La historia de la mujer que cayó 1.200 metros luego de que su paracaídas no se abriera y el inesperado culpable

hace 3 semanas 35

El Reino Unido quedó conmocionado cuando se conoció el caso de Victoria Cilliers, una mujer que logró sobrevivir a una caída desde 1.200 metros de altura después de que ambos paracaídas fallaran. 

Pero lo más estremecedor no fue el accidente en sí, sino lo que revelaron las investigaciones semanas después: el equipo había sido saboteado y el principal sospechoso era su propio esposo.

Todo ocurrió en 2015. Victoria, quien hacía parte del ejército británico como instructora de paracaidismo, acudió al aeródromo de Netheravon para cumplir con un salto que su esposo, Emile Cilliers, le había ofrecido como regalo. 

Aunque su matrimonio enfrentaba tensiones y ella acababa de tener a su segundo hijo, aceptó la propuesta pensando que podría ser una oportunidad para reconectar. El intento inicial se frustró por el clima, pero al día siguiente decidió ir sola.

Una caída sin explicación lógica

Una vez en el aire, Victoria notó que el paracaídas principal no funcionaba: las cuerdas estaban enredadas. Trató entonces de activar el de reserva, pero este se desplegó solo parcialmente, lo que resultó insuficiente para frenar la caída. Desde tierra, uno de sus compañeros la observó precipitarse sin control, “como una muñeca de trapo que se desploma”.

El impacto se produjo a las 4:27 de la tarde. Los equipos de emergencia que acudieron al lugar creyeron que encontrarían un cuerpo sin vida, pero se toparon con una sorpresa: Victoria aún respiraba. Su bajo peso corporal, la forma en que impactó contra el suelo y el terreno húmedo recién arado fueron factores decisivos para que lograra sobrevivir. Sufrió fracturas en la pelvis, múltiples lesiones en la columna, costillas rotas y un pulmón colapsado,

Una investigación que reveló el horror

Mientras permanecía hospitalizada, la Asociación Británica de Paracaidismo revisó su equipo y halló indicios alarmantes. Las cuerdas del paracaídas principal habían sido “cuidadosamente enredadas” y al de reserva “le faltaban piezas”. De inmediato se descartó que fuera un accidente o una falla técnica. Todo apuntaba a un acto intencional.

Cuatro semanas después del salto, cuando Victoria ya estaba en casa recuperándose de las intervenciones quirúrgicas, la Policía llegó con una noticia devastadora: “sus paracaídas no habían fallado por accidente, habían sido saboteados intencionalmente y el principal sospechoso era su marido, Emile Cilliers”. Aunque los investigadores le explicaron todo lo que habían descubierto, ella “se negó a creerlo”.

Su esposo, Emile Cilliers, le había ofrecido como regalo saltar en paracaídas.

Su esposo, Emile Cilliers, le había ofrecido como regalo saltar en paracaídas. Foto:Redes sociales.

Un rastro que apuntaba al mismo responsable

Al principio, las pruebas no eran suficientes para establecer un vínculo directo entre Emile y un intento de homicidio. Pero entonces Victoria recordó un incidente que había ocurrido seis días antes del salto. 

Al bajar a la cocina percibió un “fuerte olor a gas” y al revisar las válvulas encontró una “mancha de sangre”. En tono de broma, le escribió a su esposo preguntándole si “estaba tratando de matarla”. Él respondió con tranquilidad, negando haber tocado la válvula. Sin embargo, los registros demostraron que ese día no fue a trabajar, sino a ver a su amante.

Cinco meses después, las pericias demostraron que la fuga de gas no fue casual. Los especialistas determinaron que las válvulas habían sido manipuladas con una llave inglesa, lo que dejó “marcas inconfundibles”. Esta vez, los investigadores tenían elementos sólidos para volver a interrogar a Emile por tercera vez, seguros de que existía un intento premeditado de asesinarla.

El juicio y el desenlace judicial

Durante el juicio iniciado en octubre de 2017, Victoria ofreció declaraciones contradictorias con respecto a lo que había dicho inicialmente, lo que dio a entender que aún sentía algún tipo de vínculo emocional con Emile. Esto derivó en que el jurado no alcanzara un consenso, por lo que el proceso fue anulado y Emile quedó en libertad provisional en noviembre.

La fiscalía no se rindió. En mayo de 2018, presentó nuevas pruebas que incluyeron mensajes entre Emile y otras mujeres, además de registros con prostitutas, todo mientras Victoria permanecía hospitalizada. 

También se hallaron búsquedas relacionadas con la lactancia de recién nacidos y movimientos financieros que demostraban que él “había malgastado el dinero de su esposa”. Los peritos lo describieron como “un sociópata narcisista, carente de empatía, sin remordimientos y con una peligrosa obsesión por los deportes extremos”.

Paracaídas

Este hombre le era infiel y tenía deudas. Foto:Redes sociales.

Tras seis semanas de juicio, el jurado lo declaró culpable por dos intentos de asesinato. Emile fue condenado a cadena perpetua, con la posibilidad de pedir libertad condicional solo después de 18 años. A pesar del veredicto, Victoria no cortó de inmediato el vínculo. Lo visitó varias veces en prisión en un intento por entender todo lo que había vivido, pero pronto se dio cuenta de que él “buscaba manipularla nuevamente”. Fue entonces cuando decidió pedir el divorcio y alejarse definitivamente.

Una nueva oportunidad para reconstruir su vida

Actualmente, Victoria Cilliers tiene 48 años. Las secuelas físicas del atentado siguen presentes: lleva una barra de metal en la espalda y múltiples tornillos en el cuerpo. 

Aun así, logró rehacer su vida junto a Simon Goodman, un exmarino y paramédico que estuvo presente el día del accidente y testificó en el juicio. En octubre de 2024, contrajeron matrimonio, consolidando una relación basada en “la comprensión y el respeto”. Luego de años marcados por el dolor y la traición, Victoria encontró una nueva forma de ser feliz.

La Nación (Argentina) / GDA. 

Primer hombre que saltó a 25.000 pies de altura sin paracaídas y sobrevivió

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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de La Nación (GDA), y contó con la revisión de un periodista y un editor.

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