En medio de la tormenta generada en el Congreso por el hundimiento del Presupuesto General de la Nación, el gobierno del presidente Gustavo Petro sorprendió esta semana con la radicación de su reforma política.
Conforme a los criterios de
No fue un proceso tranquilo. La radicación estuvo antecedida por la polémica por cuenta de un supuesto intento de quitarle dientes al Consejo Nacional Electoral (CNE), justo cuando esa institución está a punto de definir si abre o no proceso formal por la supuesta violación de topes electorales de la campaña Petro Presidente del 2022.
Al final, esa idea desapareció del texto presentado en el Congreso. El escándalo marcó el bautismo de una propuesta que según su autor, el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, aborda los problemas más urgentes y estructurales del sistema político colombiano (ver entrevista). Aseguró que su propuesta gira sobre “tres ejes fundamentales: las listas cerradas con paridad de género y democracia interna; la financiación estatal de las campañas y una autoridad electoral independiente y despolitizada, con dientes para controlar y vigilar las elecciones”.
Son apenas nueve artículos que han generado distintas reacciones. Más allá de la polémica por la supuesta eliminación de competencias del CNE, que no fue incluida, expertos constitucionalistas y conocedores del tema electoral han expresado sus reparos y sus ideas afines con el proyecto.
El exconstituyente Gustavo Zafra advierte que no es el momento adecuado para un proyecto de esta índole. “La oportunidad no es. Estamos en medio de un gobierno con un treinta por ciento de respaldo, con crisis energética, fiscal, de orden público, climática, de salud y educación”, cuestiona. Para él, sería mejor que el gobierno que llegue en 2026 busque los consensos necesarios para “mejorar el sistema de partidos” y tapar los huecos por los que se sigue colando la corrupción en la actividad electoral en Colombia.
Otros sectores cuestionan que si bien la iniciativa busca cambiar algunos temas de arquitectura partidista y electoral, desatiende otros más urgentes como la definición más precisa de tiempos y gastos de campaña. De hecho, esos son frentes que están bajo la lupa en los procesos administrativos que tiene la campaña presidencial de 2022 de Gustavo Petro en el CNE. Señalan que no se aborda el tema de actos proselitistas realizados antes del tiempo oficial de campaña y su financiación, como pasó con el ‘acto de la P’ que se realizó en Barranquilla en 2021 y que según dijo Nicolás Petro fue financiado por el polémico contratista del Estado Euclides Torres.
Las advertencias de la MOE
Desde la Misión de Observación Electoral (MOE) indican: “Lo que nos han enseñado las otras reformas es que es mejor tener temas acotados y pocos artículos. Eso permite una discusión a fondo, porque modificar el sistema de partidos y la autoridad electoral hace cambios drásticos que normalmente no le gustan al Congreso. Se necesitan procesos muy largos para poder llegar a reformas políticas y electorales. Tiene un contenido moderado que está muy bien”, expresó Alejandra Barrios, directora de la Veeduría.
También llamó la atención que hay muchos temas que todavía quedan en el aire. “Algunos aspectos deben dejarse claros en el proyecto de acto legislativo y otros que ya son parte de la reglamentación”, agregó Barrios, que añadió que luego de proceder con esta reforma deberían darse otras discusiones sobre asuntos como la doble militancia y las coaliciones.
Asimismo, como lo reveló EL TIEMPO, una de las polémicas con las que viene la reforma política es un parágrafo transitorio que elimina la obligación de superar el umbral electoral para mantener la personería en las elecciones de 2026. Esto termina siendo un salvavidas para Comunes, el partido de las Farc que desde los próximos comicios compite con las mismas reglas de juego de todas las colectividades y que veía una seria posibilidad de perder el reconocimiento político por no tener un mínimo de votos. También se cuestionó que este parágrafo haría que algunos partidos decidan no participar en las elecciones de 2026 pues no está en riesgo su personería en caso de no hacerlo.
En entrevista con este diario, el ministro Cristo aseveró que de ninguna manera se está buscando beneficiar al partido surgido de los acuerdos de paz con las extintas Farc, sino que es un régimen de transición propio de los cambios del sistema político. Aunque reconoció que sí se podría aprovechar esta ventana para que tenga la personería por cuatro años más, pero no implicaría entregar curules de nuevo a los exguerrilleros.
También se ha llamado la atención sobre cómo entrará a funcionar el tema de personerías jurídicas al incluirse el reconocimiento de esta categoría tanto a los partidos como a movimientos políticos. Se ha cuestionado la falta de desarrollo de la propuesta y los choques que podría generar frente al nivel regional y nacional de los procesos electorales.
Algunos aspectos deben dejarse claros en el proyecto de acto legislativo y otros que ya son parte de la reglamentación
Otra de las dudas que deja el texto está en la repartición de la financiación estatal para las campañas dependiendo de las curules que se tengan para ese momento. “Que los recursos de anticipos estén sujetos al éxito electoral puede representar una afectación a la igualdad de condiciones para competir en la contienda electoral”, dice un informe preliminar de la MOE.
Y se ha alertado de la ausencia de un marco fiscal claro que determine cuánto le costará a la Nación asumir toda la financiación de las campañas, como lo propone el proyecto de Cristo.
Pero sin duda el desafío principal será consolidar los apoyos para una reforma que además se tramitará en medio de una anticipada campaña presidencial. De entrada, ya la oposición le cerró la puerta. “No soluciona los problemas de fondo del sistema”, dijo, por ejemplo, la senadora Paloma Valencia.
Además, causa ruido el momento en que fue radicada: “El cambio propuesto para el CNE no es más que una retaliación del Gobierno l por las investigaciones a la campaña del presidente Petro”, señaló el senador conservador Germán Blanco.
Es ahí donde el ministro Cristo jugará un papel fundamental para evitar que el Gobierno sufra una nueva derrota en un proyecto que ya se hundió en el pasado y ahora enfrenta un nuevo round.
JUAN SEBASTIÁN LOMBO DELGADO
Periodista de Política