La inclusión crediticia en Colombia pasó de 35 % a 51 % a corte de junio de 2024, según reveló nueva medición

hace 4 semanas 71

Una reciente evaluación sobre el acceso al financiamiento en Colombia reveló que, al cierre de junio de 2024, el 51,2 % de los adultos en el país contaban con un crédito activo, según cifras que consideran tanto entidades financieras como actores del sector no financiero. 

Esta cifra representa un incremento frente al 35 % reportado anteriormente, resultado de una actualización en la metodología utilizada para realizar la medición.

Según Asobancaria, la nueva metodología contempla operaciones crediticias ofrecidas por empresas comerciales, firmas de telecomunicaciones y otras entidades del sector real, ampliando así el universo de análisis más allá del sistema financiero regulado. Esta modificación permite observar con mayor detalle quiénes acceden al crédito formal y por medio de qué entidades.

En años recientes, los datos de acceso al crédito dentro del sistema financiero habían mostrado una tendencia descendente. Esta situación fue especialmente evidente durante 2023, cuando la caída del crédito de consumo (la línea con mayor cobertura) impactó los indicadores generales, junto con reducciones menores en los segmentos de vivienda, tarjetas de crédito y microcrédito.

Foto de referencia.

Se incluye por primera vez al sector no financiero como oferente formal de crédito.
Foto:iStock

Contracción en algunos productos y variaciones según la zona y el género

Durante 2023, 13,5 millones de adultos, es decir, el 35,5 % de la población adulta, tenía al menos un producto crediticio vigente con el sector financiero. Al cierre del tercer trimestre de 2024, esta proporción bajó ligeramente al 35,2 %. En cuanto al microcrédito, 6,2 % de los adultos accedieron a este tipo de financiamiento en 2023, frente al 6,3 % registrado un año antes.

El comportamiento de los créditos de consumo y las tarjetas de crédito mostró una leve recuperación respecto a años anteriores. Sin embargo, al compararse con 2018, el acceso a crédito de consumo en 2023 fue menor, con una proporción de 19,3 %, mientras que cinco años atrás era de 19,7 %. El uso de tarjetas de crédito pasó de 25,7 % en 2018 a 22,2 % en 2023. En vivienda, el porcentaje bajó de 3,4 % en 2022 a 3,1 % en 2023.

En relación con la cobertura por zonas geográficas, Asobancaria informó que, a finales de 2023, el 41,2 % de los adultos en ciudades y aglomeraciones accedían a productos crediticios. 

En municipios intermedios, el porcentaje fue de 25,7 %; en áreas rurales, de 22,7 %, y en zonas rurales dispersas, de 18 %. No obstante, en la categoría de microcrédito, las áreas rurales superaron a las ciudades, impulsadas por una mayor demanda de financiación en contextos donde los ingresos son más bajos.

En lo que respecta a diferencias por género, los hombres tuvieron un nivel de acceso más alto en todas las modalidades. En el caso del microcrédito, el 6,5 % de los hombres contaban con esta clase de producto en 2023, frente al 5,9 % de las mujeres. También se mantuvieron brechas en el uso de tarjetas, créditos de consumo y préstamos para vivienda.

Las raíces rurales del banco y sus servicios digitales permiten a sus clientes acceder a conocimientos financieros especializados dónde y cuándo los necesiten.

El crédito de consumo cayó de 19,7% en 2018 a 19,3% en 2023, según el estudio.
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Más allá del sistema financiero: nuevas fuentes de análisis

De acuerdo con Asobancaria, tradicionalmente el acceso al financiamiento formal en Colombia se ha medido tomando únicamente en cuenta al sector financiero regulado

No obstante, el estudio elaborado por Banca de las Oportunidades “introduce un enfoque revolucionario al incluir el sector formal no financiero en la medición del acceso al crédito, con un énfasis particular en el sector real. Esta ampliación del análisis permite comprender mejor quiénes acceden al crédito y a través de qué entidades se endeudan, al abarcar tanto el sector financiero como empresas de telecomunicaciones, comercios y organizaciones del sector solidario”, asegura.

El estudio también incorpora el análisis de los servicios pospago como herramienta para la creación de historial crediticio, un aspecto que había sido excluido de mediciones previas sobre tenencia de productos, ya que dichos servicios no son considerados créditos en sí mismos. Sin embargo, sí son contemplados dentro del análisis de trayectorias crediticias, dada su relevancia en el comportamiento financiero de los usuarios.

Construir una vida crediticia lleva tiempo y requiere de responsabilidad financiera.

El indicador anterior era de 35%, según datos de Asobancaria y Banca de las Oportunidades.
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La nueva clasificación distingue nueve grupos de entidades proveedoras de crédito. De estos, cinco pertenecen al sector financiero formal, e incluyen a los establecimientos vigilados por la Superintendencia Financiera, las cooperativas de ahorro y crédito bajo supervisión de la Superintendencia de la Economía Solidaria, entidades microfinancieras no reguladas, plataformas Fintech no vigiladas y compañías especializadas en gestión de usuarios o tarjetas sin captación.

HOLMAN RODRÍGUEZ

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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de Portafolio, y contó con la revisión de un periodista y un editor.

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