La reflexión sobre la vida y la muerte es algo que muchos evitan, pero los estudios realizados por expertos en cuidados paliativos, como Julie McFadden, nos ofrecen una perspectiva reveladora sobre lo que las personas lamentan cuando se encuentran en el final de sus días. Según la profesional, quien pasó años trabajando directamente con pacientes en su lecho de muerte, existen 3 arrepentimientos recurrentes que todos deberíamos considerar para vivir de manera más plena.
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Según comentó al medio CNBC Make It, el primer arrepentimiento que escuchó una y otra vez en su carrera es la falta de apreciación por la salud cuando las personas la tienen. Muchos pacientes admiten que, al mirar atrás, nunca comprendieron cuán afortunados eran de tener un cuerpo sano.
Otro arrepentimiento común entre quienes se enfrentan al final de sus vidas es el excesivo enfoque en el trabajo, especialmente cuando se trata de dedicarle tanto tiempo y energía que se pierde la oportunidad de disfrutar de la vida misma. Muchos se arrepienten de haber dejado de lado a sus seres queridos, sus pasatiempos y sus propios deseos para satisfacer las exigencias de un empleo o carrera.
Aunque todos necesitamos trabajar para subsistir, McFadden señala que es fundamental encontrar un equilibrio saludable entre la vida laboral y personal. "Vivir una vida plena no debería depender solo de lo que logramos profesionalmente, sino también de las experiencias y relaciones que cultivamos a lo largo del camino", afirmó al medio citado.
Se arrepienten de cómo manejan sus relaciones, otro pesar en el lecho de muerte
Por último, el tercero de los arrepentimientos más dolorosos que McFadden escucha con frecuencia es el relacionado con las relaciones rotas o no resueltas. Muchas personas lamentan no haber pedido perdón cuando debían, no haberse reconectado con familiares distanciados o haber dejado que las diferencias se interpusieran. Este arrepentimiento es particularmente fuerte cuando las personas se dan cuenta de que su vida social y familiar podría haber sido más rica si hubieran hecho un esfuerzo para reparar relaciones importantes.
El miedo a la confrontación, el orgullo o la preocupación por lo que los demás piensen suelen frenar a muchas personas de buscar la reconciliación. Vivir con autenticidad y sin rencores es una forma de evitar este arrepentimiento. Las relaciones saludables son fundamentales para una vida llena de propósito y es necesario tomar acción para sanarlas. McFadden propone un ejercicio simple para aquellos que desean vivir una vida más significativa: pregúntese cada día, "Si supiera que moriré en seis meses, ¿qué cambiaría en mi vida?", sostuvo.