Gustavo Bolívar, director de Prosperidad Social, sorprende con su apuesta sobre el salario mínimo y revela que en el consejo de ministros hubo fuerte oposición contra el proyecto “Cristo”, que según muy serios economistas, traería una grave crisis fiscal.
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En este país, o nos morimos de sed o nos morimos ahogados. ¿Cómo ha visto la situación desde su cargo?
Una paradoja: Bogotá inundada, pero no tiene agua por las tuberías. Es una ciudad mal planificada. Al interrumpirse los ciclos de lluvia que vienen desde la costa, por la deforestación de la Sierra de la Macarena, la Amazonía y la Orinoquía, que alimentan esos ríos que llenan la represa de Chuza, cada vez hay menos agua. y El trabajo es reforestar la Sierra de la Macarena, ya deforestada en casi el 70 %. Podría ser irreversible…
¿Entonces, su gobierno cómo es tan tolerante con la siembra de coca?
Los cultivos de coca sí tienen una incidencia, pero menor, en la deforestación; pero la principal causa es la ganadería y los monocultivos, extensiones gigantes. He recorrido dos veces en avión la Amazonia y la Orinoquia, y se ven, por ejemplo, fincas de 1.000 o 2.000 hectáreas para ganadería, las otras son pedazos de media hectárea o una. Pero el gobierno quiso empezar a perseguir al narcotraficante y no al campesino, con esa consecuencia de la deforestación, no la podemos negar; pero se trataba de que los eslabones más débiles de la cadena, como lo puede ser también el consumidor, tuvieran que seguir los paganinis. Son varios miles de campesinos presos; cuando había el glifosato, mucha gente deforme; animales, ríos contaminados. Hoy, el aumento de las incautaciones es de más del 35 %.
¿Y qué hay de la extensión de los cultivos?
También han aumentado... Pero creo que eso se está deteniendo. Ha bajado mucho el precio. El presidente, sin ser neoliberal, le dio libertad al mercado, la gente empezó a cultivar y a cultivar y sin tanto mercado, se les bajó el precio muchísimo.
¿En sus visitas por motivos de su trabajo a esas regiones, ha visto el deterioro en el orden público?
Sí. Tema muy difícil porque así como la gente pensaba que los paramilitares iban a ser afines a Uribe en las negociaciones, nosotros que los guerrilleros iban a ser afines a Petro en esas negociaciones y ha sido todo lo contrario. Hoy ya no existen guerrillas como tal, salvo por ahí una fracción de ELN con alguna ideología; pero por ejemplo los grupos del Cauca ya son negocios de narcotráfico totalmente.
Tienen un enclave en El Plateado…
A donde no había entrado la fuerza pública hace más de 30 años y por ese corredor hacia el Pacífico sacan la coca. Hoy todavía de ese enclave no se les ha logrado sacar. Hay una intervención, pero para poder decir uno que lo logramos, tenemos que hacer una intervención social bastante nutrida. Y allá nos tiene de cabeza a todos.
¿No es muy distinto estar en el gobierno que estar por fuera, criticándolo? ¿Qué es lo más difícil que ha vivido hasta el momento?
Sí, claro, muy distinto. Ha sido muy duro el tema de la seguridad, porque todos vivimos arriesgando la vida todo el tiempo. Se nos acabaron los fines de semana. El tiempo es muy corto, un gobierno de 4 años que en la práctica son 2, porque el primero es plan de desarrollo y cuando se aprueba, ya es mayo del segundo año. Y el último es electoral y ya no se puede contratar por la ley de garantías. El Congreso se paraliza, todos salen a hacer campaña, ya no se puede pasar una ley. Entonces, hoy estamos en el pico de los dos años. Se acaba el tiempo para mostrar que el programa de gobierno se pudo cumplir o medio cumplir.
¿Y se va a cumplir o a medio cumplir?
Creo que no vamos a alcanzar. Vale mucho dinero y no lo tenemos. Pero sí va a haber unos avances impresionantes, por ejemplo en restitución de tierras.
Pero hay cosas muy contraproducentes, como esa reforma al sistema de participaciones que el ministro Cristo está empujando quién sabe con qué interés y ofreciendo qué, en contra de la opinión de todos los economistas serios…
Varios nos opusimos. Yo lo hice y por ejemplo Alexander López, director de Planeación, también, aunque no está bien hablar de lo que pasa al interior de los consejos de ministros.
¿El derecho de las cosas no era escoger primero qué competencias transferiría el gobierno nacional a los entes territoriales?
Pues sí. Pero ya ahora le están metiendo toda la mano a su aprobación. Le comenté al presidente que nunca un proyecto de ley había tenido un consenso de toda la clase política, de todos los partidos, cien por ciento del Congreso, de los alcaldes y de los gobernadores. Eso nos tiene que decir algo.
¿Y qué le dice a usted?
Que obviamente viene un botín gigantesco. Primero, tenía que haberse dado una lucha más frontal contra la corrupción. Imagínese con la ilusión de este nuevo botín cuánto se van a encarecer las campañas a gobernaciones y alcaldías…
Cristo y este Congreso terminarán respondiéndole a muchas generaciones por el descalabro fiscal que se viene…
Y no es parable porque tiene todo el consenso.
Terminó apoyando esta reforma hasta el propio presidente…
Como demócrata, su tesis es que este país necesita descentralización. Puso unas condiciones que no se han cumplido. ¿Y a pesar de eso seguiremos apoyándola? Si ya tenemos tantas afugias económicas. Las cuentas del Estado siguen creciendo en pensiones, en nómina…
En subsidios…
Esos sí los vamos a bajar. Porque al aumentar el sistema general de participaciones a ese tamaño, así no sea al 46.5% como era inicialmente sino ahora al 39%, cuando se llegue a ese tope, muchas de esas obligaciones se van a incumplir.
¿Usted sí ha tratado de interferir con la libertad de prensa, desprestigiando medios y periodistas?
Categóricamente no. Jamás la he perseguido, ni he hecho complots, ni asociaciones para delinquir contra la prensa. Estábamos conversando en una reunión privada y en esa parte que se filtró yo estaba criticando medios que me han hecho unas campañas terribles; me movieron dos silabitas…. Y resultó suficiente para que dijeran que estaba montado en una campaña de desprestigio contra los medios. Pero contra el gobierno sí ha habido campañas gigantescas…
Y el gobierno también “bodeguea” a medios y periodistas. Hasta el presidente los estigmatiza con nombre propio…
Cuando la prensa se politiza, pasan estas cosas. No debería suceder, en ninguna parte del mundo, que los más ricos sean dueños de los medios. Y como tienen empresas, a veces las reformas las tocan y entonces empieza como una retaliación, donde los escándalos y los errores cometidos se maximizan…
Los medios tradicionales en el mundo entero dejaron de ser inviables para cualquier sector que no sea muy pudiente. Los gobiernos tienen que aprender cómo lidiar con los empresarios dueños de los medios sin volverlos enemigos insultándolos y a no perseguir a los periodistas y empleados…
Pero aquí no ha habido persecución a los medios. Yo veo es un presidente defendiéndose de algunas personas que tratan de maximizar sus errores, de ocultar sus logros. Y él, que tiene un Twitter (X) poderoso, pues trata de defenderse.
Maltrata a los medios pero eso sí, los tiene llenos de mermelada…Se cuentan por montones las cuñas oficiales.
Este es el gobierno que menos ha invertido en medios, puede revisar… Vaya y mire cuánto invirtió Claudia López durante su su mandato…. Creo que más que nosotros en todo el gobierno…Ella tenía una imagen que defender y unas obras que mostrar. Pero la conclusión es que tenemos que publicar en los grandes medios, porque son los que tienen las antenas, los que llegan a las casas, los que tienen más emisoras y mejores horarios de televisión. De las entidades que más ha invertido en publicidad en medios grandes, es la que yo manejo, desde en Master Chef hasta en los partidos de Colombia. Las redes sociales aún cubren una parte muy pequeña de la opinión, aunque estén en crecimiento. Quiero que quede claro que nunca he tenido una mala relación con los periodistas. Me he reunido con usted, con el mismo Luis Carlos Vélez, con Julio Sánchez, con todo el mundo. Con Vicky teníamos amores, no sé porque a última hora, cuando se volvió candidata, empezó a atacarnos a todos los que ella cree que podemos serlo también…
¿Usted lo será?
Tengo esa charla pendiente con el presidente. Si él quiere que yo vaya a la consulta lo acato, si él dice que no, me quedo hasta el final del gobierno. Soy una persona de disciplina.
¿Por qué está tan dividido el Pacto Histórico?
Porque está compuesto por fuerzas que tiene diferentes intereses. Unos, la izquierda pura del Pacto Histórico, quieren luchar por los pobres y la justicia social. Otros solo buscan el poder electoral. Otros hacen negocios. Por ejemplo ese señor Olmedo de la UNGRD… Yo pensaba que era de la causa y resultó un ladronazo de lo peor. No vamos a escurrir el bulto ahí. Ese Sneyder sí no era de acá, a ese lo trajeron porque seguramente el tipo era un experto en eso.
¿Cree que se podrá llegar a un partido único?
Seguramente, porque no hay más alternativas electorales; ya no nos dejan hacer alianzas, por ley.
Pero se saldrán muchos…
Sí, puede haber una estampida: muchos van a decir no quepo donde está este, o donde está fulano…
¿Por ejemplo, usted y María José Pizarro caben en el mismo partido?
Ideológicamente sí, humanamente ya tal vez no… Pero el tema ideológico es el que va a poner las cosas en orden en el Pacto Histórico. Luchamos y lucharemos para que haya justicia social, por la paz y por el cuidado del medio ambiente. Yo, la verdad, quiero que este país salga adelante, sé que se están haciendo cosas buenas dentro de la lógica de nuestros postulados. Pero lo que es más visible no alanzará para que la gente entienda que este es un buen gobierno, que trata de acortar las brechas de desigualdad, no de ampliarlas.
Sí, pero otra manera de ampliar las brechas de desigualdad es el discurso contra los oligarcas, contra los ricos, que en vez de unir al país divide y divide, porque crea odios y resentimientos…
Lo digo en todas partes: Colombia tiene muy poquitos ricos, necesitamos más, pagando más impuestos y generando más empleo. El país de Latinoamérica con menos ricos es Colombia y necesitamos más. Pero también necesitamos menos pobres.
¿A qué adjudica que tanta gente se esté yendo del país?
Es un fenómeno mundial, no solamente colombiano. Aquí no hubo una estampida como la que se pensaba. Sí se ha ido gente, obviamente después de la pandemia la gente cambió de mentalidad, ya sabe que la vida es cortita, que hay que ir a devorarse el mundo, a estudiar, a trabajar. Y aunque se ha ido gente, las empresas están. Según Fenalco, el 60 % de los empresarios se querían ir. Eso no es cierto. 60 % de los empresarios son 900.000 empresarios y no caben en ninguna flota de aviones. Pero este año, a pesar de las tormentas internacionales como el cambio climático y las guerras, la economía se defiende. No ha crecido en los niveles que venía creciendo antes de la pandemia, pero no ha sido una debacle, así como la que la gente avizoraba en la campaña. Bajo este gobierno no ha habido una sola expropiación, ni siquiera por vía administrativa, que es permitida. Ni siquiera ha habido hiperinflación, como lo reconocen los economistas más serios… Y hasta se planea un recorte presupuestal, en vez de privilegiar la emisión de billetes o la deuda, lo cuál es responsable. Ya hemos recortado 33 billones este año. El recaudo tributario falló. Obviamente contraerse tiene consecuencias, pero no tan nefastas como romper la regla fiscal, por ejemplo.
Le reconozco que el presidente no ha recurrido al aparatico del Banco de la República y que la inflación está relativamente controlada, gracias, entre otras, al Banco de la República y a una cosa muy criticada por el gobierno, que fue mantener los intereses altos. Pero proyectos nefastos, como el del ministro Cristo, pueden ser muy peligrosos para este panorama…
Ojo: en lo de la rebaja de la inflación el presidente tiene también unos créditos, al bajar los precios de los alimentos, que estuvieron en un momento en 24% ¿Cómo lo hizo? Subsidiando la urea, los agroquímicos y entregando tierra a los campesinos. Eso ha hecho que haya más oferta. Pero el Banco de la República sí tiene más margen para bajar las tasas. Ha obstaculizado impresionantemente el crecimiento. La gente no quiere comprar casa, ni carros, casi no usa la tarjeta; le tiene miedo a esas tasas. Creo que las puedan soltar dos puntos este año, uno de aquí a finales de noviembre y otro en diciembre. Si cerramos con tasa del 7%, este país crecerá bastante el otro año, se lo aseguro, porque la inflación lleva 19 meses bajando.
¿Y su apuesta, ya última pregunta, para el salario mínimo, es cuál?
Yo creo que por ahí 6,5… (Riendo) ¿Y la suya?
Muy razonable su cifra. La pregunta es si la ministra del Trabajo y el resto del gobierno lo apoyarían a usted…
MARÍA ISABEL RUEDA
Especial para EL TIEMPO