una competencia violenta poco definida

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LAS VEGAS — Cuando la carnosa palma de Vasil Kamotskii, un criador de cerdos siberiano de 160 kilos y 34 años conocido como Dumpling, golpeó la tierna mejilla de su oponente, sonó como un trueno. Dumpling no pareció hacer mucho esfuerzo, pero fue suficiente para que Kamil Marusarz, un joven de Illinois de 26 años, cayera al suelo.

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Los árbitros y el personal médico en el escenario del Salón Cobalt del Hotel y Casino Fontainebleau, en Las Vegas, se apresuraron a asistir a Marusarz. Cualquier vacilación entre los aplausos de los 3 mil 500 espectadores se alivió cuando alguien gritó que Marusarz aún respiraba. Dumpling levantó un puño, sonriendo mientras el anunciador lo declaraba vencedor.

Marusarz permaneció inmóvil en el suelo. Toda la pelea, a finales del mes pasado, duró unos 30 segundos. La mayoría de los fanáticos coincidió en que fue el más destacado del evento de ocho combates de la noche, en el que un par de competidores tras otro se mantuvieron firmes e intercambiaron bofetadas ensordecedoras.

Dumpling tiene muchos años de pelear a bofetadas en Rusia —ayudó a popularizar este improbable pasatiempo con videos virales en YouTube— pero esta era la primera vez que participaba en Power Slap, la liga de peleas a bofetadas y grandes bolsas creada por Dana White, presidente del Ultimate Fighting Championship, o UFC. White se sintió inspirado a fundar la liga después de ver los videos de Dumpling en el 2021. Quería ver qué pasaría si el deporte “se hiciera correctamente”.

“La respuesta es 7 mil millones de vistas en 17 meses, esa es la respuesta”, dijo White, de 54 años, refiriéndose al número total de veces que Power Slap ha sido vista en múltiples canales de redes sociales.

Las peleas a bofetadas alguna vez fueron una competencia amorfa en la que se intercambiaban golpes duros y con manos abiertas hasta el nocaut. White ha establecido reglas oficiales y dijo que la organización había “corrido hacia la regulación”, trabajando con grupos como la Comisión Atlética de Nevada, que ha otorgado licencia a la organización para celebrar eventos, para reforzar la legitimidad de la liga y “asegurar que el deporte esté regulado y no presente peligro”.

Pero los escépticos dicen que las regulaciones son irrelevantes —el daño causado por las bofetadas es intrínseco y no puede mitigarse.

“Esto no es un deporte, ¿ok?”, dijo Gregory O’Shanick, director médico de la Asociación de Lesiones Cerebrales de EU. “Esto es simplemente tu capacidad fisiológica para resistir un traumatismo contundente en la cabeza”.

White citó como precedente a la UFC, otro deporte brutal de combate. “Nunca ha habido una muerte o una lesión grave en 30 años de UFC”, dijo. “Es un deporte de combate, pero gastamos el dinero para asegurarnos de que sea lo más libre de riesgo posible, y lo mismo ocurre con Power Slap”. (Algunos estudios han indicado que las peleas de la UFC potencialmente han causado lesiones cerebrales traumáticas).

Frank Lamicella, presidente de Power Slap, dijo que los competidores son sometidos a resonancias magnéticas, angiografías y electrocardiogramas; exámenes físicos, exámenes de sangre y exámenes de la vista. Hay dos réferis, “más que en cualquier otro deporte de combate”, y múltiples cuadrillas de personal médico de emergencia en espera.

O’Shanick figura entre los autores de una carta abierta, publicada por la Asociación de Lesiones Cerebrales de EU que hace un llamado a vetar el Power Slap. Los golpes recibidos en una pelea a bofetadas, dijo, son peores que los que se pueden experimentar en el futbol o el boxeo, en gran parte porque a los competidores no se les permite defenderse, lo que significa que es probable que reciban varios golpes a la cabeza en el mismo lugar. Eso puede provocar conmociones cerebrales, pérdida de audición, convulsiones o incluso encefalopatía traumática crónica. “Habrá muertes a causa de esto”, dijo O’Shanick.

Desde que White se hizo cargo de la organización en el 2001, la UFC ha madurado de un nicho a ser algo convencional, con más de mil millones de dólares en ingresos anuales.

Al final de la noche en el Salón Cobalt, Dayne Viernes, conocido como Da Crazy Hawaiian, celebró su victoria en la pelea principal por el campeonato de peso súper pesado.

Cuando se le preguntó qué le gustaría que el mundo supiera sobre Power Slap, hizo una pausa para enfatizar. “Les guste o no, esto es un deporte”, dijo. “Y les guste o no, lo haremos de todos modos”.

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