La Semana Santa es la conmemoración de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, y los fieles católicos suelen seguir una serie de tradiciones durante estos días, como lo es cubrir las imágenes religiosas con telas moradas en los templos.
A algunos les llama la atención entrar a una iglesia y encontrar las imágenes que la adornan tapadas, los motivos de esta costumbre y el significado se desconoce.
El portal web ‘Aci Prensa’ explica un poco más en qué consiste esta práctica: “En todas las iglesias hay bellas esculturas y obras de arte que ‘roban’ nuestra mirada; al cubrirlas se evitan las distracciones, nuestros sentidos pueden enfocarse en las palabras del Evangelio”.
Estas imágenes suelen cubrirse con una tela morada debido a que es el color del ‘tiempo litúrgico’ y este acto simboliza el luto y la pena de la iglesia por la muerte del hijo de Dios, ya que este representa la penitencia, el dolor y la solemnidad, de acuerdo con el sitio mencionado anteriormente.
La Semana Santa es tiempo de reflexión. Foto:iStock
Esta es la razón por la cual muchas iglesias cubren sus imágenes
“La diversidad de colores en las vestiduras sagradas pretende expresar con más eficacia, aún exteriormente, tanto el carácter propio de los misterios de la fe que se celebran como el sentido progresivo de la vida cristiana en el transcurso del año litúrgico. Así los cristianos oran con sentimientos diversos, evocados también por los colores de las vestiduras litúrgicas”, afirma el portal ‘Catholic.net’.
Además, el inicio de esta tradición de cubrir las imágenes se interpreta como una penitencia, ya que las personas se sienten indignadas de contemplar las imágenes de Dios y sus santos.
“Son días de duelo y la Iglesia se cubre con el velo de la viudez. El tiempo de Pasión está consagrado de un modo especial al recuerdo de los sufrimientos de Cristo por el que hemos obtenido la redención. Cuando veamos el templo vacío, porque ninguna de las imágenes es visible, pensemos que eso sucede en la Iglesia cuando Cristo no está. Si Jesús no hubiera resucitado, nuestra fe sería vana, y las imágenes en el templo no tendrían ningún sentido”, agrega el padre José Aguilar, de la Arquidiócesis de México.
Es un signo de duelo y viudez. Foto:iStock
Aunque anteriormente esta tradición era obligatoria en los templos católicos, con el pasar de los años ha ido cambiando, pero es una costumbre que todavía algunos conservan, especialmente en Latinoamérica.
“Nos recuerda de una manera visual que nuestra fe en toda su gloria solo es posible a través de la obra de Cristo en su sufrimiento y muerte en la cruz”, manifiesta,José Aguilar.
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WENDYS PITRE ARIZA
REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL
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