Este lunes se reunirá la junta directiva del Banco de la República para tomar una nueva decisión respecto a su tasa de interés, que sirve como referencia para que las demás entidades fijen sus propias tasas en productos como créditos, préstamos y depósitos.
En esta oportunidad habrá una novedad y es que será la primera vez que Laura Moisá y César Giraldo –nombrados por el presidente Gustavo Petro- darán su voto para bajar, mantener o subir la tasa de interés.
Con el ingreso de estos codirectores, la expectativa del Gobierno Nacional es que haya una reducción en la tasa de interés; sin embargo, expertos aseguran que no es el momento ideal para una decisión de este tipo.
Por ejemplo, el exministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, considera que lo más prudente es que el Banco de la República mantenga su tasa de interés en 9,5 por ciento, como lo hizo en la reunión de enero.
Exministro de Hacienda, José Antonio Ocampo. Foto:César Melgarejo. EL TIEMPO
Según explicó el exministro del gobierno del presidente Petro, esta sería la mejor decisión “frente a la situación fiscal crítica que tiene el país y el aumento de las tasas de interés de los TES”.
Esta “crítica situación fiscal” ha sido el resultado de una caída considerable en el recaudo de impuestos, que le impidió al Gobierno Nacional financiar el Presupuesto General de la Nación para 2025.
Igualmente, el exministro de Hacienda y rector de la Universidad EIA, José Manuel Restrepo, asegura que la situación fiscal de Colombia debería frenar una posible reducción de la tasa de interés.
Pero no solo debería influir la situación fiscal, sino también el incremento que ha registrado la inflación anual en los últimos dos meses y la realidad a nivel internacional, porque la Reserva Federal de los Estados Unidos no ha bajado su tasa de interés de manera significativa.
Junta directiva del Banco de la República Foto:Banco de la República
“El escenario fiscal tan apretado que estamos viviendo genera riesgos para la toma de decisiones por parte del Banco de la República, en el sentido de bajar su tasa de interés, y puede generar una pérdida de credibilidad del manejo de la política monetaria, que sería el peor escenario posible en este momento”, manifestó José Manuel Restrepo.
La expectativa de Fedesarrollo también es que la junta del Banco de la República mantenga su tasa inalterada. Según explica su director ejecutivo, Luis Fernando Mejía, la inflación dejó de caer al ritmo esperado a comienzos de año (enero y febrero).
“Esto ha generado un aumento en las expectativas de inflación que, de acuerdo con la encuesta de opinión financiera de la Bolsa de Valores de Colombia y Fedesarrollo, subieron de 4,26 a 4,5 por ciento para el cierre del año”, agregó.
Otro aspecto que destaca Luis Fernando Mejía son los choques que se han presentado en los precios de los bienes regulados, especialmente en el gas, que han tenido efectos negativos en la inflación. Mientras que el riesgo fiscal se ha acentuado, y esa dominancia de la política fiscal limita la capacidad de maniobra del banco.
Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo Foto:ACP
La historia de Brasil que Colombia podría repetir
El Banco Popular también coincide con los exministros de Hacienda y hace un llamado a que los nuevos codirectores mantengan la independencia del Emisor a pesar de la presión del Gobierno Nacional por reducir la tasa de interés.
Además, recuerda que Brasil ha sido la única economía en la región (y una de las pocas en el mundo) que se ha visto obligada a subir tasas a pesar de que su nivel de crecimiento aún se ubica por debajo del potencial (se espera un crecimiento del 2,2 por ciento en 2025).
Esto mismo podría ocurrirle a Colombia porque está recorriendo el mismo camino de Brasil, marcado por un alto déficit fiscal, la eliminación del techo de gasto público y cambios en la junta directiva del Banco Central, que le aseguraron a la administración de Lula una mayoría de miembros.
“El fuerte deterioro fiscal (llevando la deuda/PIB al 60 por ciento); los múltiples intentos de flexibilizar la regla fiscal (incluyendo el débil “cumplimiento” de esta en 2024); y el reciente cambio en los codirectores de Banco de la República y el ministro de Hacienda, parecen estrofas nuevas de la misma canción”, dice un análisis de la entidad.
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Esta similitud también se ve reflejada en el movimiento de los activos, aunque con diferencias en su intensidad. Por ejemplo, los títulos de deuda pública de 10 años (TES 10Y) en Colombia se encontraban en 10,37 por ciento en diciembre de 2023, el mismo nivel que los títulos brasileros.
Sin embargo, mientras los títulos colombianos presentan una desvalorización de 197 puntos básicos a la fecha, en Brasil la desvalorización es de 460 puntos básicos.
Algo similar sucede con las monedas: mientras que el real brasilero ha sufrido una devaluación frente al dólar del 13,5 por ciento entre diciembre de 2023 y marzo de 2025, en Colombia la devaluación ha sido del 5,5 por ciento.
En el único caso en donde la relación es inversa (mayor deterioro en el caso colombiano) es en el CDS, pues a partir de agosto de 2022 el mercado internacional ha asignado mayor riesgo a Colombia que a Brasil, a pesar de que Colombia cuenta con mejor calificación crediticia.
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En los últimos tres años, el CDS de Colombia se ha ubicado en promedio 50 puntos básicos por encima del de Brasil. El último trimestre de 2024 fue el único momento en donde los CDS se acercaron.
De acuerdo con el Banco Popular, estas similitudes con Brasil marcan “el peligroso camino que Colombia podría seguir en los próximos meses”.
Si bien los niveles de déficit fiscal y deuda/PIB se encuentran lejos del nivel observado en Brasil (60 por ciento en Colombia vs. 87 por ciento en Brasil), el comportamiento de los TES 10Y y del dólar indican que el mercado está perdiendo confianza en los activos (con un fuerte potencial de desvalorización adicional).
Si esta situación llega a empeorar, podría implicar un cambio abrupto de política monetaria como sucedió en Brasil, pues el Banco Central se vio en la obligación de revertir su ciclo monetario bajista.
En su más reciente reunión, elevó la tasa de interés al 14,25 por ciento, por encima del 13,75 por ciento alcanzado en 2023 cuando comenzó el ciclo bajista. La expectativa de cierre de año se ubica en 15 por ciento.