En el 2021 Colombia vivió momentos muy tensionantes, ya que precisamente ese año hubo un estallido social importante, inicialmente, activado por la presentación de una reforma tributaria y a la educación superior.
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Sin embargo, el paro nacional surgió porque desde 2019 se venían acentuando las inconformidades frente al gobierno de turno, encabezado por Iván Duque, sumado a los retos que trajo la pandemia por Covid-19. En medio de esta situación, 13 personas murieron en Cali, según la Fiscalía General, a pesar de que el presidente Petro responsabilizó al exmandatario Duque de 60 muertes en el marco de las protestas.
En este contexto, se instauró el Monumento a la Resistencia, en Puerto Rellena (ubicado en el distrito de Agua Blanca, Cali), una gran y colorida escultura de 9.50 metros de alto, con forma de brazo izquierdo. Además, la mano empuña un letrero con la palabra "Resiste" y está adornado con los nombres y rostros de varias de las personas fallecidas en el estallido social. Lo que algunos ven como un homenaje a las protestas que marcaron el país, mientras que otros lo ven como un símbolo divisorio.
Esta obra siempre ha generado opiniones divididas. Pero, la polémica se reavivó tras el anuncio del ministro de Cultura, Juan David Correa, quien confirmó que el domingo, 27 de octubre, comenzará el proceso formal para declararlo Patrimonio Nacional.
Al respecto, Correa dijo a EL TIEMPO que la postulación de un patrimonio no ocurre solo en una vía, sino que toda la comunidad han considerado que este monumento los representa y merece ser patrimonio de interés para los colombianos.
¿No será que parte de la democracia está en que los pueblos y comunidades decidan que es lo que quieren?
"Por eso se creó un expediente en donde está la investigación que se hizo sobre el territorio y lo que pasó en él. Este tiene que ir al Consejo Nacional de Patrimonio, que se tiene que pronunciar, para que la obra se convierta en un bien de interés cultural. Así, se demostraría que los símbolos populares tienen el mismo poder que cualquier otro símbolo", dice el ministro.
Sin embargo, esta solicitud no pasó desapercibido ante figuras políticas. Por ejemplo, Rafael Rodríguez hizo un llamado al alcalde de Cali, Alejandro Eder, para que remueva el monumento, ya que, según comentó en redes sociales, carece de los permisos necesarios y su presencia solo sirve para recordar el sufrimiento de los caleños durante los bloqueos y disturbios de 2021. Además, acusó a la Primera Línea de recibir financiación de grupos insurgentes, lo que para él deslegitima la posibilidad de declararlo como patrimonio.
Del mismo modo, María Fernanda Cabal, senadora del Centro Democrático y crítica del estallido social que se dio en 2021, expresó su desacuerdo con la declaratoria al monumento. “Este no es un monumento, es un adefesio que representa el terrorismo urbano en Cali, que mató y torturó policías, acabó con el comercio, provocó la muerte de una niña, entre otros hechos. Demandaré el decreto. No a la apología al terrorismo”, escribió en X.
Por otro lado, el ministro de Cultura insiste en que no hay polémica en este tipo de manifestaciones, teniendo en cuenta el basto territorio que quiere que esto sea patrimonio. "Hay que ver, quienes deciden qué es lo importante en este país. ¿No será que parte de la democracia está en que los pueblos y comunidades decidan que es lo que quieren ?", comenta Correa.
E invita a quienes se oponen a la idea, en especial a la senadora Cabal, a que conozcan el proyecto, caminen con él por el territorio, hablar con los jóvenes y vencer estas desconfianzas. "Si cuando no nos gusta algo, la única idea que nos surge es tumbarlo o asesinarlo, no habrá esperanza para la vida en este país. Necesitamos juntanza. Tumbar al otro, porque no le guste lo que se hace es violencia", agrega.
María Jimena Delgado Díaz
Periodista de Cultura
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