“Fue terrible, lo que traje se me quedó casi todo. Lo que iba a vender en el negocio lo tuve que regalar a señoras de las fincas que tienen trabajadores porque cómo iba botar la comida”, así describió Sandra López, propietaria de un restaurante en la vía nacional que comunica a Manizales (Caldas) con Murillo (Tolima), el panorama que vio durante el pasado fin de semana.
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Y es que el sábado anterior entró en vigor la medida de pico y placa los fines de semana para este tramo que cruza internamente algunas zonas del Parque Nacional Natural Los Nevados y que fue ordenada por el Tribunal Superior del Distrito Judicial de Ibagué como una medida provisional en aras de salvaguardar el parque, declarado en una sentencia como sujeto de derechos.
El panorama, según esta comerciante, es desalentador. Considera que podrían verse tan afectados como en el tiempo de la pandemia. “Lo malo es que toda la semana ha estado muy solito, bajé y no había nadie. La gente piensa que es todos los días y no viene por temor a una multa. Esa decisión fue una medida tomada a la ligera y que no piensa en nosotros los comerciantes ni en el impacto que tiene para los que vivimos de esto”, expresó.
Afirmó que su molestia, al igual que la de otros propietarios de fincas, hostales y restaurantes en la zona no es porque se procure cuidar el medio ambiente, sino porque se haga sin planeación y optando por la represión antes que por la educación.
“Entendemos que hay que cuidar este ecosistema, pero falta educación, concientizar a las personas y organizar lugares estratégicos donde la gente pueda bajarse, tomar una foto y disfrutar del paisaje sin afectarlo. Porque pueden reducir el número de visitantes, pero esos 100 pueden seguir dañando el ecosistema si no son responsables. Con la medida no garantizan eso, pero sí nos sentaron otra vez; los afectados siempre terminamos siendo nosotros los comerciantes porque nadie viene a ayudarnos”, afirmó.
Pero esta es una de las dos caras de la moneda pues la otra es el presunto daño ambiental que se estaría generando sobre este frágil ecosistema.
Según el abogado ambientalista, Juan Felipe Rodríguez Vargas, y quien interpuso la acción de tutela que llevó a que la Corte Suprema de Justicia declarara a este parque como sujeto de derechos, el turismo sin control estaría generando “resultados nefastos”.
Y es que cada fin de semana circulan nuevas imágenes en redes sociales donde se observa a cientos de personas llegando a esta zona. Decenas de vehículos se estacionan a lado y lado de la vía, se toman fotos abrazando a los frailejones, dejan sus huellas sobre la delicada vegetación que se tiene en este lugar, arrojan basura, llevan sus mascotas y permiten que hagan sus necesidades allí e incluso han instalado puntos de venta de comida en el carreteable.
Para Rodríguez, a la justicia le tocó actuar debido a la inoperancia de las autoridades de Tolima y Caldas. “No previeron esta situación y no han hecho lo suficiente para controlar esta problemática. Hay que resaltar que aún no existe ni un estudio de cargas contaminantes ni un plan de manejo ambiental que nos indique cuáles han sido los resultados nefastos de este alto flujo de turistas en un área tan frágil y estratégica”, dijo el abogado.
Rodríguez apoyó la medida adoptada por el Tribunal de Ibagué pues es una decisión inédita “ya que no existe antecedente alguno en que el poder judicial haya ordenado la imposición de un pico y placa y menos de carácter ambiental, creo que está bien orientada ya que si bien esta no es una solución de fondo sí se traduce en una medida de choque para conjurar el desbordado flujo de turistas que sobre todo los fines de semana acuden a este tramo vial”.
En los últimos meses este sector ha desatado controversias en la región entre los que se oponen al riesgo que generan los visitantes en una zona repleta de frailejones, fuentes hídricas- que abastecen a más de 4 millones de habitantes de la región- y especies propias de este lugar y los promotores del turismo que la ven como una zona con alto potencial económico.
Detalles del pico y placa:
Este pico y placa ambiental incluye también a las motos y abarca desde el sector de La Esperanza (Manizales) hasta la cabecera de Murillo (Tolima).
Para fines de semana sin puente festivo será de manera alternada entre vehículos con placas que terminen en números pares e impares. Los pasados 26 y 27 de octubre se permitió el ingreso de vehículos con placas terminadas en dígito impar; el siguiente fin de semana que no tenga festivo (16 y 17 de noviembre), se permitirá el tránsito de vehículos con placas terminadas en dígito par, incluyendo el 0. Y así sucesivamente.
Para fines de semana que tengan un día festivo involucrado podrán cruzar vehículos turnados por paquetes de tres dígitos únicamente. Este puente, las placas terminadas en 1, 2 y 3; el próximo (9, 10 y 11 de noviembre), las placas terminadas en 4, 5 y 6. Y así sucesivamente.
Los habitantes de la zona deben solicitar un certificado de vecindad en el respectivo municipio y, en el caso de los trabajadores, este trámite se realiza con el certificado laboral ante la Oficina de Tránsito competente.
REDACCIÓN EJE CAFETERO