Tal vez para algunas personas poder imaginar que pueden percibir matices y tonalidades que son completamente invisibles para la gran mayoría de seres humanos puede parecer un poco imposible y hasta una película de ficción, pero en realidad hay un grupo de mujeres en el mundo que poseen una condición genética llamada tetracromatismo.
A menudo esta es comparada con la ‘vista de águila’, ya que esta habilidad suele representar una ventana llamativa a las variaciones de la percepción humana y a los límites que tienen los sentidos.
La doctora Mar González Manrique, miembro de la Sociedad Española de Oftalmología, explicó en qué consiste esta condición y por qué la compara con la visión de un águila.
“Por tanto, el águila no solo ve muy bien a larga distancia, sino que, efectivamente, ve muy bien también los colores”, manifestó.
Según la experta, este superpoder lo suelen tener las mujeres y se hereda de madres a hijas; consiste en que solo la posesión de dos cromosomas X puede dotar a una persona con tetracromatismo.
Esta condición las madres se la pueden heredar a sus hijas. Foto:iStock
“Si transmiten a sus hijas el gen híbrido o mutado, les legarán esa mayor discriminación cromática. Eso sí, dice que, si se lo transmiten a sus hijos varones, les dejarán en herencia un daltonismo”, argumentó.
¿En qué consiste el tetracromatismo o la 'visión de águila'?
La especialista explicó que la visión humana estándar se denomina tricromática, lo que significa que la retina contiene tres tipos de células fotorreceptoras sensibles al color llamadas conos.
La combinación de la información de estos tres conos permite percibir el espectro visible, estimado en alrededor de un millón de colores distintos. Sin embargo, las mujeres que son tetracrómatas rompen este esquema y poseen un cuarto tipo de cono funcional en sus retinas.
“Existen tres tipos de conos (azules, rojos y verdes), en función del pigmento que contienen. El gen del pigmento azul se codifica en el cromosoma 7, sin diferencia entre géneros. Los genes de los pigmentos rojo y verde se encuentran en el cromosoma X. Como las mujeres tienen dos cromosomas X, uno de cada progenitor, su dotación genética es más variada que la de los varones, que solo cuentan con un cromosoma X aportado por la madre. Y como en cada célula del cuerpo de la mujer, y también en los conos, se activa al azar uno u otro cromosoma X, ellas pueden tener mayor número de conos diferentes que los varones”, argumentó.
Algunas mujeres padecen de tetracromatismo. Foto:iStock
Otra de las cosas que también explicó Mar González es que cuando uno de estos cromosomas X, las mujeres portadoras de un gen mutado tienen la capacidad cromática superior o tetracromatismo, siempre y cuando ese gen alterado produzca un pigmento diferente en su espectro de absorción del color.
“Sin embargo, lo que es una ventaja para ellas, será una desventaja para sus hijos varones, que serán daltónicos si reciben el cromosoma X con la mutación”, argumentó.
Los hombres que lo heredan puden ser daltónico Foto:iStock
Algo que también explicó es que este cuarto cono no garantiza una ‘supervisión’. Si tiene el potencial de ampliar drásticamente la gama de colores que una persona puede diferenciar. Mientras que un tricrómata ve un millón de colores, un tetracrómata funcional podría llegar a distinguir hasta 100 millones de tonalidades.
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WENDYS PITRE ARIZA
REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL
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