Harold Trompetero tiene dislexia desde los 12 años. Cuenta que la literatura le ha ayudado a lidiar con eso. A la par de dirigir películas, este bogotano ha escrito varios libros; sin embargo, 'Lactar', el más reciente, marca un punto de inflexión en sus días como escritor.
“Siento que hasta ahora todos habían sido ensayos, creo que con este libro encontré una voz por fin. Mi condición de disléxico me obligaba a ser muy concreto y muy específico, a hacer todo lo contrario de lo que dicen las reglas de la escritura creativa en la literatura, que habla de describir muy general, en lugar de contar. Pero yo me propuse a contar y estoy feliz porque la gente se ha conectado y me dice: 'leo y es como si yo estuviera viendo lo que me está contando'”, cuenta Harold en una charla con EL TIEMPO. “Es como una película para leer, ¿no?”, agrega.
'Lactar' es la historia de Victoria, una mujer adinerada que tiene una vida vacía, a pesar de sus lujos. Para sentirse viva, cada semana, a escondidas de su esposo autoritario y sus hijos distantes, vende minutos en la calle, cuida bebés y limpia el apartamento de un joven ejecutivo. Es una aventura que la reconecta con la emoción de ser algo más que un adorno, hasta que queda embarazada de un muchacho que es su confidente. El escándalo, el escarnio, la indecisión, pero sobre todo, el peligro de ser madre a los 68 años. Este relato es un viaje tragicómico a la compleja psiquis femenina, a la vez que plantea una resignificación de la vejez, el coraje de desafiar las normas sociales y la importancia de vivir una vida auténtica.
Trompetero, recordado por la dirección de las películas Violeta de mil colores, Solos, Riverside, Perro, El paseo, y La patasola, presentará 'Lactar' en la Feria del Libro de Bogotá (FILBo) el domingo 11 de mayo, a las 2 p. m., en el stand de la editorial Planeta, donde tendrá una firma de libros.
“De las cosas que más me ha sorprendido es cómo un tipo como yo podía meterse en una cabeza femenina de una manera tan profunda y tan feliz, al punto de que las lectoras me han dicho que esto parece como si un tipo les estuviera leyendo los pensamientos. La verdad, yo siempre he tenido un lado femenino muy desarrollado. También hice un proceso muy largo de investigación, intenso, de 15 años de trabajo, como 30 versiones de escritura, y cuando me di cuenta de lo que quería me ayudó mucho una señora que ya murió, se llamaba Alicia Ortega, muy de avanzada, poeta y filósofa, que me dio guías de cómo pensaría en una situación así, porque es un trabajo de escritura vivencial, escuchando a una persona que podría tener ese espíritu”, cuenta el autor.
‘Lactar’, de Editorial Planeta.
Foto:Archivo del autor
¿Entonces, Victoria sí existe en la vida real?
En parte. La historia surge de una persona que hacía el oficio en mi casa y se llamaba Victoria. Era una señora de clase acomodada, con una buena pensión, yo nunca entendía por qué me hacía el oficio. Un día se lo pregunté. ‘Cuando vengo y hago estas cosas, como que vivo de nuevo’, me respondió. La idea me rondaba la cabeza y a eso sumé que yo también fui padre tardío, a los 46 años. Desde esos elementos, empecé a investigar, y me dije: ‘Por qué si Kafka pudo poner a que alguien despertara convertido en escarabajo, ¿por qué yo no puedo embarazar a una mujer a los 68 años?’
Y hay casos reales.
Ha habido casos hasta los 60 años de embarazo natural, y con métodos in vitro de mujeres de entre 68 y 72 años. Supe de uno en Estados Unidos, de una señora a la que se le murió el hijo, y con la esperma de él se embarazó: fue madre de su nieta.
¿Diría que 'Lactar' es una metáfora?
Es una licencia poética. Cuando uno lee libros, se da cuenta de que lactar es una metáfora y ser madre es una metáfora también, de la vida misma. Otra cosa que me alimentó mucho para escribir este relato, es que muchas mujeres de mi generación se habían negado a ser madres y después de los 45 años como que se arrepentían. A veces pienso que no solo es la feminidad, sino una necesidad de mantenerse, esa latencia de reproducirse. Yo siento que la historia es una reivindicación de esa posición de la mujer, también de su posición frente a temas como el aborto, el homosexualismo, el racismo, la lucha de clases, es una perspectiva del lado femenino, no solo de la mujer, sino de esa feminidad que tenemos los hombres también.
Trompetero ha dirigido las películas Violeta de mil colores, Solos, Riverside, Perro y El paseo. Foto:Archivo del autor
¿'Lactar' será película algún día?
Sí. Pero no creo que en un lenguaje cinematográfico clásico porque está muy desgastado. Hay ahora un formato en web que son novelas de un capítulo, en formato vertical, y duran hora y media: eso es lo que quisiera hacer con Victoria. Hay que evolucionar el lenguaje audiovisual.
¿Vienen más libros?
Ya tengo las siguientes novelas, una será Parir, y la otra Morir. Son sobre cómo la vida está ahí, en la gente, en lo que somos. Y serán en un lenguaje por el estilo de Lactar, fragmentado, de lectura rápida, tratando de trasladar ese lenguaje del TikTok o de Instagram, no de forma burda sino muy estilizada, a la literatura.
Harold Trompetero estará conversando y firmando su libro 'Lactar', el domingo 11 de mayo, de 2 a 3 de la tarde, en el stand de Planeta de la Feria del Libro de Bogotá, en Corferias.
SOFÍA GÓMEZ G.
CULTURA EL TIEMPO
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