¿Evita hablar en público por miedo a ser juzgado? 13 formas de superar la vergüenza y potenciar su crecimiento personal

hace 2 semanas 31

La vergüenza es una de las emociones más poderosas que pueden influir en la vida diaria, que afecta no solo la forma en que interactuan las personas con los demás, sino también la percepción que se tiene de sí mismo.

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Esta emoción puede ser una barrera importante que limita las oportunidades y reduce la confianza. Según la doctora Fanny Abanto, psicoterapeuta especializada en terapia de esquemas, “la vergüenza está estrechamente relacionada con nuestro autoconcepto y nuestra identidad, provocando un cuestionamiento constante que afecta significativamente nuestro valor personal, autoestima y confianza”.

¿Por qué la vergüenza es una emoción tan poderosa?

La vergüenza está profundamente arraigada en a la necesidad pertenencia y aceptación. Alberto Alegre Bravo, coordinador académico de la carrera de psicología de la Continental University of Florida, indicó que “esta emoción provoca una autoevaluación negativa que puede disminuir nuestra autoestima y generar respuestas fisiológicas incómodas, así como también puede traer consigo una serie de consecuencias duraderas tanto en la salud mental como en las relaciones personales”.

Cuando se siente así, el cerebro activa el sistema límbico, específicamente áreas como el hipocampo, que genera recuerdos emocionales, y la amígdala, que procesa las emociones. Esto desencadena la respuesta de “lucha o huida”, haciendo que muchas personas opten por evitar o escapar de situaciones incómodas, lo cual intensifica la incomodidad y la ansiedad asociadas.

Además, la doctora Abanto señala: “Genera reacciones físicas en el cuerpo debido a la activación del sistema nervioso autónomo. Por ejemplo, al sentir vergüenza, nuestro ritmo cardíaco se acelera, nuestras pupilas se dilatan, y las funciones digestivas se ven afectadas. Estas respuestas fisiológicas hacen que la vergüenza se sienta aún más fuerte y difícil de ignorar, lo cual intensifica la incomodidad. Igualmente, el córtex prefrontal, que es la parte del cerebro que usamos para tomar decisiones y controlar nuestras emociones, también se activa. Gracias a esto, aunque la vergüenza sea muy intensa, tenemos la posibilidad de calmarla y decidir cómo reaccionar”.

Esto dicen los expertos.

Esto dicen los expertos.

Foto:iStock

¿Qué factores pueden incrementar la susceptibilidad a la vergüenza?

Existen diversos factores que pueden hacer a una persona más propensa a experimentar vergüenza. La neuropsicóloga Patricia Cortijo, de la Clínica Internacional, menciona que “existen ciertos rasgos de personalidad, como la alta sensibilidad, el perfeccionismo y la baja autoestima, que pueden predisponer a una persona a experimentar la vergüenza”.

“Las experiencias de rechazo, humillación o críticas en la infancia tienen un impacto duradero en la sensibilidad a la vergüenza. En entornos familiares o culturales que valoran la conformidad y la aprobación, las normas sociales establecen expectativas sobre cómo deben comportarse las personas”, sostuvo Alegre.

Asimismo, la puede manifestarse de forma distinta entre hombres y mujeres, debido a las expectativas culturales. Las mujeres tienden a experimentar vergüenza en el ámbito social y relacional, mientras que los hombres suelen asociarla con el fracaso o la competencia, lo que les lleva a minimizar o evitar esta emoción.

¿De qué manera la vergüenza limita el crecimiento personal?

La vergüenza puede actuar como un freno que impide a las personas realizarse plenamente. Como menciona Abanto, esta emoción puede hacer que “actuemos en contra de nuestros propios deseos o metas al generar un miedo intenso al juicio o al fracaso”. Este temor puede llevar a evitar situaciones que podrían beneficiar el desarrollo personal, además de debilitar la confianza en uno mismo. Al sentirse incapaz de cumplir con ciertas expectativas, las personas tienden a conformarse con lo que otros esperan de ellas, postergando o incluso abandonando sus metas propias.

“En definitiva, la vergüenza limita el crecimiento personal al evitar que exploremos nuestros talentos, tomemos riesgos y nos enfrentemos a nuestros miedos. Nos hace sentir atrapados en una versión de nosotros mismos que no es genuina”, expresó Cortijo. Este patrón de autosabotaje dificulta alcanzar el potencial propio, sobre todo cuando el miedo al fracaso y a no encajar superan la autenticidad y el deseo de ser fiel a uno mismo.

. Al sentirse incapaz de cumplir con ciertas expectativas, las personas tienden a conformarse con lo que otros esperan de ellas, postergando o incluso abandonando sus metas propias.

. Al sentirse incapaz de cumplir con ciertas expectativas, las personas tienden a conformarse con lo que otros esperan de ellas, postergando o incluso abandonando sus metas propias.

Foto:iStock

¿Cuáles son las señales de que la vergüenza está limitando el desarrollo personal?

Reconocer la presencia de vergüenza en nuestra vida puede ser clave para frenar su impacto. Algunas señales de que esta emoción está limitando el desarrollo personal incluyen:

  • Aislamiento social: evitar interacciones sociales por miedo al rechazo.
  • Autocrítica constante: culparse repetidamente por errores.
  • Miedo al fracaso: negarse a asumir riesgos por temor a no cumplir expectativas.Dificultad para expresar emociones: inhibir sentimientos por temor al juicio.
  • Desmotivación: falta de interés en perseguir objetivos personales.
  • Dificultad para establecer relaciones saludables: no sentirse digno de amor.
  • Baja autoestima: evitar mostrarse vulnerable por miedo al rechazo.

“Definitivamente, la vergüenza no gestionada puede tener un impacto negativo significativo en la salud mental y el bienestar emocional a largo plazo”, afirmó Alegre. Esta emoción persistente no solo dificulta el desarrollo personal, sino que también puede llevar a trastornos mentales como la depresión y la ansiedad.

¿Cómo gestionar y superar la vergüenza para potenciar el crecimiento personal? 13 formas que pueden ayudarlo

  1. Reconocer la vergüenza: identifique y acepte la emoción sin juzgarse. Comprenda su origen y déle espacio sin rechazo.
  2. Practicar la autocompasión: trátese con amabilidad y empatía, reconociendo de dónde provienen las emociones que alimentan la vergüenza.
  3. Desafiar la crítica interna: cuestione los pensamientos negativos y reemplácelos con afirmaciones más realistas y positivas.
  4. Reflexionar sobre la imperfección: recuerde que todos cometen errores y que la imperfección es parte de la experiencia humana.
  5. Fomentar la aceptación: acepte que no todo está bajo su control y que no necesita ser perfecto para ser valioso.
  6. Fortalecer los límites personales: establezca y comunique límites sanos para reducir la vergüenza derivada de la autoexigencia o complacencia.
  7. Enfocarse en intereses personales: dedique tiempo a actividades que le apasionen, distrayendo la autocrítica y aumentando la satisfacción.
  8. Buscar apoyo: comparta sus experiencias con personas de confianza para reducir el aislamiento y aumentar la comprensión.
  9. Practicar mindfulness: preste atención al presente sin juicio, lo que ayuda a observar y aceptar emociones difíciles.
  10. Usar técnicas de respiración y relajación: la respiración profunda y la relajación ayudan a calmar la ansiedad asociada con la vergüenza.
  11. Escribir de forma terapéutica: escribir sobre la vergüenza y sus desencadenantes puede ser un medio liberador para procesar emociones.
  12. Realizar una exposición gradual: enfrente poco a poco las situaciones que provocan vergüenza para desensibilizarse y ganar confianza.
  13. Construir una narrativa de resiliencia: reescriba su historia personal, destacando el aprendizaje y crecimiento que ha logrado en situaciones difíciles.

Milenka Duarte

El Comercio (Perú) / GDA.

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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de El Comercio (GDA), y contó con la revisión de un periodista y un editor.

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