Apenas 72 horas después de haber sido descabezado por la Corte Suprema de Justicia, que eligió a Germán Varón Cotrino como su candidato a la Procuraduría, Gregorio Eljach, actual secretario del Senado, volvió a la puja y se convirtió en el más opcionado para suceder a Margarita Cabello.
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Su ‘resurrección’ se la debe al presidente Gustavo Petro, a quien no le importó echar por la borda un concurso de méritos que había convocado con tal de apostarle al que muchos consideran una carta fija en la puja por el poderoso órgano encargado de disciplinar a los funcionarios públicos en Colombia.
La designación presidencial fue sorpresiva y controversial para muchos. Para otros, tiene lógica desde la práxis política como lo demuestra el rápido apoyo que le dieron las colectividades al que actualmente es conocido como el ‘notario del Senado’. El nombre de Eljach siempre estuvo en las cuentas de varios alfiles del Presidente, incluso cuando el optó por inscribirse como candidato en la Corte Suprema, en donde llegó hasta la preselección final.
En la Corte, sin embargo, el nombre de Eljach generaba algunas resistencias por su perfil claramente político, más que el de Varón Cotrino. Y cuando finalmente, el alto tribunal se decantó por el expresidente de la Cámara, en Palacio hubo dos sensaciones. Por un lado, preocupación porque el pasado tanto de Varón como el del candidato del Consejo de Estado, Luis Felipe Henao, estuvo ligado a Cambio Radical y, por derecha, a la oposición. Pero también se vio la oportunidad de postular, sin importar lo contradictorio que pudiera sonar, a un candidato políticamente viable como Eljach.
Dos semanas antes de completarse la terna, en el Pacto Histórico y el Ejecutivo ya había partidarios de nominar al secretario del Senado si se confirmaba que la Corte Suprema de Justicia se decantaba por Germán Varón Cotrino. Aunque Petro seguía pensando en alguien de su confianza y que viniera de su convocatoria: el 23 de agosto, el Ejecutivo realizó una invitación para que cualquier colombiano con 15 años de experiencia en derecho y sin antecedentes legales o disciplinarios se presentara como aspirante a ser el ternado de Presidencia a la Procuraduría.
A pesar de que en esa lista de inscritos había nombres de campanilla, en los pasillos de Palacio se descartaba que la puja real iba a estar entre dos nombres: el abogado Héctor Carvajal y el exvicefiscal Jorge Perdomo. Carvajal, defensor en varios procesos del actual mandatario y del expresidente Álvaro Uribe, es recordado porque fue el gestor de encuentros entre los dos antípodas de la política en Colombia. Muchos en el Pacto lo veían con agrado y él mismo, según varias fuentes, daba casi por descontada su postulación. En cuanto a Perdomo, su principal apoyo fue su antiguo jefe, el exfiscal general Luis Eduardo Montealegre, quien hasta último momento estuvo haciéndole campaña, incluso asistió a la asamblea del Pacto Histórico en la Universidad Nacional de hace una semana con esa meta .
No obstante, ninguno de los dos tenía la aceptación en el Congreso en comparación con los candidatos de la Rama Judicial. Como el Consejo de Estado fue el primero en nominar –al exministro Luis Felipe Henao–, la determinación del Ejecutivo estaba condicionada a lo que dijera la Corte Suprema. La designación de Varón Cotrino fue leída casi como un acto hostil en círculos del Ejecutivo y su bancada y por eso comenzó a tomar más fuerza la tesis de hacer caso omiso a la convocatoria –la cual no era vinculante– y darle la bendición a Eljach, que ya venía con la campaña avanzada y es de la entraña del Senado. Se realizaron varias reuniones para debatir el tema, hasta que el miércoles se definió la movida final.
En la tarde de esa jornada, Alexánder López, director del Departamento Nacional de Planeación, y Juan Fernando Cristo, ministro del Interior, estaban reunidos con el presidente Petro. Allí se habría hecho el último diálogo para despejarle cualquier duda al mandatario. A renglón seguido, hicieron llamar al secretario del Senado y le confirmaron que iba a ser su ternado.
Un día después, el jueves, se oficializó la candidatura con un oficio dirigido a la mesa directiva del Senado y que fue recibido por Saúl Cruz, subsecretario de la corporación. Ni siquiera pasó un día desde esta notificación y Gregorio Eljach, sin haber renunciado o pedido una licencia, ya tenía el anuncio de respaldos del conservatismo, la ‘U’ y varios liberales. Sumados a las fuerzas de Gobierno, puede pensarse que la elección está virtualmente definida.
En otras palabras, su nombre revivió, aunque sea solo para este caso, los pilares claves de la coalición que tuvo el gobierno al inicio de su gobierno. ¿Qué explica que el Senado, que se ha convertido en un dolor de cabeza para los proyectos del Gobierno, se haya prácticamente decantado antes de tiempo por el candidato del Presidente? “Es alguien que por su función tiene muchas relaciones políticas”, dice el profesor Yan Basset sobre Eljach. “Petro fue pragmático y sabe que Eljach conoce el Senado y se ha ganado la tolerancia de distintos sectores”, dice el profesor Juan Federico Pino en la misma línea de análisis.
Distintas voces desde los partidos lo explican de la siguiente manera: “No es un candidato del gobierno Petro, es de nosotros”.
Esa apreciación puede ser rigurosamente cierta. Como no sucedía hace más de 25 años, el cargo de Procurador General quedaría, según todo indica, en manos de un abogado que no viene de la academia, el mundo del litigio o de la carrera judicial, sino del centro mismo de la cosa política: el Congreso. Garantizar la independencia y la distancia tanto del Ejecutivo como del Congreso será, en todo caso, una de las pruebas de fuego para Eljach si se confirma su elección.
Congresistas consultados señalaron que no lo ven como cercano al Presidente. Y desde el Pacto Histórico afirman que tampoco lo identifican como ‘petrista’, pero dicen que se conforman con no tener en el edificio de la carrera 5. º en el centro de Bogotá, a alguien a quien puedan considerar como un enemigo político.
El mismo Eljach reconoció esa capacidad de darles tranquilidad a los distintos sectores del Senado en una entrevista que tuvo con la revista BOCAS: “Creo que puedo hacer un gran aporte a la paz política de Colombia si soy elegido Procurador General de la Nación”. Conoce a Petro desde sus tiempos del Senado, pero es muy cercano del senador Efraín Cepeda, el líder conservador a quien recientemente el jefe de Estado pretendió incluir en su lista de supuestos conspiradores que lo quieren sacar del cargo.
La designación se decantará el día de la votación en la plenaria del Senado. Tras doce años en la Secretaría, el 20 de julio pasado, Eljach se había vuelto a postular y sacó 98 votos a favor. Esa podría ser una clara señal del resultado de la puja. Pero aunque una eventual elección de Eljach como procurador parece dejar satisfechas a las fuerzas políticas, son fuertes las voces de los que se preguntan por su idoneidad para dirigir un órgano de control que, entre otras funciones, tiene que vigilar disciplinariamente a los congresistas.
Algunos recuerdan la experiencia con otro poderoso exsecretario, esta vez de la Cámara, Angelino Lizcano, quien tras dos décadas como secretario de la Cámara saltó, ternado por Álvaro Uribe, a una magistratura en la Sala Disciplinaria de la Judicatura y terminó cuestionado y enredado en varios escándalos.
Las dos lecturas, la del pragmatismo político y la de la contradicción con el discurso del supuesto cambio en las costumbres políticas, marcan el análisis frente a la jugada del presidente Petro. “Lo de Eljach es una jugada maestra. Pero es un retroceso inmenso para un proyecto de cambio, que crítica la política tradicional, el clientelismo y promete transformaciones”, dijo el analista Gabriel Cifuentes en un trino.
“Es un mensaje de que el interés de poder poner una persona cercana en la Procuraduría supera todo interés de elegir a los funcionarios más capaces en términos jurídicos” fue la tesis esgrimida por la profesora Patricia Muñoz, de la Universidad Javeriana y quien cuestionó que se hubiese hecho una convocatoria para luego desecharla. “La convocatoria de Presidencia para la Procuraduría, a la caneca”, señaló por su lado, la senadora de Alianza Verde Angélica Lozano.
Varios han recordado que Eljach no ha estado libre de cuestionamientos. Por ejemplo, fue mencionado en la supuesta filtración de material del caso del exmagistrado Jorge Pretelt cuando iniciaba en el Senado el juicio que lo sacó de la Corte Constitucional y lo puso en el banquillo de los acusados en la Corte Suprema.
El experto constitucionalista Rodrigo Uprimny cuestionó, por su lado, los perfiles elegidos para la terna tanto por la casa de Nariño como por las cortes: “Ahora el Presidente pone a otro político en la terna para dirigir la Procuraduría, con lo cual queda una terna de tres políticos purasangre. Clara e indebida politización de los órganos de control”. Aunque aún no hay un cronograma de elección, el resultado parece definido. Si esto se da, a partir de enero empezará a verse qué tanto el candidato del Gobierno –y todo indica, del Congreso– logra desmarcarse y cumplir con la obligación de independencia que exige su cargo.