Familia decidió dejar todo atrás y dar un cambio a su vida recorriendo Colombia: esto descubrieron en tres años

hace 6 días 42

Óscar Valderrama y Yaqueline Casallas son dos colombianos que desde hace tres años tomaron la decisión de recorrer el país junto con sus hijos de 10 y 13 años y lo más sorprendente de la historia es que lo han hecho con pocos recursos.

Aunque para muchos suele ser una aventura, este matrimonio tomó la decisión de arriesgarse y vivir la vida de una forma diferente. Durante los viajes que han realizado, en muchas ocasiones les ha tocado dormir bajo carpas en páramos, llanos y montañas; utilizan los transportes intermunicipales para así ahorrar gastos.

En una conversación que tuvo esta familia con el medio de comunicación ‘BBC’, contó cómo ha sido esta experiencia y cómo sus hijos han madurado y han aprendido más de la cultura y riqueza que tiene su país.

“Nos hemos enriquecido. Hemos conocido realidades y personas en las que jamás pensamos y nuestros hijos han madurado enormemente”, agregó Óscar Valderrama.

El 1 de enero de 2022, esta familia dejó casi todo para recorrer cada departamento de Colombia, sacaron temporalmente a sus hijos del colegio, vendieron aquellas cosas que no utilizaban para emprender esta nueva aventura.

“Tras la pandemia surgieron inquietudes. Pensamos que era una oportunidad para conocer juntos nuestro país en los últimos años de niñez de nuestros hijos”, manifestó Óscar Valderrama.

Así han sido sus viajes

Durante más de tres años esta familia ha aprendido varias lecciones que nunca pensaron en llegar a vivir, pero esto los ha enriquecido más como familia.

Colombia

Dejaron todo para recorrer Colombia. Foto:Instagram @losvalderramaviajeros

El lugar donde viven los Valderrama-Casallas queda a una hora y media caminando de Fómeque, un pueblo cundinamarqués ubicado a unos 55 kilómetros al oriente de la capital colombiana, y allí hay alrededor de 12.000 personas.

Sus hijos Matías y Gabriel estudian en una pequeña rural, en la que hay una sola profesora que enseña entre 15 y 27 estudiantes de diferentes edades y grados. Hasta hace poco no contaban con internet y este fue instalado gracias a Óscar Valderrama, que es licenciado en educación física, y su esposa Yaqueline Casallas, ingeniera industrial.

“Hay una brecha grande entre la educación rural y urbana en Colombia. Aquí intentamos reducirla tocando muchas puertas: las de proveedores de red, universidades e instituciones para que manden estudiantes de arte y ciencia, por ejemplo, a hacer pasantías a la escuelita de la vereda”, relató.

A pesar de que sabían que la travesía no iba a ser nada fácil, dejaron todo lo que tenían y decidieron educar a sus hijos recorriendo Colombia en vez de un salón de clases durante una temporada.

Colombia

Han conocido más de la naturaleza que tiene Colombia. Foto:Instagram @losvalderramaviajeros

Sus viajes le han dejado varias experiencias

“Si pensábamos en el presupuesto, no hacíamos el viaje porque no tenemos mucho. Óscar y yo somos trabajadores independientes, sin ataduras. Viajamos ligeros: mochilas, carpa, libros, entre otras cositas”, dijo Yaqueline.

Uno de sus primeros viajes fue hacia veredas y territorios cerca de su casa, ya que querían probar cuánto dinero necesitaban, cómo se iban a adaptar a la travesía, cuáles eran esos elementos de gran importancia que no podían faltar.

Los viajes los dividen por temporada y actualmente están de descanso, esperando que se calme la inseguridad que azota algunos departamentos que aún no conocen, como lo son Arauca, Norte de Santander, Chocó, Vaupés y Caquetá.

Hasta el momento han recorrido 27 de los 32 departamentos que tiene Colombia y esperan que muy pronto ya conozcan todo el país. Sus hijos, que también hicieron parte de la conversación, comentaron que uno de sus favoritos fue Antioquía y la Orinoquía.

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Sus hijos dejaron el colegio para conocer más de Colombia. Foto:Instagram @losvalderramaviajeros

“Los que más me gustaron fueron Antioquia por su naturaleza y todas las aves que vimos. Nariño por la amabilidad de la gente y Casanare porque yo jamás había visto una sábana tan grande o montado tanto tiempo a caballo”, comentó Matías, el hijo menor.

La gran mayoría de las noches han dormido bajo su carpa y han comido en plazas de mercados, misceláneas o en sitios donde la comida no sea tan cara, pero de buena calidad.

“Recaudamos fondos por el camino de distintas formas. Hacemos y vendemos pulseras, los niños cantan y tocan la guitarra por unos miles de pesos y Matías, aficionado a fotografiar aves, vendió varias imágenes por más de 100.000 pesos”, argumentó Yaqueline.

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