La historia de la productora de Hollywood que narra su caso de abuso infantil en un documental

hace 3 meses 18

“Tendré que enfrentar al demonio”, se respondió Jan Broberg tras preguntarse qué pasaría si encaraba sus más profundos miedos y volvía a recorrer los lugares donde fue acosada y abusada sexualmente por un vecino y amigo de la familia, que se ganó su confianza y se la llevó con engaños de su hogar en Pocatello, Idaho (Estados Unidos), en octubre de 1974.

Jane tenía 12 años cuando Robert ‘B.’ Berchtold, casado y padre de tres niños, la secuestró por primera vez y logró cruzar con ella la frontera de México para mantenerla cautiva en una casa rodante en Mazatlán donde, tras 35 días de búsqueda, el FBI pudo encontrarla.

Volver a estos lugares representaba una dura prueba para Jan, hoy de 62 años. Lo hizo y su valentía y determinación también la animaron a contar, en primera persona, su desgarradora historia en ‘A Friend of the Family: Verdadera Maldad’, un documental de Universal +, que revela el infierno soportado por esta mujer durante décadas. Una historia que, hoy, 50 años después, continúa impactando al mundo.

¿Qué la motivó a compartir estos capítulos difíciles de su vida en un documental? “Tal vez en mis veintes, no hubiera sido capaz de hacerlo, pero en este punto de mi proceso de sanación, después de contar mi historia en la serie ('A Friend of Family') y sacar todo de mi interior, pude examinarlo con cierta distancia, como si fuera una doctora para mí misma”, responde Jan, desde su casa en Estados Unidos.

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La actriz y productora recorrió los lugares donde pasaron sus abusos de infancia. Foto:Cortesìa Peacock

“Enfrentar mis miedos fue muy importante para mí, ya que hay ciertos lugares, personas y recuerdos que preferiría evitar. La reacción natural es pensar: ‘Es demasiado aterrador, sucedieron cosas terribles allí’”, agrega esta mujer que necesitó muchos años de terapia para sanar sus heridas y volver, incluso, a lugares como su hogar, donde vivió momentos felices con Bob y Mary Ann, sus padres, y Karen y Susan, sus dos hermanas menores.

En diálogo con EL TIEMPO, la actriz y productora de Hollywood repasa en su memoria diversos escenarios de su niñez y adolescencia, a los que regresó muchos años después. Unos más agradables y otros más oscuros y densos, pero que ha resignificado con ayuda de la psicoterapia: “Era solo mi habitación de infancia, un lugar que también guarda muchos recuerdos felices. Es solo una habitación en una casa –se repetía mientras la recorría para el documental–. Esa es solo una hermosa playa en Mazatlán, donde ahora hay condominios, pero antes era donde estaba aparcada la casa rodante. Miré el lugar y pensé: ‘Este es un hermoso rincón del mundo, puedo recrearlo como un espacio seguro y feliz’. Pero para hacerlo, tuve que enfrentarlo”.

Justo en ese lugar, en México, Berchtold, de 40 años, comenzó a hacerle un lavado de cerebro a Jan. Le hizo creer que, si no lo elegía como su “acompañante masculino”, para que tuvieran un hijo antes de que ella cumpliera 16 años, los alienígenas les quitarían la vida a sus hermanas.

Así comenzó una cadena de abusos que ella tardaría varios años en contarle a sus padres por el estado de angustia y desesperación en el que vivía, y el pánico que le generaba pensar que algo le sucediera a su familia. Pánico que se reavivó décadas después, entre 2003 y 2004, cuando este hombre reapareció para amenazarla e impedir que contara su caso en un libro.

“Creo que ese miedo es lo que lleva a la gente a no contar sus historias: el temor de enfrentarse a lo que realmente pasó. Sin embargo, la única manera de sanar o, al menos empezar a hacerlo, es enfrentarlo y trabajar en sanar tu mente, tus emociones, y todos los juegos mentales que se vuelven tan difíciles de superar”, reconoce la actriz, quien logró rehacer su vida y, años después, convertirse en madre. Con su hijo también comparte un momento especial en este documental.

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Jan Broberg durante su visita a su casa de infancia. Foto:Cortesía Peacock

Y ese miedo del que, hoy, puede hablar con más tranquilidad, se debía a que Berchtold, su agresor, la aterrorizaba con la idea de que dos criaturas (a las que él llamó Zeta y Zethra) matarían a su familia si se atrevía a compartir con alguien lo que estaba sucediendo, o si se animaba a tener amigos.

Tal era su poder de manipulación que cuando ella tenía 14 años, se escapó para estar, de nuevo, con su verdugo. En esa ocasión, ‘B.’ como lo llamaban en la familia, la matriculó en una escuela católica de Pasadena (California), y le prohibió hacer amigos por el bien de “la misión”. Cuando el FBI la encontró, tres meses después, Jan, presa del miedo, rechazaba la idea de retomar su vida al lado de sus padres y hermanas.

“Para mí, enfrentar esos miedos fue liberador. Me permitió transformar ese espacio y liberarme de cualquier temor”, apunta. Al tiempo recuerda lo que sintió al volver a entrar a un vehículo acondicionado como casa móvil. “No todas las autocaravanas tienen que estar asociadas a algo aterrador. Al final, fue una experiencia realmente positiva para mí”, confiesa esta actriz refiriéndose al hecho de exponer sus traumas en esta producción audiovisual. Ya tenía un camino recorrido tras la experiencia de participar en la serie 'A Friend of the Family', que retrata esa época amarga de su vida y en la que fue productora y actuó en un papel importante.

Un elenco de lujo, encabezado por Anna Paquin, la ganadora del Óscar a Mejor Actriz de Reparto, participa en esta serie. A ella la acompañan los actores Jake Lacy, Colin Hanks, y las actrices Mckenna Grace y Hendrix Yancey, quienes la encarnaron en dos momentos distintos de su vida.

Su lucha contra el abuso sexual infantil

Broberg también es una comprometida activista social que comparte su testimonio y su capacidad de resiliencia porque logró transformar esa etapa dolorosa en una oportunidad para generar conciencia sobre el acoso y abuso sexual infantil y para alertar, prevenir y proteger a más niñas, niños, adolescentes y familias en el mundo, al tiempo que sana sus heridas junto con otras víctimas.

“He llegado a ese punto gracias a la terapia continua. He hecho terapia de conversación, reprocesamiento y desensibilización a través del movimiento ocular (EMDR, por sus siglas en inglés), y otras terapias que realmente recomiendo, como Terapia Dialéctica Conductual (DBT por sus siglas en inglés) y la Terapia de Sistemas de Familia Interna (IFS, por sus siglas en inglés)”, comenta.

Para Jane, estos tratamientos psicológicos “ayudan a remodelar el cerebro, de modo que las vías neuronales no se queden atrapadas en el pasado –explica–. Me ayudan a enfrentar lo que ocurre en el presente. La vida aún tiene días y momentos difíciles, no siempre es sol y arcoíris, pero al tener las herramientas y habilidades necesarias, sabes cómo manejar esos momentos”.

En el documental, desde su papel como activista y sobreviviente de abuso sexual, sostiene una profunda y significativa conversación con otra víctima de Robert Berchtold. Ambas mujeres le revelan a la audiencia todo el dolor causado por este hombre y cómo han atendido sus daños físicos y sicológicos.

“Cuando has sanado lo suficiente del trauma y tienes suficientes herramientas para afrontar la vida, puedes continuar con tu desarrollo. Durante el abuso, ese desarrollo se detiene porque el cerebro solo se enfoca en mantenerte vivo, y no se desarrolla de manera natural”, explica. Por eso, durante la entrevista, insiste en la necesidad de buscar ayuda “para desarrollarse más allá del trauma”.

Broberg se percibe y declara como una mujer que ha sanado: “Siento que me he recuperado de lo que me ocurrió –destaca–. Ahora estoy en un lugar donde puedo ser una defensora de otras personas, ayudarles a contar sus historias y conseguirles los recursos para que puedan acceder a la terapia que necesitan, para que no repitan el ciclo”.

A los niños, adolescentes y jóvenes que estén expuestos a esta situación, tan traumática y dolorosa, les aconseja: “Busquen a alguien que les crea. Actualmente, tengo una comunidad en línea y la principal razón por la que la creé fue para que las personas pudieran contar su historia y saber que todos los demás en esa comunidad les creerán y los escucharán sin cuestionar su verdad”.

Y hace hincapié en la urgencia de que a las víctimas se les crea. “Creeremos todo lo que digan, incluso si más adelante recuerdan más detalles –subraya–. Así es como funciona el cerebro cuando enfrenta un trauma, a veces ni siquiera permite recordar ciertas cosas en el momento, porque sigue en modo de supervivencia, y esto puede afectar la forma en que se cuentan los recuerdos”.

Para ella es fundamental que los sobrevivientes de abuso sexual puedan encontrar un espacio donde puedan compartir su historia y ser escuchados. “Después de eso, es necesario encontrar al terapeuta adecuado, alguien que entienda el trauma. Sé que es complicado, y costoso –repara la actriz que ha participado en películas como 'Iron Man 3', 'Maniac, Love' y 'Fall & Order'. En Estados Unidos, muchas veces la terapia está incluida en los planes de seguro, pero cuando yo era joven no podía pagarla. Así que leí muchos libros, historias de otras personas. Ahora tengo un libro ('The Jan Broberg Story') que estoy traduciendo al español, para que la gente también pueda leer mi historia o escucharla en audiolibro”.

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Jan Broberg perdonó y mantiene una buena relación con su mamá, Mary Ann. Foto:Cortesía Peacock

En el documental, brinda, además, un extenso testimonio, al igual que su madre, Mary Ann Broberg, quien por mucho tiempo fue responsabilizada de lo que le sucedió a su hija, entre otras, porque sostuvo un romance fugaz con Berchtold.

Lo más importante es que les crean a las víctimas de acoso y abuso sexual, resalta la activista. “A los padres de familia les diría: ‘simplemente, créanles a sus hijos. No mienten sobre esto. No hay razón para hacerlo. Aunque sea difícil escucharlos, escúchenlos y créanles. Ese es el primer gran paso para sanar el trauma, contar la historia y que te crean”.

Por último, Broberg insiste una vez más a quienes están siendo víctimas de los abusos que “si no encuentran apoyo inmediato, busquen una persona en su vida que los escuche y les crea, puede ser un amigo, una tía, un maestro en su escuela. Encontrar a esa persona es muy importante”.

Flor Nadyne Millán Muñoz para EL TIEMPO

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