La Gran Muralla China, una de las estructuras más extensas y representativas de la historia, fue construida con el propósito de proteger el territorio de antiguas amenazas provenientes de la estepa euroasiática, una vasta región que en la actualidad abarca principalmente Mongolia.
A lo largo de los años, esta imponente barrera ha sido objeto de múltiples investigaciones que han permitido conocer más sobre su pasado. Recientemente, un equipo de arqueólogos identificó un tramo que podría cambiar lo que se sabe sobre su antigüedad.
El descubrimiento y su impacto en la historia
Con una longitud de 21.196 kilómetros, la Gran Muralla China es una de las mayores obras de ingeniería de la humanidad. Sus primeras construcciones datan de siglos previos al nacimiento de Jesucristo, y con el tiempo, se añadieron torres de vigilancia, cuarteles militares y puntos de control para regular el comercio. Su importancia la llevó a ser reconocida como una de las Nuevas Siete Maravillas del Mundo, manteniéndose en pie gracias a constantes esfuerzos de restauración.
A pesar de los avances tecnológicos que han permitido estudiarla a través de imágenes satelitales, aún quedan aspectos por descubrir sobre su historia. Un grupo de expertos en la provincia china de Shandong realizó un hallazgo que aporta más información sobre su origen. Tras analizar una estructura en el distrito de Changqing, en la ciudad de Jinan, los arqueólogos identificaron un tramo que hasta ahora no había sido registrado.
Lo que hace relevante este descubrimiento es que se trata de la sección más antigua identificada hasta el momento. Según los análisis, este fragmento podría ser 300 años más antiguo de lo que se creía, con una construcción que se remonta a finales de la Dinastía Zhou Occidental (1046 a. C. - 771 a. C.) y los inicios del Período de Primaveras y Otoños (770 a. C. - 476 a. C.).
El arqueólogo Zhang Su, director de la excavación y miembro del Instituto de Antigüedades y Arqueología de Shandong, explicó: “El diseño, la ubicación y la infraestructura asociada de la Gran Muralla de Qi reflejan la planificación militar avanzada del Estado de Qi y su respuesta estratégica a las amenazas externas”. Además, indicó que “su estrecha conexión con Pingyin indica que la muralla no solo sirvió como mecanismo de defensa, sino que también jugó un papel estratégico en el control de rutas de transporte clave”.
Hallazgo arqueológico revela la parte más antigua de la Gran Muralla, con 10 metros de espesor. Foto:iStock
Por su parte, Liu Zheng, integrante de la Sociedad China de Reliquias Culturales, resaltó la importancia del hallazgo al señalar que este segmento de la muralla es el más antiguo conocido en China.
Según los estudios realizados, las partes más antiguas del muro tienen un grosor de aproximadamente 10 metros, lo que demuestra su resistencia a lo largo del tiempo.
La Nación (Argentina) / GDA
Más noticias en EL TIEMPO
*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de La Nación, y contó con la revisión de un periodista y un editor.