Un estudio realizado por especialistas en Minneapolis, una ciudad de Minnesota, Estados Unidos, generó grandes alertas en la población, dado que muchas personas pueden estar llevando a cabo malos hábitos en su día a día sin saber que estos pueden llevar a la demencia.
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Así lo explicó el sitio Eurek Alert mediante un análisis, el cual indicó que la somnolencia durante el día puede estar relacionada con el síndrome de pre-demencia. En simples palabras: los adultos que tienen sueño durante el día o desgano para realizar sus actividades debido a problemas relaciones con no haber dormido, tienen más posibilidades de desarrollar este cuadro.
Según la fuente mencionada, este síndrome significa una velocidad de marcha lenta y problemas de memoria para las personas que lo padecen, a pesar de no poseer ninguna discapacidad motriz o una demencia en sí misma. El mismo se lo conoce como síndrome de riesgo cognitivo motor.
Cabe resaltar que el estudio no comprobó científicamente que la somnolencia durante el día provoque demencia, pero sí estableció una asociación que indica que las personas que sufran ese problema tienen probabilidades más altas que las que no lo sufren de presentar este cuadro en el futuro.
Los resultados fueron obtenidos mediante los análisis que se les realizaron a 455 pacientes de una edad media de 76 años que no tenían demencia, pero sí tenían problemas para dormir porque se despertaban varias veces durante la noche, presentando así dificultades para no sufrir la falta de sueño durante el día.
¿Qué es la demencia, según autoridades de Estados Unidos?
Acorde a la información de Medline Plus, un sitio oficial del gobierno de Estados Unidos, la demencia es una pérdida de la función cerebral que ocurre a causa de ciertas enfermedades y afecta a una o más funciones cerebrales como la memoria, el pensamiento, el lenguaje, el juicio o el comportamiento. También se la conoce como trastorno neurocognitivo mayor.
Algunos de los síntomas que puede provocar son cambios en el comportamiento emocional o la personalidad, dificultades para hablar, pérdida de la memoria o la percepción de las cosas, y complicaciones en las habilidades cognitivas.