Casi 7 de cada 10 personas en el mundo toman medicamentos vía oral, informa la Clínica Mayo y el Centro Médico de Olmsted. La investigación realizada por estas instituciones médicas descubrió que los medicamentos más consumidos son los antibióticos, los antidepresivos y los analgésicos opioides.
Los medicamentos en pastillas son los más utilizados en el mundo, pues algunos de ellos son vendidos libremente y sin receta médica, con el fin de aliviar dolores, tratar la gastritis o infecciones.
Son varios los efectos que esta práctica puede tener. Foto:@ffabiani - iStock
Sin embargo, el médico Fernando Fabiani, experto en farmacología explicó en el programa ‘Despierta Andalucía de Canal Sur’, que existe una práctica muy común al ingerir medicamentos y que puede traer algunas consecuencias, se trata de partir las pastas antes de consumirlas, pues esto afecta la eficacia.
“Si el fabricante ha puesto una ranura, será porque probablemente podamos partirla. Si no, trae una ranura, no debe partirse”, explica el especialista.
El médico explica que cuando las pastillas pueden ser partidas para su ingesta, los fabricantes suelen poner una pequeña ranura en la mitad, pues esto no compromete su efectividad, pues la pequeña línea facilita el corte, especialmente cuando se deben consumir dosis bajas. Según Fernando Fabiani, las pastillas con la pequeña ranura son las únicas que deberían partirse sin riesgos.
Es por lo anterior, que el farmacólogo explica que no todas las pastillas tienen la ranura y es donde hay que tener precaución, pues es porque no se debe partir para consumirla, pues generalmente tienen un recubrimiento especial que es el encargado de proteger el fármaco y asegurar que se libere por todo el cuerpo.
Para Fabiani, partir la pastilla podría destruir esta capa protectora, acción que afectaría la absorción del medicamento y su eficacia.
Son varios los efectos que esta práctica puede tener. Foto:@ffabiani - iStock
“Estos medicamentos están diseñados para liberar el fármaco de manera controlada durante varias horas, lo que permite que su efecto dure más tiempo. Si se parte la pastilla, este proceso de liberación controlada se ve interrumpido, lo que podría resultar en un efecto menos duradero o incluso en la liberación repentina de una dosis mayor de lo necesario”, explica el experto.
Además de los riesgos mencionados, partir las pastillas para el consumo puede generar otros problemas, como modificaciones en la dosis formulada. Al partir los medicamentos se pueden tener alteraciones al ingerir más o menos medicamento del que se necesita, generando afectaciones en el tratamiento.
El médico recomienda seguir las especificaciones del laboratorio fabricante o consultar con el especialista de confianza antes de tomar decisiones sobre cómo dosificar los medicamentos.
Asimismo, agrega que las pastillas únicamente se deben consumir con agua, pues al ingerirlas con leche, jugo, infusiones, entre otros, hacer que la cantidad de principio activo que se absorbe sea menor que cuando se toman con agua.
ALEJANDRA HERNÁNDEZ TORRES
REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL
EL TIEMPO