Los niños siempre están buscando la aprobación de sus padres, en esta etapa de la vida hacen cosas no solo para llamar la atención de sus progenitores, sino porque quieren recibir algo a cambio.
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Pero hay casos en los que los papás suelen estar ausentes y lo que muchos no saben es que esto puede traer consecuencias a futuro. Los expertos en psicología comentan que el 80 por ciento de los aprendizajes emocionales que repiten los adultos, los adquirieron en sus primeros años de vida.
La falta de elogios y reconocimiento durante la infancia puede dejar profundas cicatrices, que pueden llegar afectar la vida adulta. Una persona que no recibe la atención necesaria tiende a desarrollar inseguridades, baja autoestima y viven en la constante búsqueda de una validación externa.
Aunque este gesto pareciera no tener la importancia necesaria, puede llegar afectar cómo se relaciona en un futuro.
La psicoterapeuta cognitiva conductual, Yasmine Liénard, habló acerca del por qué los aplausos son importantes en la vida de un niño.
“Los elogios que recibimos en la infancia son fundamentales para poder desarrollar una autoestima sana y una confianza sólida. Los estímulos en forma de elogios por parte de los padres fomentan el progreso del niño, estimulándolo a mejorar. Sin embargo, cuando los niños no reciben esta atención o aliento, pueden crecer con carencias afectivas que se traducen en una baja autoestima y una sensación de abandono”, dijo Liénard.
Aquellas personas que no recibieron nunca un elogio en su niñez cuando son adultos suelen replicar el patrón emocional, en el que pueden manifestar inseguridad y dificultades para adaptarse a un nuevo entorno y todo por el miedo a no ser aceptado.
La psicóloga Ana María Ángel Esteban también comentó acerca de este tipo de comportamientos y de los efectos negativos que le puede traer a un individuo.
“Estas carencias afectivas pueden manifestarse como inseguridad, baja autoestima, y dificultades para adaptarse a su entorno. Las personas afectadas suelen mostrar dependencia emocional en sus relaciones, miedo a la soledad y desconfianza hacia los demás”, agregó Ana María Ángel.
El estímulo es bueno, pero no debe ser en exceso, ya que esto también podría ser perjudicial para los niños, quienes siempre van a querer buscar la aprobación. Lo que recomiendan los expertos es hacer una balanza en la que se les indique cuándo merecen un aplauso y cuándo no; esto ayudará a los pequeños a mejorar su capacidad de autocrítica.
La ausencia de elogios durante la niñez puede llevar a una búsqueda desesperada de validación en la adultez, y esto puede generar una dependencia emocional y de amor propio. Lo que conlleva a conductas autodestructivas y dificultades en las relaciones interpersonales.
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WENDYS PITRE ARIZA
REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL
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