Volver a los movimientos más primitivos del ser humano puede ser una forma efectiva de recuperar la movilidad y fortalecer el cuerpo.
La caminata del gorila, inspirada en la forma en que se desplazan los primates, se populariza como una alternativa de ejercicio para personas mayores de 50 años que buscan mejorar su condición física sin necesidad de pesas ni máquinas de gimnasio.
Este tipo de desplazamiento involucra el uso simultáneo de brazos y piernas, lo cual desafía la coordinación y estimula una mayor activación muscular.
Se trata de una técnica que no solo ayuda a ganar fuerza, sino que también fomenta el equilibrio, la movilidad y la conciencia corporal.
“Caminar como un gorila tiene varias ventajas”, explica el médico deportólogo y director de la Diplomatura en Medicina Deportiva Pediátrica de la Universidad Favaloro, Santiago Kweitel.
Una experiencia personal que impulsa el cambio
Sam Hope, influencer de fitness en Estados Unidos, decidió compartir su experiencia con esta actividad, destacando cómo su cuerpo respondió desde el primer intento.
“Sentía lo rígidos que estaban mis músculos cuando bajé a la posición inicial de sentadilla. Pero ahora me alegro de haber dedicado unos minutos de mi día a probar la caminata del gorila”, detalla, al relatar cómo este ejercicio “devuelve al estado natural de los ancestros”.
Luego de varios días practicando los movimientos característicos de los gorilas, Hope afirmó notar cambios en su cuerpo. Asegura que percibió una mejora significativa en sus caderas y en los tendones de la corva, ubicados en la parte posterior de los muslos, una zona que suele tensarse con facilidad en personas que llevan un estilo de vida sedentario.
Beneficios clave para la salud física
Entre las ventajas principales de este ejercicio, el Dr. Kweitel destaca el impacto positivo sobre el equilibrio y la coordinación. Al no estar habituado a este tipo de desplazamiento, el cuerpo requiere sincronizar de forma precisa brazos y piernas, lo que representa un desafío para la estabilidad.
Según el especialista, los simios muestran su capacidad para distribuir el peso entre extremidades superiores e inferiores mientras avanzan, contribuyendo así a mantener una postura equilibrada.
Otro aspecto relevante es el desarrollo de fuerza en zonas específicas del cuerpo, como los hombros y las muñecas. El modo en que los gorilas se desplazan les permite construir brazos más fuertes, al tiempo que estimulan el movimiento en distintos planos.
Además, este ejercicio favorece la movilidad de la cadera, una zona que tiende a debilitarse en personas que permanecen sentadas durante largos periodos. “Con la caminata del gorila se ponen en marcha los flexores y extensores al implicar desplazamientos hacia delante, hacia atrás, de lado a lado y de forma rotacional”, señala Kweitel.
A pesar de sus múltiples beneficios, este tipo de ejercicio debe utilizarse con un objetivo específico dentro de una rutina. El médico enfatiza que no debe tomarse como un entrenamiento completo.
“Es para hacer a modo de entrada en calor o de activación muscular; una vez logrado esto se sugiere seguir con una forma de entrenamiento más compleja”, explica.
La caminata del gorila se transforma así en una herramienta útil para preparar el cuerpo antes de iniciar rutinas más exigentes, al despertar zonas musculares que normalmente permanecen inactivas.
Guía para comenzar la caminata del gorila
Quienes deseen probar esta técnica deben iniciar en una posición de sentadilla baja, con los talones firmes en el suelo y separados ligeramente más que el ancho de los hombros.
Las rodillas deben alinearse con los dedos gordos de los pies, mientras que la columna debe permanecer neutra, evitando cualquier curvatura que comprometa el núcleo del cuerpo.
Desde esa posición inicial, el movimiento comienza con un balanceo suave de lado a lado, permitiendo que los brazos cuelguen pesados sin perder la postura.
Las manos se colocan frente al cuerpo y la fuerza del desplazamiento proviene principalmente del abdomen. Las piernas acompañan el movimiento de los brazos y del torso. Se recomienda avanzar en una dirección y luego regresar en sentido inverso para completar el ciclo.
No obstante, este ejercicio no resulta adecuado para todos. Aquellas personas que presenten molestias o lesiones en tobillos, rodillas o caderas deben evitarlo.
La Nación (Argentina) / GDA.
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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de La Nación (GDA), y contó con la revisión de un periodista y un editor.