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Su diagnóstico ocurrió tras un colapso pulmonar espontáneo mientras preparaba el desayuno. Los médicos detectaron un pequeño nódulo.
Joven de 28 años saludable y no fumadora fue diagnosticada con cáncer de pulmón: los hábitos que la salvaron Foto: iStock

PERIODISTA20.05.2025 15:06 Actualizado: 20.05.2025 16:24
Jaclyn Keely tenía 28 años cuando un evento repentino alteró por completo su rutina diaria. Era una mujer activa, dedicada profesionalmente a la tecnología en anestesia, amante de las caminatas y el ejercicio, y corredora ocasional. Nunca había fumado y no tenía antecedentes familiares de cáncer de pulmón, por lo que el dolor en el pecho y la dificultad para respirar que comenzó a sentir no le generaron alarma inmediata.
Todo cambió una mañana mientras preparaba el desayuno. Keely sufrió un colapso pulmonar —un neumotórax espontáneo— que la obligó a acudir de urgencia al hospital. Durante los exámenes, los médicos detectaron un pequeño nódulo en uno de sus pulmones. Aunque el hallazgo fue inesperado, su juventud y estilo de vida llevaron a los especialistas a concluir que probablemente no se trataba de nada grave. Así fue como, durante varios años, el nódulo fue monitoreado sin cambios significativos.
Sin embargo, en el otoño de 2024, cuando Keely ya tenía 29 años, su neumólogo decidió realizar una biopsia, en parte como medida de precaución. Esa decisión marcó un antes y un después. El resultado fue claro: adenocarcinoma mucinoso en etapa 1, una forma poco común de cáncer de pulmón que puede presentarse incluso en personas jóvenes, sin factores de riesgo evidentes.
Keely se había iniciado en el running casi un año antes de su diagnóstico. Foto:iStock
De la sorpresa a la cirugía: el camino hacia la recuperación
El diagnóstico fue un golpe inesperado. Keely se enfrentó a la realidad de tener que someterse a una cirugía torácica mayor. En octubre de 2024, le fue extirpado el lóbulo inferior de su pulmón izquierdo. La intervención fue exitosa, pero implicó un proceso de recuperación exigente, tanto física como emocionalmente.
En medio de esta difícil etapa, dos factores jugaron un papel esencial en su capacidad para recuperarse con rapidez: su disciplina deportiva reciente y su historial libre de tabaquismo. A finales de 2023, casi un año antes del diagnóstico, Keely había tomado una decisión aparentemente espontánea: empezar a correr con regularidad.
“Una mañana me desperté y decidí que iba a correr un maratón”, relató. Desde entonces, el running se volvió parte de su rutina, mejorando no solo su condición física, sino también su conciencia corporal. Esa conexión con su propio cuerpo fue lo que le permitió identificar que algo no andaba bien cuando aparecieron los primeros síntomas.
La importancia del ejercicio y el rechazo al tabaco
Para los especialistas, no hay duda de que el hecho de que Keely estuviera físicamente activa antes de la cirugía favoreció su recuperación pulmonar. La capacidad cardiorrespiratoria que desarrolló corriendo se convirtió en una ventaja al momento de retomar actividades básicas como caminar y trotar tras la operación. Apenas dos o tres semanas después de la cirugía, Keely ya había salido a trotar una corta distancia, de aproximadamente 300 metros. Con el paso de los días, sumó caminatas diarias y aumentó progresivamente la intensidad de sus entrenamientos.
El segundo hábito clave en su proceso fue no haber fumado nunca. Aunque el cáncer de pulmón está estrechamente relacionado con el consumo de cigarrillos, cada vez son más los casos registrados en personas no fumadoras, especialmente mujeres. Sin embargo, evitar el tabaco proporcionó a Keely una mejor base física para afrontar la intervención quirúrgica, y redujo las complicaciones postoperatorias, lo que le permitió acelerar su recuperación sin necesidad de tratamientos adicionales como quimioterapia o radioterapia.
“No hubo síntomas claros, lo cual es un poco alarmante”, explicó Keely. Aunque había tenido colapsos pulmonares en el pasado, ninguno fue tan severo como el que condujo finalmente a su diagnóstico. Su experiencia resalta un aspecto crucial: muchas veces, el cáncer de pulmón en etapas iniciales no presenta signos evidentes, lo que dificulta su detección temprana sin controles médicos regulares.
El hábito de correr mejoró su condición física y su capacidad para reconocer síntomas inusuales. Foto:iStock
Un mensaje de conciencia y prevención
Hoy, Keely continúa avanzando en su recuperación. Su capacidad pulmonar es casi normal, y ya está entrenando para participar en la media maratón RBC Brooklyn, un evento simbólico para ella. Más allá del logro físico, se trata de un acto de superación personal y una forma de compartir su historia con otros.
“Sólo quiero cruzar la línea de meta con una sonrisa”, dijo Keely, quien ahora se ha convertido en una vocera involuntaria de la importancia del diagnóstico temprano, el ejercicio físico y la atención a las señales del cuerpo.
“Cualquier persona con pulmones puede desarrollar cáncer de pulmón”, advierte, subrayando que ni la juventud, ni un estilo de vida saludable, ni la ausencia de antecedentes familiares garantizan inmunidad frente a esta enfermedad.
Su caso refuerza un mensaje crucial en salud pública: no hay que esperar síntomas para consultar al médico, y mantener hábitos saludables como el ejercicio regular y evitar el tabaquismo puede marcar una gran diferencia no solo en la prevención, sino también en el pronóstico y recuperación ante enfermedades graves.
El Comercio (Perú)/ GDA
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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en la información publicada por El Comercio (GDA), y contó con la revisión de la periodista y un editor.
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