En 2011, el australiano Dan Saunders encontró un cajero que le daba dinero, pero no le descontaba nada de su cuenta. Después de darse cuenta del fallo en el sistema, el hombre gastó millones en restaurantes lujosos, aviones privados, fiestas y pagó deudas suyas y de sus amigos.
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Todo sucedió una noche cuando Saunders salió del bar en el que se encontraba para verificar el estado de su cuenta bancaria. Le apareció el aviso de 'saldo no disponible en este momento', decidió transferir dinero de su cuenta de crédito para ver qué sucedía y decía 'transacción cancelada'.
"Pensé que era muy extraño, así que decidí intentar sacar $ 200 de mi cuenta de ahorros solo para ver qué pasaba. Me dio el dinero así que volví al bar y seguí bebiendo", explicó en conversación con 'Vice'.
Mientras regresaba a su hogar, se volvió a topar con el mismo sitio y no pudo evitar pensar en el extraño momento. Después de una serie de transacciones experimentales, el australiano encontró un error que le dejaba sacar efectivo durante una ventana específica cuando los sistemas de cajeros automáticos estaban fuera de línea por mantenimiento.
"Me di cuenta de que había un desfase entre lo que me daba el cajero automático y mi saldo bancario, lo que significaba que cualquier gasto que gastara lo podía cubrir haciendo una simple transferencia todas las noches entre mi cuenta de crédito y mis ahorros. Pude 'crear' el dinero haciendo una transferencia entre la una y las tres de la mañana, que fue cuando me di cuenta de que los cajeros automáticos se desconectaban", mencionó.
Por los siguientes cuatro meses, Saunders explotó esa laguna al máximo. Logró desviar un total de alrededor de $ 1,6 millones de dólares australianos, alrededor de $ 4.600 millones de pesos colombianos.
El dinero lo gastó en fiestas, viajes e incluso usando los fondos para ayudar a sus amigos a pagar sus préstamos estudiantiles. También ayudó a las personas sin hogar a no pasar las noches en la calle pagándoles hoteles por una noche.
"Ser capaz de hacer que el saldo de tu cuenta ascendiera a millones con solo pulsar una tecla era algo muy adictivo. Me sentí como un cavernícola descubriendo el fuego", expresó.
El fin de la vida millonaria de Saunders
El banco no se enteró de lo que sucedía, pero Saunders se sentía culpable y tenía sueños sobre el momento en que lo atraparían.
"Estaba teniendo ataques de ansiedad. Cuando sonaba el teléfono siempre contestaba. Creo que había una pequeña parte de mí que quería que esto terminara, pero ya había superado el punto sin retorno. Mi vida había cambiado dramáticamente", confesó.
Después de consultar con un psiquiatra por la ansiedad y culpa, el profesional le dijo que lo mejor era entregarse a la policía.
El hombre, antes de seguir el consejo, fue a todos los medios nacionales a contar su increíble historia.
"Nunca me comuniqué con la policía. Simplemente dejé de hacer transferencias y me comuniqué con el banco en junio y julio de 2011. Me dijeron: 'Es un asunto policial, ahora no podemos hablar contigo. Te contactarán, estás en un gran problema' y eso fue todo", explicó a 'Vice'.
Saunders finalmente fue sentenciado a 12 meses de cárcel por cargos de robo y fraude en 2015, y fue liberado con una orden correccional comunitaria de 18 meses.
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SOFÍA ARIAS MARTÍNEZ
REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL
EL TIEMPO