El presidente del Congreso, Efraín Cepeda, asegura que, a pesar del poco tiempo que se tiene para discutir y votar la consulta popular en el Legislativo, están preparados pues la reforma laboral se ha discutido ya tres veces.
Quedé gratamente sorprendida con la carta que usted le envió al Congreso, pidiéndoles a sus colegas resistir ante las amenazas y actuar con plena conciencia de su deber democrático, ante la avalancha de amenazas que han emitido Presidente y Gobierno contra el Congreso. Fue una dignidad muy bien subrayada…
Desde mi discurso de posesión como presidente del Senado el 20 de julio expresé que iba a defender la independencia de los poderes públicos, la separación de los poderes, la autonomía de cada uno y el respeto hacia ellos. Además, he venido diciendo que el Poder Legislativo no puede ser apéndice de ningún otro poder público. Creo que el Ejecutivo se ha equivocado en tratar de recetarnos reformas que no se discuten, que no se conciertan. Y, en medio de eso, han tomado en las comisiones, en las plenarias, decisiones absolutamente libres, unas a favor y otras en contra del Gobierno.
Efraín Cepeda, presidente del Senado. Foto:Milton Díaz. EL TIEMPO
¿Y ante los embates de las últimas semanas contra el Congreso, contra los miembros de la Comisión Séptima, contra usted?
Recordemos que este episodio de la votación de la reforma laboral data ya de hace varias semanas, cuando 200 personas incursionaron en el edificio nuevo del Congreso donde sesiona la Comisión Séptima e intimidaron a los presentes. Pues en la comunicación a la que usted se refiere hice un llamado ante las amenazas del Presidente de la República de revocar el Congreso, que no son otra cosa que la amenaza de un golpe de Estado con movilizaciones amenazantes y símbolos de guerra como espadas y banderas que buscan afectar nuestra voluntad e intimidar a los parlamentarios. Y eso sí, como presidente de esta corporación yo no lo puedo permitir. Dije también que el Congreso se ha sobrepuesto a otros episodios fuertes de la vida nacional, la mafia, el paramilitarismo, la guerrilla, que han tratado de doblegarnos. Pero el Congreso siempre se ha levantado.
Usted me dice que desde el primer día ha luchado por la independencia del Congreso. Pero no puede negar que muchos congresistas, como ha sido toda la vida, se han plegado también bajo este gobierno para recibir lo que llamo ‘puecos’, que son puestos y contratos. Incluso congresistas de su propio partido no se salvan. Y ahora se añade la categoría de sobornos… ¿Cuál dignidad? ¿Cuál independencia de poderes?
Sí, realmente esa práctica que usted menciona, pues no debería usarse para arrodillar congresistas y restarles independencia.
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¿Pero tampoco ellos deberían prestarse para ello?
Tenemos un compromiso con la historia, con los colombianos, con nuestras familias; y deberíamos poder mirar a los ojos a nuestros hijos cuando actuamos con independencia. Por eso pedí a mis colegas no dejarnos doblegar ante las amenazas.
Que ya llegaron a un punto tal que la muerte de un líder que estaba hablando por un megáfono, promoviendo la consulta, fue achacada por el propio Presidente a algunos senadores con nombre propio…
Es absolutamente inaudito. Y como dijo alguno de los senadores, por cuenta de eso “le cuelgan a uno una lápida al cuello”; recientemente me tocó hacer una reunión con las fuerzas policiales para pedirles protección especial para varios senadores, fundamentalmente, para los miembros de la Comisión Séptima que realmente han sido amenazados; y yo siempre estoy incluido allí en esas amenazas.
¿Usted recuerda en su vida parlamentaria una situación como esta? Obviamente, en el siglo XX llegaron a cerrar el Congreso y hasta revocarlo. ¿Pero amenazas personales?
Tengo 33 años de estar sentado en una silla en el Senado de la República y jamás había visto a un presidente de la República referirse así, no solamente al Congreso, sino al Poder Judicial. Se la pasa diciéndoles a sus miembros que lo están censurando, lo mismo que a la prensa libre, a la que ataca cada vez que no le gustan sus enfoques. Por eso dije que la democracia no se negocia.
También dijo que “(…) nuestros votos serán libres, seguirán siendo libres y nacerán en la reflexión, no en la coerción (…)”. Pero lo escuché con sorpresa decir que mañana martes arranca la deliberación sobre las preguntas de la consulta y que a partir del miércoles empezarán a votarla. ¿Así de rápido? ¿Y la reflexión?
Mire que esa reflexión fue la que llevó al Senado a hundir la semana pasada el tema de transfuguismo, pésima señal para la democracia, porque indicaba que puede haber cambios de bando como quien se cambia de camisa. Y con esa reflexión, a pesar de que el Gobierno Nacional y todo el Pacto Histórico eran partidarios de apoyarlo, otros partidos reflexionaron muy fuertemente y terminaron hundiendo el proyecto.
Este miércoles será la votación de la consulta popular Foto:Senado - Néstor Gómez. EL TIEMPO
Pero en materia de esta consulta popular hablamos de 12 preguntas de redacción muy populista, y con consecuencias graves para el futuro del país…
Esta consulta se radicó el día 1.º de mayo. Ahora el Senado tiene veinte días para aprobarla. También se habla de hasta 30, pero habría que pedir una prórroga a la plenaria.
¿Y si no se acepta?
Se tomaría como silencio administrativo y nos la adoptan por decreto. De manera que tenemos plazo, realmente, hasta el 21 de mayo. Creo que en este momento lo que toca y lo que he pedido es que actúen las reuniones de bancada para tomar las decisiones. Por eso es aconsejable votar el 14 de mayo, a tan solo una semana antes del vencimiento del término.
Pero el problema, senador, es que las críticas contra el articulado han sido de amplio calado por parte de expertos, gremios, economistas, comerciantes y empresarios. Se ha señalado que las preguntas son confusas y antitécnicas, que contienen cantos de sirena y que el cuestionario es amañado para que induzca respuestas favorables al Gobierno. Pero un plazo tan corto no permitirá hacer a fondo ese debate…
Si el cuestionario pasa en el Congreso, en la campaña habría que hacer un proceso didáctico para los electores. Pero creo que los senadores están suficientemente empapados del debate que viene desde la fallida reforma laboral y, por consiguiente, han tenido tiempo de reflexionar. Estoy de acuerdo en que las preguntas son confusas, antitécnicas y sin aval fiscal, además de que los centros importantes de pensamiento han expresado que, al igual que la reforma anterior, se va a destruir empleo formal. Se habla de 450.000 empleos que se destruirían y de un incremento en consecuencia de la informalidad. Por eso también he preguntado por qué no se habla de los informales, que son 13 millones o 14 millones y de los desempleados, que son alrededor de 3 millones. Para un colombiano que hoy puede creer que esto le beneficia puede resultar un búmeran, porque él mismo podría ser quien pierda su empleo o pase de la formalidad a la informalidad, a donde ya no tendrá ni que pedir ni permisos laborales, ni permisos menstruales, ni permisos médicos, etcétera; y tendrá que ver cómo se las arregla con la cotización a pensión y salud. Como en el Senado ya se ha discutido bastante esta reforma laboral, creo que los criterios están formados. Lo que pido nuevamente es el voto reflexivo. Y que no nos dejemos amedrentar, porque ahora veo en algunos sectores de la sociedad susto y miedo con las amenazas del Presidente. No, la democracia es mucho más grande que eso.
De acuerdo. Pero haciendo un poco de futurología, ¿cree que esa reflexión, que según usted ya se ha surtido, está más por el lado de aprobar las preguntas de la consulta, o de no?
Tengo mi criterio, por supuesto. Pero cuando hablo en mi comunicación del voto libre y reflexivo significa que ni el Ejecutivo ni el Legislativo pueden ejercer presión o coacción sobre el voto. Hoy no me atrevería a hablar de ningún guarismo. Veo que las opiniones están divididas y una consulta popular de tres meses va a polarizar aún más a nuestra nación. Eso vale casi un billón de pesos; ¿mientras tanto, qué pasa con los subsidios de vivienda popular, con la educación, con la salud? Que no hay plata.
El 57 % de los encuestados apoya la consulta popular del presidente Petro Foto:Néstor Gómez. EL TIEMPO - Encuesta Polimétrica
Eso es lo que vale por encima, pero quién sabe cuánto le metan por debajo…
La región Caribe, al menos los departamentos de Atlántico, La Guajira y Magdalena, están a punto de un apagón porque no tienen ese billón de pesos. Los subsidios de energía para estratos 1, 2 y 3 no se giran. No estamos para dilapidar ese billón de pesos…
Le planteo entonces la futurología de otra manera. Hay dos posturas: la de los que apoyan la consulta popular en todos sus artículos, que es igualmente respetable a la que definitivamente no la apoyan, porque tienen tachas muy profundas sobre muchas de ellas, para no decir sobre todas. Ahora: en este último grupo hay dos posiciones a su vez: los que dicen: “Bueno, es mejor que el Congreso apruebe ese cuestionario y que derrotemos al Presidente en las urnas, impidiendo que se llegue al umbral”, y la postura de los que dicen: “No, esa apuesta es muy arriesgada”. ¿Cuál será el mejor camino?
El mejor camino es no polarizar el país, no gastarnos el billón de pesos y más bien mirar las reformas que están radicadas. Es más, el Partido Conservador presentó un proyecto de reforma laboral más o menos con esos elementos, pero la Comisión Séptima de la Cámara la desestimó, no la analizó. El Partido Conservador cree en la necesidad de una reforma laboral pero concertada, no impuesta. Por eso insisto en que el Congreso no puede ser un apéndice del Ejecutivo, porque terminamos con la democracia y con el equilibrio de poderes. En mi carta también hago un llamado a la mesura. Creo que podemos debatir las ideas sin agresiones, como pocas veces he visto yo eso en mis 33 años de vida parlamentaria.
Yo no había presenciado tampoco que un presidente del Congreso fuese llamado “h. p.” por el presidente de la República. Ni que a quienes no apoyan un proyecto de reforma del Gobierno fueran llamados “h. p. esclavistas”. Ese lenguaje es insostenible. Entre otras, ¿el cuestionario de la consulta tiene que ser todo o nada?
El Congreso puede aprobarlo parcialmente, tachar unas preguntas y otras no, pero eso no nos ahorra ni un peso del billón que se va a gastar. Mejor nos vamos a la Comisión Séptima.
Finalmente, senador Cepeda, ¿qué opina de las cartas escritas por su copartidario, el excanciller Álvaro Leyva, sobre el comportamiento del presidente Petro?
Además de esos señalamientos, nos menciona y respalda a varios de los senadores; a Nadia Blel, al senador Pinto y a mí, y por supuesto que ese respaldo lo agradecemos, porque a veces nos sentimos solos en esta batalla y en esta lucha en defensa de la democracia. Nosotros, finalmente, estamos defendiendo los intereses del pueblo, de los 450.000 empleos que se pierden, del 12 por ciento adicional de colombianos que pasarían a la informalidad, de las microempresas que se quebrarían y saldrían del mercado…
Se me salió del tema de la última pregunta. El doctor Leyva termina concluyendo, por esos ejemplos que él menciona sobre comportamientos erráticos del presidente Petro de los cuales él fue testigo, que el mandatario colombiano debería renunciar porque es incapaz de manejar el país. ¿Usted cree que esa es una solución?
Debo decir dos cosas ahí. Primero, es fundamental la salud mental de los mandatarios. Y segundo, miraría pruebas y procedimientos jurídicos. Soy un demócrata y pienso no solamente en el equilibrio de poderes, sino en que los mandatos se terminen. Habrá que ahondar en esas expresiones del exministro Leyva, ya es la segunda vez que las lanza y veo que también un congresista norteamericano lo ha venido expresando, cosa que al menos requiere un pronunciamiento serio del Presidente de la República.
Bueno, senador, muchos éxitos en su propio cónclave. Sí queda la preocupación, sin embargo, del poco tiempo que hay para la reflexión y para una votación que será casi relámpago…
Creo, como le dije, que ya hay criterios formados y que estamos listos para la votación. No he escuchado de ningún senador que necesite más tiempo para estudiar las preguntas de fondo. Eso ya se ha hecho. Es la tercera vez que el Congreso de la República, le reitero, estudia de fondo una reforma laboral.
A propósito de esa futurología, para terminar, parece que las fuerzas están inclinadas por el sí, porque hay partidos como el de la “Mona” de ‘la U’, una parte del Liberal y del Conservador, para no hablar de los partidos de Gobierno, que están inclinados a apoyar la consulta. ¿Usted cree que la suerte ya está echada?
Ya veremos qué pasa con las reuniones de bancada, pues esas decisiones son obligatorias. El Partido Conservador lo va a hacer y espero que los otros también. Pero no creo que la suerte esté echada. Creo que este fin de semana que pasó, con Día de la Madre a bordo, fue un momento para la reflexión, mirando a los ojos a la madre, a la esposa, a los hijos.
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MARÍA ISABEL RUEDA
Especial para EL TIEMPO