La respuesta a la pregunta del título es clara: la entidad activó una ofensiva integral, multifacética y global que apunta a toda la red logística que sostiene este delito.
Desde reclutadores en el extranjero hasta falsificadores de documentos y empleadores que se benefician del tráfico ilícito de personas dentro del país, todos ellos están ahora bajo el radar de esta operación nacional.
Foco en inteligencia y cooperación para frenar el tráfico ilícito
Uno de los pilares fundamentales de esta nueva estrategia es el uso intensivo de inteligencia para dirigir investigaciones específicas contra redes transnacionales de contrabando.
Cabe destacar que ICE no solo actúa dentro de las fronteras estadounidenses, sino que expande su alcance hacia los países de origen y tránsito donde operan los cabecillas de estas organizaciones criminales.
ICE está deportando a miles de migrantes en los últimos meses Foto:Istock
El énfasis está en aquellos grupos que representan una amenaza directa a la seguridad nacional o cuyas acciones implican violencia, abuso sexual, toma de rehenes y extorsión.
Además, fortalece su cooperación con la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) para asegurar que los casos más graves de tráfico de personas se investiguen y procesen con rigor.
Esta alianza interinstitucional permite una respuesta más rápida y coordinada, especialmente en los puntos más vulnerables a lo largo de la frontera sur.
Más allá de las acciones operativas, también está impulsando una reforma legal que endurezca las penas contra los miembros de redes organizadas.
La estrategia incluye propuestas para crear nuevos tipos penales que sancionen específicamente a quienes colaboran con estas estructuras delictivas, como informantes o facilitadores logísticos. Con ello, se busca reducir la impunidad y cerrar los vacíos legales que permitieron la proliferación del contrabando humano en el país.