Hace un poco más de 2 meses, específicamente el 13 de enero 2025, un iceberg del tamaño de Chicago se desprendió de la plataforma de hielo Jorge VI, una de las más grandes que se une a la Península Antártica.
Esta zona estuvo cubierta de hielo hasta hace poco y todo lo ocurrido con esta, motivó a que un equipo de investigadores internacionales adelantaran sus tiempos de estudio para ver qué más se podía encontrar sobre este fenómeno.
El Estudio Antártico Británico fue uno de los participantes de esta investigación sobre la zona que antes era inaccesible para los humanos. Quienes hicieron parte de la expedición revelaron que habían encontrado un lecho marino.
Aunque según miembros del equipo, las expectativas al explorar este espacio no eran tan amplias, los hallazgos fueron superiores a lo que imaginaban, es decir, la expedición fue de total asombro.
Esta imagen es una vista aérea de un iceberg en las aguas del Océano Antártico el 14 de enero. Foto:AFP
Patricia Esquete es la codirectora científica de la expedición del Centro de Estudios Ambientales y Marinos (CESAM). A través de un comunicado, ella reveló que no esperaban encontrar un ecosistema “tan grande y próspero”.
Además, la científica, para hacer énfasis en lo encontrado, agregó que “A juzgar por el tamaño de los animales, las comunidades que observamos llevan décadas allí, quizás incluso cientos de años".
Hallazgos bajo el iceberg
Tras ocho días de observación, el equipo de investigación descubrió ecosistemas florecientes a profundidades de hasta 1.300 metros. En estos eran perceptibles grandes corales, arañas marinas gigantes y pulpos.
La diversidad no solo se quedó allí, pues otras de las nuevas especies que, según los expertos se identificaron, incluyen cuerpos marinos como peces de hielo y esponjas con formas extrañas.
Estos descubrimientos fueron posibles, gracias a que quienes hacían parte de la expedición contaron con equipos especializados como un vehículo de control remoto ROV SuBastian del Schmidt Ocean Institute, una organización sin ánimo de lucro que colaboró con esta causa.
Así es una araña marina. Foto:iStock
Aparte de esto, vehículos submarinos autónomos se desplegaron para caracterizar la circulación oceánica de la región y estudiar el impacto del agua de deshielo glacial en las propiedades físicas y químicas del agua de mar.
Esta otra acción fue liderada por un grupo de oceanógrafos, pertenecientes a la Universidad de Cambridge, la Universidad de Anglia Oriental y el British Antarctic Survey.
MARIANA SIERRA ESCOBAR
EQUIPO ALCANCE DIGITAL
EL TIEMPO