Fernanda Cunha, quien trabajaba como secretaria en un despacho de abogados, encontró en la repostería la oportunidad de construir una nueva carrera después de una inesperada decisión laboral.
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En 2014, mientras aún estaba empleada, comenzó a vender trufas para ayudar a una amiga. Lo que en un inicio fue un simple acto de solidaridad, rápidamente se transformó en su pasión y, más adelante, en su principal fuente de ingresos.
Un giro inesperado en su vida profesional
El despido de su trabajo como secretaria representó el impulso que Fernanda Cunha necesitaba para dedicarse completamente a la venta de trufas y otros dulces finos. Sin embargo, no contaba con conocimientos avanzados en negocios, por lo que decidió prepararse a través de cursos de repostería y mentorías. Así, poco a poco fue dando forma a su idea de negocio y aprendiendo los secretos del sector.
Al iniciar esta aventura, la emprendedora comenzó en un espacio de solo 10 metros cuadrados dentro de la casa de su madre, donde organizaba sus ingredientes y daba vida a sus creaciones.
Con esfuerzo y dedicación, su emprendimiento fue ganando popularidad en São Bernardo do Campo, una ciudad en la región de Paulista, Brasil, atrayendo cada vez más clientes interesados en sus dulces exclusivos.
"Hace 10 años reformé un espacio en casa de mi madre y monté mi cocina, pasé por varias áreas de repostería: infantil, fondant, cupcakes y en 2018 ingresé al mercado de bodas. Me especialicé en dulce fino, venta, servicio y la repostería fue creciendo hasta que en el 2022 nos mudamos a un espacio propio", expresó en sus redes sociales.
Un negocio exitoso y clientes fieles
Hoy, su negocio se ha consolidado al punto de atender hasta seis bodas por semana, en las cuales sus dulces destacan como piezas clave de las celebraciones. Gracias a su crecimiento, la mujer también ha logrado acondicionar un espacio más cómodo para recibir a parejas recién casadas que buscan degustar sus productos antes de decidirse por el servicio de catering de su boda.
El éxito es notable: su empresa genera aproximadamente 20,000 reales al mes, una cifra que equivale a más de 15 millones de pesos colombianos ($ 15'204,000), superando ampliamente lo que solía ganar como secretaria.
Entre los productos más solicitados de su tienda destacan la pirámide de crema de avellanas, la sorpresa de uva y la copa de cereza, que se han convertido en los favoritos de sus clientes. La mujer, con dedicación y creatividad, logró construir un negocio próspero y exitoso desde su propio hogar.
Desde sus redes sociales, la emprendedora festejó su más reciente triunfo: recibir un galardón en los premios Casamentos Awards 2024, un evento que homenajea y premia a las empresas que están detrás de la creación de bodas. En sus propias palabras, describió: "Nos gustaría agradecer a todos los que nos apoyan y confían en nuestro trabajo. Este reconocimiento es fruto del esfuerzo y dedicación de todo el equipo, que se esfuerza diariamente por ofrecer productos de calidad y un servicio excepcional".
O Globo (Brasil) / GDA.
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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de O Globo (GDA), y contó con la revisión de un periodista y un editor.