La centenaria historia de Los Cuadros Vivos en Galeras, Sucre

hace 2 meses 16

Los aborígenes de la etnia Zenú poblaron los extensos campos de lo que hoy se conoce como departamento de Sucre, mucho antes del arribo a la región de la primera delegación de españoles, cuyo registro histórico data de 1.535, de acuerdo con el Instituto Colombiano de Antropología e Historia.

Cuenta además la historia que para 1.812 llegó a su fin la incursión de un grupo de contrarrevolucionarios que se habían asentado en Sincelejo, Corozal y Sampués, luego de la denominada rebelión realista, o revolución de los curas y la participación de ‘héroes’ que tuvieron su batalla en Mancomoján, cerca de las poblaciones de El Carmen y Ovejas.

Vecino a estos pueblos se erguían los terrenos denominados Hato de San Luis y Globo de San Luis, que posteriormente dieron a origen a lo que se comenzó a conocer como Galeras.

Eran tierras sembradas con cañas y abundante agua, lo que sirvió para la preparación del ron artesanal de contrabando, negocio que Antonio de la Torres y Miranda desterró de la comarca.

Fue entonces cuando los pobladores se adentraron en lo profundo del bosque para continuar con la producción del licor.

Cortesía Jonh Mercado

La magia del cuadro vivo es plasmada por actores naturales del pueblo. Foto:Cortesía Jonh Mercado

La leyenda popular cuenta que el indio San Cosme y su mujer, la india Galera, quienes vivieron un romance reconocido en la región, terminaron separándose. La india se estableció con sus seguidores en el sitio conocido hoy como ‘La Plaza de la Virgen’, lo que marcó el origen de la población de Galeras.

Es hasta esta zona de la región, hace más de 100 años, que llegaron también los sacerdotes españoles, quienes comenzaron a evangelizar a la población y ante la falta de las imágenes santas nació la idea de convertir a sus habitantes en esas personas que le dieran vida a las representaciones religiosas.

Eran los llamados cuadros vivos que comenzaron a ser venerados en las fechas especiales, convirtiendo en actores a los nativos de ese sitio conocido como Galeras, los mismos que han recorrido las calles y sitios emblemáticos del pueblo, hasta convertirlos en la esencia de una cultura que traspasó las fronteras, para convertirse en Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Humanidad.

Bien lo dijo el político, científico, militar, periodista y prócer de Colombia, Jorge Tadeo Lozano: “Hasta la más remota posteridad se recordará con gratitud que la revolución que nos emancipó fue una revolución clerical”.

Los cuadros vivos

Para Samuel Jaraba Cueto, gestor cultural, miembro de la Corporación Festival Folclórico de La Algarroba, de la Corporación Mixta, el Festival de los Cuadros Vivos, miembro de la lista representativa del Patrimonio Cultural e inmaterial de la Nación, quien participó en la formulación del expediente que se envió a la Unesco para aspirar a ser Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Humanidad y quien trabaja en la salvaguarda de los cuadros vivos de Galeras, son los curas españoles de esa época los responsables de la teatralidad que permitió el nacimiento de las tantas imágenes maravillosas que desde entonces hacen la fiesta teniendo como escenario el cielo abierto.

Cortesía, Jonh Mercado

La magia del cuadro vivo es plasmada por actores naturales del pueblo. Foto:Cortesía, Jonh Mercado

“Sus orígenes se remontan al tema religioso, cuando los curas españoles llegaron a evangelizar y ante la falta de imágenes para representar etapas como el nacimiento de Jesús, las novenas, entre otras citas bíblicas, escogían a personas y las moldeaban en lo que hoy se conoce como nichos, que no era más que un escenario acorde al tema original”, dice el profesor Jaraba.

Esas escenas religiosas fueron tomando fuerza año tras año con aquellos actores naturales que se esforzaban por hacer su mejor representación y comenzaron a perdurar en el tiempo, hasta nuestros días.

Sus orígenes se remontan al tema religioso, cuando los curas españoles llegaron a evangelizar y ante la falta de imágenes para representar etapas como el nacimiento de Jesús, las novenas, entre otras citas bíblicas, escogían a personas y las moldeaban en lo que hoy se conoce como nichos, que no era más que un escenario acorde al tema original

Samuel Jaraba CuetoGestor cultural

Carlos Martínez Simahan, abogado, jurista, diplomático, político ex ministro de minas y energía, nacido en estas tierras rojizas rodeadas de abundantes frutos, pero en especial de la algarroba, afirma, que según los abuelos, un gaitero encaramado en la rama de un árbol de mamón, tocando el “amor-amor, el amor que me divierte” y las parejas bailando al son de la melodía, se constituyó en el primer cuadro vivo del que se tenga noticia.

Eran los días en los que nativos y visitantes se confundían en los callejones del pueblo en medio de los tragos del popular ñeque, el ron artesanal que se fabricaba en los alambiques escondidos entre los bosques que rodearon a Galeras, el mismo que un día Antonio de la Torre y Mirando hizo desterrar de la región.

Ese jovencito que corría a pie descalzo por las calles de Galeras, Carlos Martínez Simahan, se constituiría en factor determinante para el reconocimiento que hoy en día tienen los cuadros vivos a nivel mundial. Él hace parte fundamental de esta historia.

La semilla de los cuadros vivos

Aquella semilla que sembraron los sacerdotes españoles en los nativos de la región con las representaciones religiosas fue creciendo con los años y el legado se afianzó en fechas especiales, como el 8, el 24 y el 31 de diciembre y, en especial, el 6 de enero, día de los Santos Reyes, cuando la fiesta era total en Galeras.

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Las imágenes religiosas marcan el inicio histórico de los cuadros vivos. Foto:Cortesía Jonh Mercado

“Hubo una época en la que esta manifestación cultural entró en una decadencia, una desmotivación en el pueblo hasta que Carlos Martínez Simahan, aquel jovencito inquieto convertido ya en un importante personaje de la región, se ideó la creación del Festival Folclórico de la Algarroba, buscando un escenario propicio para la salvaguarda de los cuadros vivos”, explicó Jaraba.

El Festival Folclórico de la Algarroba fue el impulso vital para que aquella manifestación cultural se fortaleciera.

Se le dio el nombre de la algarroba, por ser un fruto que se da casi silvestre en la región y porque a raíz de esa situación los habitantes de otras poblaciones comenzaron a llamar a los nativos de Galeras, como algarroberos.

Del Festival hace parte también la manifestación folclórica, con los gaiteros que entonan cumbias y versos alusivos a la tierra que los acoge, al baile que no puede faltar adornado por las mujeres con polleras de colores y el hombre que la corteja a su lado.

Se suma la gastronomía criolla, un deleite en la mesa para propios y visitantes.

Calles vestidas de magia

Margarita Rosa, sus amigos y familiares se reúnen sobre el fresco pretil de la casa de bahareque y techo de palma que al contacto con la suave brisa invita al pensamiento y a la creatividad.

Son las 10 de la mañana de un diciembre alegre, hora propicia para diseñar el cuadro que mostrarán con el despuntar del nuevo año, fecha en la que las calles se adornan de magia con la representación de escenas religiosas, la cotidianidad, el mensaje social, la sátira, los personajes de moda, la noticia de la época.

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La parte indígena de los ancestros zenúes de Galeras tienen su representación. Foto:Cortesía Jonh Mercado

Cada quien aporta lo suyo para el éxito de la representación que mostrarán en sociedad. Desde el viejo taburete de la casa, las cortinas, sábanas, sombreros, hasta el más elemental de los objetos que ubicarán en cada rincón del llamado nicho y, por supuesto, el diseño de los vestidos que la matrona de la casa, experta en esos quehaceres, confecciona en su vieja máquina de coser.

“Es la forma como las familias y los habitantes de cada sector del pueblo se vuelven uno solo en torno a la celebración de los cuadros vivos. Se fortalece la amistad y en cada representación va una parte de la comunidad”, afirma el gestor cultural Jaraba.

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Los hechos cotidianos, la parte social, pero en especial lo religioso está plasmado en los cuadros. Foto:Cortesía Jonh Mercado

Las calles del pueblo se visten con sus mejores galas. Son entre 30 y 40 cuadros vivos que hacen de las calles de Galeras, el salón de arte a cielo abierto más grandes del mundo.

Las imágenes vivas en los nichos representados por diosos y diosas, como se les llama a los personajes que hacen parte del cuadro, tuvieron un furor inusitado, hasta llamar la atención de personajes del país y entre ellos, la viceministra de cultura, María Claudia López Sorzano, quien fue la encargada de manifestar que esa mágica expresión del pueblo podía convertirse en Patrimonio Nacional.

Fue así como se hizo el Plan Especial de Salvaguarda y los cuadros vivos de Galeras (Sucre) obtuvieron su primer gran galardón, al ser elevados a esa categoría en Colombia.

Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Humanidad por la Unesco

La gestora cultural también nativa de Galeras, Teresa Navarro de Díaz, describe esta manifestación cultural única en la región como:

“Una unidad de acción detenida. El sustantivo ‘cuadro’ remite a un marco tal, como un recuadro o moldura que se intuye, en cuyo interior se encuentra la composición plástica de una situación o personificación, es decir, donde se expresa lo vivo que de él o los personajes y elementos que lo integran son reales, tridimensionales y pertenecen a una naturaleza ‘no muerta’, son del mundo de los vivos...

Cortesía Jonh Mercado

El aspecto folclórico es un todo con el Festival de la Algarroba. Foto:Cortesía Jonh Mercado

“En el cuadro se le da vida a lo que fue o dejó de ser, a lo imaginado e impensable, a lo que ya no está, o incluso, a lo que está por venir, o acontecer, deseable o no”.

La gestora cultural afirma, además, que los cuadros vivos por su sentido cooperativo con el que se realizan, su esencia creativa y su inmenso poder para el trabajo solidario y de convivencia se convierten en un auténtico laboratorio de Paz.

La antropóloga Gloria Triana, experta en estudiar las culturas populares, manifestó sobre los cuadros vivos:

El cuadro vivo está orientado hacia una narración figurativa llena de colorido sobre las vivencias de su entorno, las tradiciones regionales, mitos y leyendas, la vida del campo, las historias cotidianas del pueblo, la religiosidad, naturaleza, fiestas, ritos que expresan los imaginarios colectivos de la región

“El cuadro vivo está orientado hacia una narración figurativa llena de colorido sobre las vivencias de su entorno, las tradiciones regionales, mitos y leyendas, la vida del campo, las historias cotidianas del pueblo, la religiosidad, naturaleza, fiestas, ritos que expresan los imaginarios colectivos de la región”.

La mesa estaba servida y con todos los argumentos las ideas se plasmaron en un gran expediente para entregarlo al Comité Intergubernamental para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura -Unesco- buscando que aquella expresión del alma campesina, popular y auténtica se cubriera de gloria.

Y así fue. El pasado 4 de diciembre los cuadros vivos de Galeras (Sucre) fueron declarados Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Humanidad.

En Galeras sus habitantes lloraron de alegría, en sus calles danzaron al compás de las gaitas, el sueño de ser reconocidos en el mundo se había cristalizado.

Muchos recordaron a los curas españoles, al campesino parapetado en la rama del palo de mamón cantando el amor-amor, a Carlos Martínez Simahan, actor primordial de aquella gesta, pero en especial a los hacedores de cultura naturales, responsables de tan magno reconocimiento.

El cielo de Galeras está de fiesta hoy más que nunca, la galería abierta más grande del mundo adorna sus calles y resplandece en el mundo, los cuadros vivos son Patrimonio Cultural

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